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Lucas Vázquez (i) festeja su gol con James.
Los suplentes del Madrid juegan a lo campeón
JORNADA 34

Los suplentes del Madrid juegan a lo campeón

Isco, ovacionado en Riazor, lideró el gran partido del equipo B de Zidane ante un Deportivo que le dio máximas facilidades

Ignacio Tylko

Miércoles, 26 de abril 2017, 03:36

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El varapalo sufrido en el clásico ha dejado muy tocado a Zinedine Zidane, como demostró este martes el técnico durante una conferencia de prensa en la que ofreció su semblante más serio desde ocupa el banquillo del Real Madrid. Alejado de su imagen afable, de la complicidad, las bromas y las risas que rodeaban hasta ahora cada una de sus comparecencias, el entrenador francés se reafirmó en su planteamiento contra el Barça, alineación de Bale incluida, y recurrió a la ironía para defenderse ante las críticos que aventuran que «ahora el Barcelona va a ganar la Liga y el Madrid no vale nada». «Sabemos que eso no es así. Tenemos que aguantar las críticas e, igual que cuando jugamos bien estamos contentos de que hablen bien, cuando perdemos hay que saber aceptarlas. A veces las críticas te dan más rabia y más ganas», proclamó Zidane, más a la defensiva que nunca, después de haber sido señalado como principal responsable de la derrota ante el eterno rival, aunque el técnico del equipo blanco asegure que «sólo se ha perdido un partido y se acabó el tema».

Cristiano y Kroos no jugarán en Riazor

  • El Real Madrid ha hecho pública la convocatoria del equipo para viajar a Coruña y destacan dos ausencias importantes Cristiano Ronaldo y Toni Kroos.

  • El técnico francés ha decidido dar descanso a estos dos jugadores pensando en el duelo liguero del sábado ante el Valencia y, sobre todo, en las semifinales de la Champions ante el Atlético.

«Cometimos errores, como todos, y yo el primero, pero asumimos el riesgo del partido y lo que hicimos», apuntó Zidane, que insistió en que no cambiaría «absolutamente nada». Es decir, que volvería a contar con Bale en el once aunque el galés no estuviese para jugar, en detrimento de Isco, Marco Asensio y Lucas Vázquez, que no reforzaría un centro del campo en el que Casemiro se encontró muy solo, y que no tomaría medidas para tratar de impedir que su equipo, volcado con el 2-2, perdiese la cabeza en el tramo final y permitiese al Barça una contra que culminó con el 2-3 en el último segundo. Obligado a lanzar un mensaje de optimismo, recordó: «Tenemos el destino en nuestra mano. No dependemos de nadie y vamos a seguir tratando de hacer el máximo».

Sin embargo, sí que reconoció que, aparte de que el Madrid precisa más goles, «lo que necesita, sobre todo, es matar los partidos, cuando existe la posibilidad de hacerlo muchas veces». «Vamos a intentar rectificar eso y ya mañana con el partido que tenemos», reclamó la víspera de enfrentarse al Deportivo, «en un encuentro difícil, contra un rival difícil y en un campo difícil». El Deportivo ganó al Barça en Riazor hace un mes y medio y en la primera vuelta estuvo a punto de dar el golpe en el Bernabéu (3-2, con gol de Sergio Ramos en el minuto 92 tras el empate de Mariano en el 84), pero el conjunto gallego ha caído ante los blancos en su estadio en las tres últimas temporada y no está tan exigido como el Madrid.

Aunque el Real Madrid continúa siendo favorito para ganar de nuevo en terreno coruñés y conquistar la Liga, agarrado a su partido aplazado en Balaídos, el golpe del clásico ha afectado anímicamente a Zidane y a un equipo cuestionado por no jugar bien al fútbol y sacar sus partidos adelante por el talento y la pegada que ahora le está faltado en este tramo final de la temporada, aunque su entrenador reitere que «hay que seguir con la misma idea, porque lo que se está haciendo se está haciendo bien». «Les he dicho a los jugadores que no vamos a cambiar nada de lo que estamos haciendo y que vamos a seguir trabajando fuerte y adelante», desveló Zidane, que sin el sancionado Sergio Ramos se verá obligado a forzar a Varane para el centro de la zaga y en ausencia de la BBC podría mantener el sistema 4-2-2, con Isco y Marco Asensio en el medio campo.

Sin Bale, a Isco se le presenta una nueva oportunidad de formar parte del once tras su exhibición en El Molinón y su aceptable actuación ante el Bayern, antes de no disponer de un solo minuto en el clásico, y después de haberse publicado que renovará su contrato con el Madrid hasta 2022, con un sueldo de seis millones de euros netos anuales. «Yo no he tenido ninguna culpa en su renovación. Es un jugador del Madrid y ojalá se quede, pero no tengo noticia de eso», zanjó seco Zidane cuando se le preguntó por la continuidad de Isco, que es junto a Asensio uno de los futbolistas más en forma de una plantilla que en varios casos está dando síntomas de agotamiento. «No creo que estemos cansados, porque el domingo vi un gran partido contra el Barcelona, y el día del Bayern (con prórroga incluida), igual. Yo veo al equipo muy bien físicamente y muy concentrado... ¡y ya está, hombre!», afirmó, antes de soltar su única carcajada en Valdebebas.

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