Borrar
Messi, ante el Deportivo.
El Barça no dramatiza, pero sigue sin plan B
análisis

El Barça no dramatiza, pero sigue sin plan B

En el Camp Nou se acepta la derrota en Riazor como una secuela lógica tras las remontada, pero preocupa más que las rotaciones no funcionan porque los menos habituales apenas aportan

p. ríos

Lunes, 13 de marzo 2017, 16:04

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Como dijo Piqué recién acabado el partido de Riazor, el Barça intenta afrontar «con tranquilidad» la derrota ante el Deportivo que le impide depender de sí mismo en la pelea por el título de Liga. Se interpreta como un mal menor en una semana en la que todo se centró en la milagrosa remontada ante el PSG en la Liga de Campeones, con el desgaste físico y psicológico que conllevó y el difícil descenso a la tierra desde la nube en la que todos vivieron tras el 6-1. «Confío en la cordura, en la sapiencia y la experiencia de los jugadores para evitar ese hándicap», señaló Luis Enrique en la previa, pero llegado el partido, pese a las abundantes rotaciones, quedó claro que el cambio de chip no iba a ser posible.

Piqué, Luis Suárez y Luis Enrique, los tres que hablaron tras el 2-1 en La Coruña, no buscaron excusas en la proeza europea y felicitaron al Deportivo por su victoria. En el fondo saben que un club con el presupuesto del FC Barcelona debería tener dos onces distintos insuperables para la mayoría de equipos de Primera. Pero otra vez quedó claro que el plan B de la plantilla azulgrana no funciona ya sea por falta de calidad o de confianza.

La gran diferencia entre los dos grandes clubes españoles, que conviven cada jornada con los comentarios de presuntas ayudas arbitrales que les benefician en la consecución de sus objetivos ligueros y continentales es que Zidane puede utilizar el fondo de armario sin que el rendimiento de su equipo se resienta mientras que Luis Enrique no encuentra soluciones.

André Gomes, Arda Turan y Denis Suárez, titulares en Riazor, no marcaron diferencias. No hicieron un mal partido ninguno de ellos, pero en el Barça con llegar a la normalidad no basta. Hay que aportar algo más porque hay días en los que Messi se humaniza y no puede resolverlo todo. Y más sin la presencia del jugador en mejor forma de la plantilla, Neymar, con molestias en un adductor, pero con el siempre sospechoso cumpleaños de su hermana, una cita ineludible para el brasileño cada temporada, en el ambiente. Luis Suárez sí fue el de siempre, pero peleó demasiado solo.

Paco Alcácer, recurso a la desesperada en los últimos minutos, y Digne, refuerzo sin relevancia que no se movió del banquillo, tampoco suman. Cuando Aleix Vidal comenzaba a tener protagonismo, se lesionó de gravedad. Y Cillessen, portero suplente, solo ha jugado la Copa. Ese es el repaso a siete de de los ocho fichajes del Barça en las dos últimas temporadas. La plantilla, de 22 jugadores, se ha debilitado sin la respuesta de estos siete jugadores, a los que hay que sumar al tercer portero, Masip. Solo quedan 14. No hay ya ninguna duda de ello. El único que ha funcionado de maravilla es el central Umtiti, pero tras dos meses sin descanso el técnico le sentó por lógica precaución ante el Deportivo y el equipo lo pagó.

El problema es que con el equipo conectado de nuevo a la Liga de Campeones, las rotaciones serán obligadas cuando coincidan los cuartos de final y la Liga. Los menos habituales tendrán que ser importantes o el título doméstico se escapará.

Luis Enrique y sus jugadores esperan que estos días que se avecinan sin partido intersemanal sirvan para recuperar el buen tono que llevó al Barça a ganar seis partidos seguidos de Liga antes del KO en Riazor. Otra serie igual de victorias significaría muy posiblemente el liderato para volver a depender de sí mismo en la lucha por el título.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios