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Isco Alarcón, jugador del Real Madrid.
Isco, de sucesor de Zidane al banquillo
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Isco, de sucesor de Zidane al banquillo

El malagueño quedó señalado tras la derrota ante el derbi y vuelve a hablarse de su salida del Real Madrid en verano

ignacio tylko

Jueves, 10 de marzo 2016, 09:23

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«Técnicamente, Isco se parece a mí. El público está encantado con él y vive un momento especial. Está jugando siempre y demuestra que ficharle fue una buena idea», sentenció Zinedine Zidane en enero de 2015, cuando todavía el inexperto técnico francés dirigía al Castilla y ni por asomo se imaginaba que un año después sería el sustituto de Rafa Benítez al frente del primer equipo.

Zizou, ciertamente, fue la persona clave para que el malagueño rompiese un preacuerdo verbal con el Manchester City de Manuel Pellegrini y se alistase al Real Madrid en el verano de 2013. Estaba concentrado el jugador con la sub-21 cuando recibió una llamada del francés, animándole a formar parte de la casa blanca. Barcelonista confeso y hasta con un perro llamado Messi, Isco no lo dudó. Zidane era uno de sus referentes, ídolo de la infancia y espejo en el que mirarse.

Isco Alarcón disfrutó del francés cuando, recién llegado al club más mediático del mundo, le conoció como ayudante de Carlo Ancelotti. Zizou se volcó en su adaptación y siempre ponderó su excelente calidad técnica. Pero el galo recaló en el Castilla, Carletto fue destituido meses después y la vida le cambió bruscamente a Isco.

Con Benítez, tocó fondo. Sus gambeteos no le enamoraban al técnico madrileño, que le exigía defender más y definir mejor. No había participado ni un minuto en tres partidos consecutivos, frente a Rayo Vallecano, Real Sociedad y Valencia, y se daba por hecho que saldría el próximo verano, seguramente para fichar por la Juventus. Pero el adiós de Rafa y al ascenso de Zidane supusieron un alivio para el mediapunta de Arroyo de la Miel, aún con 23 años.

Isco recuperó la titularidad y llegó a comentar a su entorno que el francés le reabrió las puertas de la Eurocopa y le hizo reconsiderar su postura de seguir en el Madrid, donde tiene contrato hasta 2018. Con las primeras goleadas en el Bernabéu, frente al Deportivo (5-0) y Sporting (5-1), la crítica transformó los reproches en elogios al equipo. El andaluz fue de la partida en ambos partidos, aunque sería reemplazado pasada la media hora, y su estado de ánimo experimentó un subidón.

«Entendemos un poco mejor lo que nos dice Zidane», comentó Isco en un período en el que, desde la propia plantilla, abundaban las loas al francés en contraposición al método de Benítez, que nunca arraigó en el vestuario. «No sé si Isco es tan bueno como yo, pero sí se parece», bromeaba, ufano, Zizou.

El malagueño jugó todo el partido en el empate del Benito Villamarín, disfrutó por completo de la goleada ante el Espanyol (6-0), actuó 78 minutos en Los Cármenes (1-2) y descansó ante el Athletic (4-2), ya que sólo participó durante 18 minutos. Fue titular indiscutible en Roma (0-2), en La Rosaleda (1-1) y también en el derbi, donde se produjo un punto de inflexión.

Quedó señalado por el técnico y la afición, tras esa derrota contra el gran rival capitalino. Fue sustituido a los 70 minutos de juego, silbado desde la grada, y castigado con la suplencia en el Ciutat de València (1-3), donde sólo participó 10 minutos pese a que las lesiones lastraban a los blancos. Pero se reivindicó al marcar el gol de la tranquilidad, ya en el descuento. Jugó 65 minutos ante el Celta (7-1), donde formó parte de las rotaciones.

Lo más concluyente es que, recuperados ya Gareth Bale, Luka Modric y Toni Kroos, Isco no asomase en el choque del martes ante los romanos, en el Santiago Bernabéu. Lucas Vázquez, Jesé y el croata Kovacic, fueron los tres relevos ordenados por Zidane y a día de hoy están por delante de él en sus preferencias. Días antes, el entrenador ya deslizó que quería más goles y continuidad del malagueño.

De marginados a revulsivos

Se decantó Zizou en el once por James, pitado en ocasiones hasta que marcó el segundo gol ante la escuadra de Luciano Spalletti. Los problemas se acentuarán seguramente para Isco cuando Karim Benzema se recupere de sus problemas musculares.

Este mundillo es muy cambiante, pero las alabanzas se focalizan ahora en Lucas Vázquez, portada en los dos diarios deportivos de la capital y revulsivo ante los romanos por su rapidez, chispa, desborde y profundidad, y Casemiro, el ancla que equilibra al equipo, aunque con el brasileño en el eje los italianos desperdiciaron media docena de claras ocasiones y Keylor Navas fue el mejor del Real Madrid.

Lucas y Casemiro contaron bastante para Benítez pero Zidane les tenía prácticamente marginados en su primer mes, cuando creía en Isco, de nuevo en el disparadero y quizá en el escaparate del próximo verano. En cuestión de semanas, ha pasado de ser calificado incluso como el sucesor de Zidane a no jugar ni un minuto en la gran cita europea. Más que un síntoma.

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