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Gary Neville da instrucciones con Rafa Benítez al fondo.
El Madrid deja crecer al Valencia
JORNADA 18

El Madrid deja crecer al Valencia

El equipo de Benítez reclama dos penaltis pero cede un empate por su desidia

Amador Gómez

Domingo, 3 de enero 2016, 00:22

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Pudo ganar y también perder, pero al final, el Real Madrid, después de protagonizar otra de sus actuaciones desconcertantes, sólo pudo sacar de Mestalla un empate que, aunque sea inútil para insuflar ánimos en la pelea por la Liga, quizás sí sea suficiente para que Rafa Benítez continúe en el banquillo al menos una jornada más. El empate fue como una derrota para el Madrid después de haberse adelantado en dos ocasiones en un choque vibrante y polémico en el que los blancos reclamaron dos penaltis, uno de ellos muy claro previo al 1-1, y jugaron con diez los últimos 22 minutos, en los que al menos ofrecieron una demostración de orgullo, aunque fue Keylor Navas quien salvó en el último segundo un punto y seguramente también la cabeza de su técnico.

Todo lo bien que lo hizo el Real Madrid en la primera media hora comenzó a estropearlo en el último cuarto previo al descanso, cuando, en una película ya muy vista en el equipo de Rafa Benítez, con el marcador a favor, se enganchó a la desidia, se desconectó, se echó atrás y pemitió jugar y llegar al Valencia, hasta que André Gomes, que había insistido ante los defensas blancos con las conducciones verticales, provocó un penalti que dio el justo empate a los de Gary Neville. Cierto es que llegó precedido de otra clara pena máxima de Orban a Bale, pero el línea ignoró la caída del galés y en la misma jugada Pepe, lanzado sin cabeza para intentar frenar a André Gomes, se vio desbordado por el portugués. La polémica cerró esa primera parte en la que el Madrid volvió a mostrar dos caras. La de un equipo ambicioso, trabajador y solidario que presionó, tocó y atacó y se hizo dominador del duelo en un inicio muy prometedor, y la de un conjunto débil en el centro del campo, contemporizador y apático que dio vida a Valencia y Mestalla y no cambió de actitud hasta que se llevó la igualada.

De un posible 0-2 se pasó al 1-1 en un abrir y cerrar de ojos, porque error arbitral aparte, el Madrid permitió crecer al Valencia pese a las limitaciones del equipo local, donde sólo André Gomes puso algo de ímpetu al ataque local, que sí que tuvo bastante más llegada que el visitante en la recta final antes del descanso, porque el de los blancos desapareció. La ofensiva del Madrid tenía muchísima más calidad, y también presencia durante unos primeros 20 minutos en los que de ninguna manera no podía pensar que los futbolistas de Benítez le estaban haciendo la cama a su entrenador. Porque el Madrid que saltó a Mestalla sin James en el once después de que el colombiano volase por la M-40 a 200 por hora fue al principio un bloque muy completo que se ganó, gracias a su juego y su sacrificio, jugar muy cómodo, con un gran gol incluido gracias a una maravillosa, rápida y precisa combinación de la BBC. Y no fue a la contra.

Roja a Kovacic

Fue Benzema, tras aprovechar un regalo de Abdenoour, quien comenzó y terminó una fantástica acción en la que colaboraron, en un reducido espacio, Bale y Cristiano Ronaldo, hasta que el francés, entre los centrales valencianistas, superó a Jaume para adelantar con merecimiento a su equipo. El dominio y el control madridista duró varios minutos más, pero sin embargo los visitantes no tuvieron más ocasiones de gol en el primer tiempo. La entonces superioridad de los blancos no se reflejó en oportunidades, porque pese a su presión y actitud de ataque, se atascó sin profundidad. Después sería muchísimo peor, porque el Valencia que tanto había sufrido con las subidas por la derecha de Marcelo y debió recurrir a feas entradas ante la autoridad de los madridistas, recuperó la pelota y empezó a creérselo antes las facilidades dadas por los de Benítez.

El técnico del Real Madrid insistió la víspera en exhibir el equilibrio ofensivo y defensivo al que hacía alusión Ancelotti, pero no sólo se apagó la chispa en ataque, sino que apareció el habitual sufrimiento sin balón, dejándose dominar por el rival y repitiendo errores atrás, hasta que el contrario encontró el gol. Tuvo que ser de penalti, pero es que el Valencia, que tan fácil llegaba ante la fragilidad de los centrocampistas blancos y la insistencia del equipo de Benítez de acercarse a Keylor Navas, ya había avisado con tres ocasiones en sólo ocho minutos en las que la defensa blanca quedó en evidencia, a la salida de los córners pero también cuando el Valencia empujaba, sin demasiados recursos pero empujado por las cabalgadas y la profundidad del atrevido André Gomes. Ya que el Madrid dio tantísima vida al Valencia, a pesar de que Alcácer y De Paul estaban muy apagados, los de Neville no frenaron hasta que cumplieron su objetivo.

Locura final

No mejoró el juego del Madrid en un segundo tiempo en el que, pese a ponerle mucho más interés, no mejoró demasiado su imagen, nervioso atrás e impreciso adelante, donde Cristiano también estaba desaparecido y era Benzema el único de los de arriba que mostraba claridad, intentando asociarse. Hasta que, después de algún susto a Keylor Navas, Benítez decidió retirar a Benzema para que el francés abandonase el campo indignado y a continuación, Cristiano fuese objeto de un posible penalti tras un empujón de Abdennour y ser rematado por Jaume, aunque el luso ya se iba cayendo en el área. El Madrid estalló por quedarse sin ese penalti y, sin respiro, Kovacic dejó a su equipo con diez por una durísima entrada a Cancelo merecedora de roja. En inferioridad ya era muy difícil soñar con la victoria, pero estuvo a punto de conseguirla con un gran cabezazo de Bale anulado a continuación por Alcácer, que no necesita mucho para sacar petróleo y arruinar a los contrarios. En el loco final el gran triunfador fue sin embargo Keylor Navas.

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