Borrar
Casillas, durante la rueda de prensa de su despedida.
Casillas: «Allá donde vaya, gritaré ¡hala Madrid!»
adiós

Casillas: «Allá donde vaya, gritaré ¡hala Madrid!»

El emblemático portero se despidió sin querer a nadie del club a su lado y sin aceptar preguntas

ignacio tylko

Domingo, 12 de julio 2015, 12:28

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Triste, emotiva y concluyente despedida de Iker Casillas en el Real Madrid. Después de permanecer en el club de sus amores durante 25 años, de jugar 16 temporadas como profesional, de disputar 725 partidos, sólo superado por los 741 de Raúl González, y de alzar nada menos que 18 trofeos, entre ellos cinco Ligas y tres Champions, el portero más laureado de la historia se fue solo, al mediodía de un caluroso domingo de verano en Madrid y en una comparecencia en la que no le acompañó nadie del club y en la que el capitán no aceptó preguntas.

Como ya le ocurrió a Florentino Pérez con el técnico Vicente del Bosque o con jugadores emblemáticos como Fernando Hierro y Raúl González, fue un fin de ciclo fatal gestionado. Tanto como los últimos años del portero mostoleño en el club blanco, desde que su enfrentamiento con el técnico Jose Mourinho le puso en el disparadero y le labró una fama de topo, filtrador de noticias a sus periodistas amigos y de pesetero.

Lopetegui ya le espera

  • llegada a oporto

  • Iker Casillas tiene previsto llegar el martes por la noche a la concentración de pretemporada que realiza el Oporto en Horst (Holanda). El miércoles ya tiene previsto entrenarse a las órdenes del técnico guipuzcoano Julen Lopetegui, que no prevé alinearle en el primer partido del 'stage'.

Es cierto que Iker fue quien declinó la posibilidad de protagonizar un adiós pomposo, en el palco del Santiago Bernabéu, abierto al público y junto al presidente, Florentino Pérez. Pero una cosa es no aceptar un paripé con un dirigente que le abrió la puerta de salidad, y otra tener que irte de esa manera tan gélida.

Ni Emilio Butragueño, director de Relaciones Institucionales, ni un directivo, ni un miembro del departamento de prensa junto a Casillas, calificado por su propio club como el «mejor portero de la historia y del Real Madrid» en la carta de despedida. Nadie junto al mostoleño, ya que los jugadores volaban este domingo hacia la gira por Australia.

Solo ante el micrófono

¿Dilató a propósito Florentino Pérez la firma del acuerdo para que Iker no pudiera disfrutar con el apoyo de la plantilla escenificado? Sólo el presidente lo sabe. Pero estuvo solo Casillas con el micrófono, una botella de agua, un vaso, sus lágrimas y un buen puñado de periodistas, aunque ni de lejos estaba llena la sala de prensa del Santiago Bernabéu.

Iker se presentó puntual y sonriente. Elegante pero informal, camisa azul de manga larga, miradas cómplices para un lado y para otro y temblores como en el primer día. Llegó con unas cuartillas escritas a mano. «Tengo que leer esto. Son 30 segundos pero pero creo que me voy a pasar una hora...», comenzó Casillas, antes de romper a llorar como un niño.

Toses nerviosas, voz entrecortada, más tragos de agua y adelante. «En primer lugar gracias (más agua, lágrimas y aplausos de los periodistas. Me he comprometido a leer esto...». Sufría para arrancar pero al fin comenzaron sus agradecimientos al Oporto, a todos los entrenadores que ha tenido, a sus compañeros, a los aficionados, a la crítica y a la familia.

«Buenos días, gracias por estar aquí y acompañarme en este momento tan especial. He venido a este gran estadio para despedirme de todos vosotros y en especial de los madridistas. Desde ayer sábado, dejé de formar parte del Real Madrid y pasé a integrar el Oporto. Dos motivos fundamentales han impulsado esta decisión», afirmó.

«El apoyo del presidente del Oporto, de su entrenador, Julen Lopetegui, y del resto del equipo luso, y el cariño de los seguidores que he ido recibiendo desde que se ha ido sabiendo que mi destino era Portugal. Me han ganado y haré todo lo posible para no defraudarles; daré el máximo para intentar ganar el mayor número de títulos en mi nuevo equipo. Gracias por confiar en mí», enfatizó.

Tragos amargos

Tras las palabras de gratitud al Oporto, las más facilonas para Iker, tocaba el duro momento de referirse al Real Madrid de sus amores. Otro trago amargo. «Después de 25 años defendiendo el escudo del equipo más grande del mundo, llega un día difícil en mi vida deportiva. Digo adiós a una institución que me lo ha dado todo. Parece que fue ayer cuando con nueve años vi cumpido mi sueño de vestir la camiseta del Real Madrid. Desde entonces, he llorado y reído; me he sentido acompañado y muy querido tanto en los buenos como en los malos momentos. Aquí me he formado como persona y me han enseñado a crecer, inculcándome los valores de respeto, compañerismo, compromiso y humildad. Valores que he tratado de reflejar donde he ido representando al Real Madrid», describió Casillas.

Ya algo más tranquilo, como se se hubiera quitado un peso de encima, Iker se refirió a sus compañeros, con los que, según dijo, ha vivido «momentos únicos e irrepetibles, compartiendo lágrimas de alegría y tristeza». «He hecho grandes amigos y siempre podré contar con ellos», subrayó. Volvieron los sollozos al recordar a todos sus entrenadores desde que inició su carrera en el equipo Losada, perteneciente al torneo social del Real Madrid. «Gracias a todos, desde Mezquita, que en paz descanse y me eligió para el fútbol siete, hasta Carlos Ancelotti. De todos he aprendido muchas cosas», ensalzó. «Gracias también a sus cuerpos técnicos porque todos me han dado consejos y transmitido comprensión», añadió, sin querer cometer el error de apuntar la excepción de Mourinho, con quien comenzó su decadencia.

Casillas mencionó también a «todo el personal del club que no se ve pero apoya para solucionar cualquier problema». Por último, palabras de recuerdo a sus «padres y a la familia». «Ellos me ayudaron a emprender este camino». Y gratitud a su mujer, Sara Carbonero, y a su hijo, Martín, «porque estarán compartiendo cada segundo de mi nueva vida».

Tender la mano

Llegaba el final, el momento de hablar en general del madridismo. «Gracias por vuestro apoyo incondicional, por ser vuestro capitán, por tenderme la mano y tirar de ella para levantarme, por apoyarme en los triunfos y las derrotas», dijo. «Por encima de recordarme por ser un buen o mal portero, sólo espero que se acuerden de mí por ser una buena persona» (más lloros).

«Gracias, miles de gracias. Nunca os podré olvidar y estar seguros de que allí donde vaya, seguiré gritando ¡hala Madrid!. Y dejó entrever que algún día volverá al club de Concha Espina. «Nos veremos. No es un adiós sino un punto y seguido. Hasta pronto. Que os vaya todo fenomenal». Se marcha una leyenda. Si se desbloquea la situación, en los próximos días aterrizará David De Gea, el fichaje del portero galáctico que desea Florentino Pérez.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios