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Luis Enrique, en plena celebración.
El Barça celebra a tope, descansa a lo grande y ya planifica las dos finales
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El Barça celebra a tope, descansa a lo grande y ya planifica las dos finales

Ganar el título con antelación permitirá a Luis Enrique proteger a los tocados, premiar a los menos habituales y preparar a fondo Copa y Champions

P. ríos

Lunes, 18 de mayo 2015, 13:49

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Tiene distraído a todo el mundo desde hace semanas con los interrogantes que han surgido sobre su continuidad en el banquillo azulgrana, se le siguen buscando detalles, gestos o respuestas que demuestren que su relación con Messi es insostenible, fomenta una relación tensa con los medios de comunicación que ya no se arreglará, pero Luis Enrique sigue muy centrado en la posibilidad de conquistar el triplete y nada interrumpe sus planes.

Con la ayuda de su staff técnico lo tiene todo controlado con una visión que va mucho más allá del partido más inmediato y que evita las polémicas. Por eso transmitió a sus jugadores la importancia de conquistar la Liga en el Vicente Calderón ante el Atlético. Era la mejor manera de comenzar a preparar la final de Copa frente al Athletic (30 de mayo en el Camp Nou) y la final de Liga de Campeones contra la Juventus (6 de junio en Berlín).

Más días de descanso, posibilidad de rotar a jugadores en la última jornada ante el Deportivo, mejorar el físico de algún futbolista con un plan específico de trabajo y, también es importante, disfrutar de ese primer título, «el más importante y el más difícil porque premia la regularidad de todo el año», como indica el propio Luis Enrique, que premió al equipo con tres días de fiesta y ya no volverá a los entrenamientos hasta el jueves.

El técnico asturiano tomó una decisión impopular el domingo, pero muy meditada. Luis Suárez quería jugar el partido en el que se decidía la Liga pese a su sobrecarga en los isquiotibiales que obligó a su cambio en el descanso del Bayern-Barça. Ya llevaba algunas semanas con molestias, pero en Múnich el dolor fue más fuerte y no se entrenó hasta el sábado. El uruguayo viajó sin el alta médica y se quedó en la grada del Calderón. No le gustó, aunque al final se le pasó y celebró la Liga en el césped, pero con pantalón vaquero.

Tampoco fue una decisión fácil para Luis Enrique, pues Luis Suárez se ha convertido en vital para el equipo por este trabajo bestial que hace como 9, pero también como primer defensa en la presión. Pedro cumplió a la perfección y al entrenador del Barça le salió bien reservar al uruguayo para las finales de Copa y Liga de Campeones. Si es decisivo en las dos citas, ya sea con asistencias, goles o sacrificio para sus compañeros, Suárez entenderá que era mejor ser precavido ante el Atlético.

Emotivas lágrimas de Xavi

Quedó claro que Luis Enrique, pese a estar preparando una final por la Liga, ya estaba mirando de reojo la final de Copa ante el Athletic. Y de eso se deduce que el próximo sábado ante el Deportivo alineará un equipo repleto de jugadores menos habituales, ya centrado en los partidazos del 30 de mayo y del 6 de junio. Ter Stegen, titular en las dos finales que quedan, podría debutar en la Liga para adquirir más confianza si cabe y de paso Bravo ya celebraría el Trofeo Zamora.

Montoya, Bartra, Adriano, Sergi Roberto, Rafinha y el propio Pedro están llamados a tener minutos en un equipo en el que seguro que será titular Xavi en lo que será una homenaje en el Camp Nou porque ya nadie duda que este verano se irá a Qatar. Sus lágrimas de emoción en el Calderón mientras se abrazaba a Tahamata, el utillero con el que ha compartido 17 años en el primer equipo, le delataron.

Quedaría un partido en el Estadi, frente al Athletic en la final de Copa, pero ya no sería lo mismo porque el aforo se repartirá entre las dos aficiones, aunque la rojiblanca siempre ha aplaudido al de Terrassa. De los teóricos titulares de esas dos finales se intuye que ante el Deportivo sólo jugaría Messi por si en un día de inspiración atrapa a Cristiano en el Pichichi y la Bota de Oro, pero el portugués le saca cuatro goles y el argentino parece este año menos obsesionado que nunca por esa cuestión individual.

Se podría vivir un momento emotivo con el debut de Vermaelen. Su fichaje fue una operación ruinosa, 20 millones por un central que ha estado lesionado todo el año, pero detrás de las bromas y de las críticas a la dirección deportiva hay una historia humana, la de un jugador de talla internacional que ha visto peligrar su carrera y ha trabajado un año entero en silencio. El belga, incluso Douglas, se merece una alegría así. Y todo eso se puede vivir gracias a ganar la Liga con antelación en el Calderón. El Athletic y la Juventus, si no estaban ya preocupados, ahora lo estarán un poco más porque los cracks del Barça todavía llegarán un poco más descansados.

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