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Juanfran se lamenta.
La estrategia no es suficiente
jornada 4

La estrategia no es suficiente

Al Atlético le faltó fútbol, decisión y gol tras remontar a balón parado y le sobró Sergio Álvarez

Amador Gómez

Sábado, 20 de septiembre 2014, 00:44

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El Atlético de Madrid no enamorará con su fútbol y defenderá peor que la temporada pasada, pero aunque su poder a balón parado es inmenso, ante el Celta no fue suficiente. La estrategia que tantísimos puntos le dio para conquistar la Liga y llegar a la final de la Champions sigue funcionando en el equipo rojiblanco, aunque este Atlético necesita más recursos y, sobre todo, otro goleador cuando no está Mandzukic. Da igual que Diego Pablo Simeone esté en el banquillo o en el palco, cumpliendo su último partido de sanción en el campeonato, porque la pizarra ya está suficientemente estudiada en los entrenamientos, pero los rojiblancos pretendieron agarrarse de nuevo a la que es una de sus principales armas y ante el atrevido y aseado Celta no les dio para triunfar.

Se adelantó el Celta con un golazo de espuela de Pablo Hernández, al que no le faltó suerte, pero al Atlético, que también tuvo sus ocasiones para marcar en jugada antes del descanso gracias a Griezmann, cuyo sorprendente cambio provocó los pitos de la grada contra el 'Cholo', le bastaron una falta lateral de su asistente Koke y un córner lanzado por Gabi para que sus dos centrales, Miranda y Godín, certificasen la que entonces era una merecida remontada. De los seis goles que lleva el Atlético en esta Liga, cinco han sido a balón parado y cuatro de ellos de cabeza. Una barbaridad que sufren los rivales de este Atlético que, aunque no se asusten en el Calderón y pretendan jugar, como hizo el Celta, suelen acabar rendidos ante los lanzamientos en estático que buscan un rematador de primeras, por alto o por bajo.

No fue ese el caso del Celta ni fueron los delanteros los que marcaron, porque Raúl Jiménez, el más parecido a Diego Costa según Simeone, sigue sin suerte y sin encontrarse vestido de rojiblanco, e incluso el Calderón, que no olvida que declaró su amor por el Real Madrid, se dedicó otra vez a silbar al mexicano, sobre todo durante una segunda parte en la que el Celta salió bastante más enchufado, igualó en el marcador y superó entonces con claridad a los locales en ánimo y ambición. Sí logró un gol Raúl Jiménez, cómo no, también a balón parado, pero lo hizo en el minuto 60 en fuera de juego, cuando el Atlético intentaba meterse de nuevo en un partido en el que se movió a impulsos y, aunque tuvo llegada, le faltó elaboración y contundencia, adelante y atrás, y le sobró Sergio Álvarez.

Después del golpe recibido en El Pireo ante el Olympiacos y de padecer la baja de Mandzukic, que acabó el debut en la Liga de Campeones con la nariz rota, Simeone debió cambiar y alineó un ataque con Griezmann y Raúl Jiménez, y con Arda Turan y Koke tirados a las bandas, pero se vio a un Atlético excesivamente precavido frente a un Celta al que le gusta tocar y no rehuyó la pelea. Cuando el Celta se adelantó en el marcador con ese remate de espaldas que sorprendió a todos, no sólo al congelado Moyá, porque el taconazo de Pablo Hernández no pudo ser más inesperado después de que el delantero argentino-chileno fuese más listo que Godín, el equipo de Berizzo hasta impuso una superioridad preocupante. La afición rojiblanca, adormecida y de nuevo pesimista ante los altibajos y la falta de fútbol y pegada de su equipo, empezó entonces a comprender que este Celta invicto iba a ser muy complicado de ganar, pese a que la estrategia le volvió a dar esperanzas.

No pudo el Atlético dar la vuelta al partido en mejor momento, justo antes del intermedio, pero no supo aprovecharlo, porque no mantuvieron los rojiblancos la continuidad y, tras el indiscutible penalti de Miranda en el inicio del segundo tiempo, les entraron las prisas. Con más fútbol directo que de construcción y ya sin Griezmann en el campo, porque Simeone no quiso retirar entonces a Raúl Jiménez y prefirió quitar al francés que estuvo genial en la primera parte y tantas alternativas da en ataque. Aun así, Raúl Jiménez, antes de llevarse una bronca al abandonar, aunque también hubo aplausos, volvió a tener otra a bocajarro que habría dado la victoria si no hubiese sido por una parada enorme de Sergio, igual que el portero del Celta evitó después otro gol a un centro-chut de Koke y uno más, de Tiago (otro a balón parado), aunque aún llegó otro tanto a las mallas en la última jugada, anulado por claro fuera de juego. Pese a las oportunidades, el Atlético pagó no buscar el triunfo antes, con mayor decisión y empuje.

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