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Leo Baptistao (d), frente a Schwab.
El Villarreal no se encuentra en Viena
PRIMERA JORNADA

El Villarreal no se encuentra en Viena

El equipo de Marcelino dispuso de ocasiones claras para llevarse el encuentro, pero un mal planteamiento en la segunda mitad del asturiano ayudó a la victoria local

Luis F. Gago

Jueves, 17 de septiembre 2015, 02:12

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No comenzó nada bien la andadura esta temporada del Villarreal por la lucha del título de la Europa League. Al ser uno de los favoritos esta temporada, se esperaba mucho más de un 'Submarino amarillo' que defraudó ante un planteamiento timorato de su entrenador. La derrota, por 2-1, por de las que más duelen, con remontada incluida y sin sensación de haber sido superior.

Ordenó Marcelino a sus jugadores, nada más arrancar el partido, ir hacia arriba a la presión porque quería finiquitar por la vía rápida el encuentro. No quería sorpresas el técnico asturiano en el primer partido de la Europa League de esta temporada. Ante un Rapid de Viena combativo y no exento de calidad, los españoles se mostraron serios desde el inicio, con un Denis Suárez estelar, que llevó el peso del ataque visitante. Fue tal la inspiración que desataba el vigués que incluso Pavelic tuvo que pararlo con una falta arriesgada para la salud física del joven extremo a los 20 minutos. Las alarmas saltaron en el banquillo amarillo pero nada pasó a mayores. Sin embargo, quizá debido a ese ímpetu peligro a ras de césped o o que se agotó la imaginación villarrealense, lo cierto es que los austriacos comenzaron a poner en peligro la portería de Barbosa. El susto en el cuerpo que se llevaron los poco más de cien aficionados presentes en las gradas, lo compensaron con el tanto de Baptistao, al filo del descanso, tras un gran pase de Rukavina.

A la vuelta de vestuarios, Marcelino decidió apostar por la continuidad en lo que estaba funcionando. Estableció un esquema basado en la solidez defensiva y en finiquitar el encuentro por la vía rápida del controgolpe. Empero, esa forma de interpretar el choque se tornó mala para los intereses de los españoles. En tan solo diez minutos le dieron la vuelta el encuentro a parón parado. Primero con una falta botada donde Barbosa solo pudo mirar el tanto de Schaub y después a través de un penalti absurdo de Rukavina que Hoffmann trasformó de una forma espléndida.

Ante tal esperpento, Marcelino tuvo el único momento de lucidez del duelo y sacó a la gran sensación del inicio de Liga, Bakambu, para que le resolviera la papeleta de la situación creada. El cambio surtió efecto en la creación del juego pero no en el resultado. Castillejo y el propio Bakambu cerca estuvieron lograr las tablas en el marcados con jugadas muy bien trenzadas, demostrándose que la buena relación fuera del terreno de juego entre estos hombres se traduce en perfecta sincronía dentro del estadio. No fue suficiente, toda vez que la derrota solo supuso para que bajar los ánimos de un equipo que vivía en una gran nube gracias a su gran inicio de campeonato. Todavía queda vida, pero ya se no se pueden permitir más fallos en esta competición.

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