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Ni rastro de la negra noche juventina

El Barça se clasifica para octavos como primero de grupo y hace olvidar la durísima eliminación de la pasada campaña a manos del equipo italiano

JESÚS BALLESTEROS

Jueves, 23 de noviembre 2017, 00:45

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El Barcelona zanjó en Turín los dos objetivos primigenios con los que arrancó esta fase de grupos de la Liga de Campeones. A saber, clasificarse para los octavos de final y, a ser posible, hacerlo como primero. Al conjunto de Ernesto Valverde le bastó con un empate sin goles ante una Juventus que sigue moviéndose en zona pantanosa aunque depende de sí misma para acompañar a los azulgrana en la siguiente ronda.

Lejos quedó la negra noche de hace unos meses cuando el equipo que dirigía Luis Enrique era noqueado en la máxima competición continental ante una escuadra, por entonces, intratable. Pero la historia ha cambiado. El Barça llegaba al Juventus Stadium en clara posición de ventaja ante las urgencias de los italianos. Eso sí, ni uno ni otro pudo romper el marcador inicial. Mucha culpa de ello la tuvo, otra vez, Ter Stegen, que volvió a meter una mano mágica a Dybala en el minuto 92.

La trascendencia del choque para uno y otro equipo quedó patente antes incluso de que comenzara a rodar el balón. Valverde dejó a Messi en la banca y en la Juventus se frotaban las manos. Allegri salía con tanta pólvora arriba como necesidad tenía la escuadra italiana de sacar los tres puntos.

Para el conjunto catalán, un empate era suficiente premio para certificar el pase a octavos de final como primeros de grupo. Se entiende pues que el técnico del cuadro azulgrana apostara por las rotaciones por mucha Juventus que hubiese enfrente. El choque ante el Valencia, segundo clasificado en Liga, estaba en el horizonte y el Barça no quiere bajar el pistón.

Irregular racha

Pero no sólo la necesidad de ganar empujaba al equipo italiano, sino la irregular racha por la que atraviesa, que le obliga a revertir su imagen. Las cosas no ruedan en la Serie A y la Champions debía servir de consuelo. Más si cabe tras la derrota ante la Sampdoria del pasado domingo.

Ter Stegen, héroe otra vez

Con el '10' azulgrana esperando algún minuto y el rival volcado en la creación de peligro, con más intención que resultado, el Barça mantenía el tipo con el plan B. Con Paulinho, Deulofeu y Suárez, bien pudo irse en ventaja al descanso, pero un lanzamiento lejano de Rakitic se estrelló con el palo ante la aturdida mirada de Buffon. Eso sí, el cancerbero italiano nada tuvo que hacer en el primero de los tiempos reglamentarios del partido ante la ausencia de peligro en su área.

Tras el descanso, y más necesitado aún el equipo juventino por el resultado que se daba en el estadio José Alvalade de Portugal, el Barça movió ficha. Valverde dio entrada a Messi. Ya con el rosarino, los roles de ambos equipos quedaron totalmente definidos. El Barcelona apostaba por el juego control de siempre, mientras que los de Allegri se conformaban ya con llegar a la portería de Ter Stegen de la forma más rápida posible.

Con la entrada de Messi se buscaba amarrar la primera plaza del grupo por la vía de los tres puntos. Tanto es así, que su fútbol fue preponderando sobre el del rival y las mejores ocasiones (no muchas) llegaban en la portería de Buffon. La más clara, para un Digne al que se le hizo de noche ante la alargada figura del meta transalpinotras error garrafal de Cuadrado, no acertó a ver puerta para buscar el pase a Suárez, al que no llegó el balón despejado por la zaga.

Al Barça, mejor posicionado y claro dominador del último tramo del choque, casi se le va el empate en los estertores del duelo. La figura de Ter Stegen es cada vez más alargada y a Dybala le quedó también constancia de ello.

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