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Final

Una hegemonía de otra época

El Real Madrid conquista la 'decimotercera' en Kiev, la tercera consecutiva y la cuarta en el último lustro. Bale se gana el cielo con una chilena que rivaliza en belleza con el voleón de Zidane en Glasgow

Óscar Bellot

Enviado especial a Kiev

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Sábado, 26 de mayo 2018

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Ni ser la primera escuadra capaz de revalidar el título de la Liga de Campeones ni haber llevado en las dos últimas décadas a sus vitrinas seis 'orejonas' merman la voracidad del campeón. El Real Madrid es insaciable y siempre quiere más. Le obliga a ello su laureado palmarés y la más reciente trayectoria de un plantel que está pergeñando gestas dignas de aquel equipo liderado por Alfredo Di Stéfano que alzó las primeras cinco Copas de Europa. En el Olímpico de Kiev, el bloque tutelado por Zinedine Zidane y abanderado por Cristiano Ronaldo tiene una excelente oportunidad de agigantar su leyenda levantando por tercera vez consecutiva el trofeo más anhelado a nivel de clubes. Tratará de impedirlo el Liverpool, el último conjunto que fue capaz de tumbar al rey de Europa en una final de la máxima competición continental, gracias al tanto de Alan Kennedy que segó los sueños de los Del Bosque, Camacho, Juanito, Santillana, Stielike, Cunningham y compañía.

Tras una larga travesía del desierto iniciada hace once años con su derrota en Atenas ante el Milan, los 'reds', revitalizados por Jürgen Klopp y encomendados al demoledor tridente que conforman Roberto Firmino, Sadio Mané y Mohamed Salah, vuelven a suscitar un temor reverencial y aspiran a devolver a Anfield una gloria que no saborean desde aquel vibrante pulso de 2005 en Estambul resuelto en la tanda de penaltis que convirtió a Rafa Benítez en un ídolo en la ciudad de los Beatles. Aunque nadie genera más respeto que quien está a un paso de anudar su cuarto entorchado en el último lustro vengando, de paso, a ese 'Madrid de los García' que hincó la rodilla en el Parque de los Príncipes allá por 1981.

Derroche de tronío y de figuras para un encuentro que cuenta con todos los ingredientes necesarios para ponerle los dientes largos a cualquier aficionado al fútbol que se precie. Frente a frente, dos de los equipos que han hecho de la mística del balón una forma de vida. De la irreductibilidad del cuadro merengue al conmovedor sentimiento de hermandad que aflora cada vez que la hinchada 'red' entona el 'You'll never walk alone', un hilo une a dos entidades que se saben deudoras de su poderosa historia y que están empecinadas en engrandecerla aún más: su inagotable sed de triunfo, que explica en buena medida su impresionante porcentaje de efectividad en las finales, con doce de quince ganadas por el Real Madrid y cinco de siete por el Liverpool.

Vastos arsenales

De ello sabe mucho Zinedine Zidane, que podría convertirse en el tercer técnico que suma un triplete de 'orejonas', igualando a Carlo Ancelotti y a Bob Paisley. Claro que ni el italiano ni el británico lo lograron, como puede hacer el marsellés, de modo consecutivo. Y además en sus tres primeras campañas como entrenador de máximo nivel. Un dato que atestigua el crucial papel del galo en la articulación de esta nueva edad de oro del Real Madrid, fundamentado en su sabio manejo de un vestuario que golea en experiencia al del Liverpool y que se rebela contra quienes aducen que los 'reds' les superan en ilusión. Diecisiete futbolistas del conjunto español saben ya lo que es ganar la Champions, con Cristiano Ronaldo y su póker de 'orejonas' a la cabeza. Sólo Emre Can la incluye en su currículum de entre la plantilla que dirige Klopp, y de refilón, puesto que apenas figuró en la convocatoria de uno de los partidos que disputó el Bayern de Múnich para conquistarla en el curso 2012-2013.

Claro que una vez que empiece a rodar el cuero todo eso será papel mojado. Importará únicamente quién sepa manejar mejor sus armas. Poderosísimo el arsenal del Real Madrid, que cuenta con todos sus efectivos en perfecto estado de revista, lo que obligará a Zidane a devanarse los sesos para determinar quiénes aparecen en la foto inicial. La principal duda radica en si repetirá el once que goleó el año pasado a la Juventus en Cardiff o cambiará el cromo de Benzema por el de Bale. El fabuloso estado de forma del galés, que ha firmado siete goles en sus siete últimos partidos de Liga, le concede buenas cartas puesto que ya formó ante el Villarreal en el último ensayo para Kiev, una alentadora señal para el extremo vistos los precedentes de Milán y Cardiff, donde Zidane prácticamente calcó las alineaciones que dispuso en sus partidos previos. La velocidad del '11' sería además una buena forma de amenazar a un Liverpool que juega sin cadenas, aunque el '9' podría aportar su superior capacidad asociativa.

 Un rival feroz

La decisión de Zidane revelará el plan del francés para contrarrestar a un Liverpool que acudirá a la batalla con «once animales enchufados», según vaticinó Kroos. Es el sello de Klopp, que ya le dio una buena dentellada al Real Madrid en las semifinales de la Champions de la campaña 2012-2013 con el Borussia Dortmund. Los vasos comunicantes de aquel equipo con el actual Liverpool son notorios. Morder lo más arriba posible para culminar de modo eléctrico es el mantra con el que el germano ha convertido al cuadro 'red' en el terror de las defensas de la Champions, con 40 goles descontando los seis de la fase de clasificación, el tercer registro más alto en la historia de la competición. Diez de ellos de Salah, otros tantos de Firmino y nueve más de Mané en medio de un trayecto en el que los 'reds' dejaron en la cuneta a Oporto, Manchester City y Roma.

Recupera Klopp para el choque a James Milner y Emre Can, aunque previsiblemente sólo el primero estará en el once que salte al Olímpico de Kiev. Máximo asistente de la presente edición de la Champions, con nueve pases de gol, el ex 'citizen' es una de las piezas capitales del mediocampo que completarán el holandés Georginio Wijnaldum y el británico Jordan Henderson. Una medular que tendrá la misión de surtir de balones al tridente liderado por el 'faraón' Salah a la vez que auxilia a una zaga mucho menos endeble desde la llegada de Virgil van Dijk, el defensa más caro de la historia, pero que sigue arrojando dudas especialmente en la figura del balcánico Dejan Lovren, como también le ocurre en la portería al alemán Loris Karius.

El Real Madrid es inquebrantable. Ni una temporada plagada de altibajos ni un adversario por cuyas venas también corre la sangre de los ganadores impidió que el cuadro de Chamartín engrandeciese su leyenda amarrando la 'decimotercera' en Kiev. Tercera 'orejona' consecutiva y pleno de Zinedine Zidane, al que le han bastado menos de tres años como entrenador de primer nivel para situarse a la altura de Carlo Ancelotti y Bob Paisley, los únicos que hasta el advenimiento del marsellés podían presumir de un triplete desde el banquillo en la máxima competición continental.

Todo le sale a la perfección al marsellés, que acertó metiendo de inicio a Benzema, autor del gol que abrió el marcador y el más entonado de su equipo todo el choque, y aún más cuando acudió a Bale, que se ganó el cielo facturando una chilena cuya belleza rivaliza con el voleón de su técnico que significó la 'novena' en Glasgow y que luego sentenció con un latigazo desde fuera del área que dobló la mano de Karius. Soberbia actuación del extremo, pese a que pecó de avaricia en otra acción en la que debió dar el pase de la muerte a Cristiano Ronaldo. Más que perdonable.

Tumbó el Real Madrid al Liverpool, que metió miedo durante los primeros minutos pero que acabó pereciendo ante el hambre inagotable del rey de Europa. Tercera Champions seguida para los blancos -algo que no ocurría desde los años setenta, cuando los consiguieron el Ajax y el Bayern de Múnich- y cuarta en el último lustro. Un dominio de otra época, equiparable prácticamente a la hegemonía de aquella escuadra mítica abanderada por Alfredo Di Stéfano.

Cinco Copas de Europa amasó la 'Saeta Rubia'. Los mismos títulos de la Liga de Campeones tiene ya Cristiano Ronaldo, emblema de una escuadra para la que se agotan los calificativos. El Madrid, una vez más conviene recordarlo, no juega las finales; las gana.

Ni un gris inicio de partido hizo temblar al campeón, que repitió con éxito el once de Cardiff, algo inédito en las finales de la Champions. Máxima confianza en un bloque que no sabe lo que es perder, pero que sí sufrió mucho en el primer tramo ante un Liverpool dispuesto a morir con todo.

REAL MADRID

Keylor Navas, Carvajal (Nacho, min. 36), Sergio Ramos, Varane, Marcelo, Casemiro, Modric, Kroos, Isco (Bale, min. 61), Cristiano Ronaldo y Benzema (Marco Asensio, min. 88).

3

-

1

LIVERPOOL

Karius, Arnold, Lovren, Van Dijk, Robertson, Henderson, Milner (Emre Can, min. 82), Wijnaldum, Mané, Salah (Lallana, min. 30) y Firmino.

  • GOLES 1-0: min. 50, Benzema. 1-1: min. 54, Mané. 2-1: min. 63, Bale. 3-1: min. 82, Bale.

  • Árbitro: Milorad Mazic (serbio). Mostró amarilla a Mané.

  • Incidencias: Final en el Olímpico de Kiev. 70.000 espectadores. En los prolegómenos actuó la cantante Dua Lipa.

El partido parecía franco para los 'reds'... hasta que Salah se fue al suelo. Cayó mal el egipcio en un lance con Sergio Ramos y se golpeó en el hombro. Trató de volver el 'faraón', pero enseguida tuvo que rendirse a la evidencia. La final se había acabado para uno de los futbolistas de moda, que tuvo que dejar su puesto a Lallana.

Perdió a su gran figura el Liverpool, que se rearmó con un 4-4-2 en lo que restaba del primer tiempo y pasó sus peores minutos, por lo que a vuelta de vestuarios Kloop reactivó el tridente, ahora con Lallana en el sitio de Salah. Cinco minutos después, era Carvajal el que tenía que abandonar el rectángulo por una acción similar a la que protagonizó Dembélé ante el Getafe y que le costó varios meses de competición. Vistas sus lágrimas, el Mundial parece una quimera para el lateral, al que reemplazó Nacho, y que ya tuvo que perderse la última Eurocopa por un percance en la final de Milán.

Encadenamiento de interrupciones que cambió el diapasón del choque. Adelantó líneas el Madrid, que empezó a adueñarse del cuero y que incluso llegó a rebasar a Karius, aunque el árbitro invalidó el tanto de Benzema por fuera de juego de Cristiano. Amenazó también Nacho con un golpeo que se fue al lateral de la red tras un gran centro de Benzema. El '9' era el que mejor estaba entendiendo el partido, descargando a las bandas y desnortando a los centrales. Tras pasar el Real Madrid los primeros 20 minutos con la soga al cuello, fue el Liverpool el que respiró aliviado con la llegada del intermedio.

El tiempo permitirá saber qué les dijo Zidane en el descanso a sus pupilos, pero su salida nada tuvo que ver con el nefasto inicio de partido. Isco gozó de una ocasión clamorosa, pero su disparo se estrelló en el travesaño. El fútbol suele ser inclemente con quien perdona semejantes oportunidades, pero el halo del Madrid supera todo. Quizás operaron los «poderes especiales» de los que habló Kroos cuando Karius le cedió la pelota a Benzema para que el lionés sólo tuviese que empujarla. Una pifia aún más monumental que la de Ulreich en semifinales, también con el '9' como beneficiario.

No sucumbió al desaliento el Liverpool, que aprovechó un fallo de marcaje a la salida de un córner para empatar por mediación de Mané. Un tanto que hizo entrar en ebullición a la afición 'red', más numerosa que la hinchada merengue en el Olímpico.

No tardaría en desinflarse. Decidió Zidane que ya era hora de alistar a Bale. Tardó dos minutos en destapar el tarro de las esencias. ¡Y de qué forma! Se elevó el galés para recoger un balón llovido del cielo, calcando la chilena de Cristiano Ronaldo ante la Juventus pero en una final. Otro gol para la historia, clave junto al zurriagazo que mató el choque para convertirle en el mejor jugador de la final. Venderle en verano sería un error monumental. Una época que se antoja complicada, teniendo en cuenta el mensaje que dejó Cristiano al término del choque apuntando a una posible marcha. Pero esa es ya historia para otro día.

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