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Griezmann celebra el segundo gol ante el Rostov.
Griezmann, piedra filosofal del Atlético

Griezmann, piedra filosofal del Atlético

El delantero francés volvió a marcar un mes después de su último tanto y vuelve a reivindicarse en la pelea por el Balón de Oro

Javier Varela

Miércoles, 2 de noviembre 2016, 17:10

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«Quiero sentarme en la misma mesa que Messi y Cristiano. Llegar lo más cerca posible a su nivel». Las palabras de Antoine Griezmann este verano parecían un desafío, pero el francés está cada vez más cerca de conseguirlo. El '7' del Atlético firmó ante el Rostov su decimoséptimo doblete con la camiseta rojiblanca, con lo que además de dar al Atlético la clasificación para los octavos de final de la Champions League, acababa con una sequía goleadora que ya duraba un mes. Desde el tanto ante el Valencia en Mestalla el pasado 2 de octubre, el francés no celebraba un gol y cedía el Pichichi de la Liga a manos de Messi. Griezmann parecía tener la pólvora mojada y se quedó sin marcar ante Granada, Sevilla y Málaga y frente al Rostov en el partido de Rusia en la Champions, pero el Atlético supo sobreponerse a la ausencia de goles del francés con 12 tantos a favor.

      Porque Griezmann es mucho más que un goleador o la referencia para los aficionados. El delantero francés ha sabido ser importante sin la necesidad de hacer gol dominando los partidos a través de su influencia en el juego. El galo ha sumado a su talento la capacidad para trabajar, por lo que es capaz en un partido de firmar regates, caños, pases al primer toque, diagonales, desmarques, asistencias y paredes con coberturas con un trabajo menos propio de una estrella, como robos, ayudas, presión, rechaces y solidaridad. Eso es lo que le hace diferente de sus dos rivales por el Olimpo del trono futbolístico. Griezmann es mucho más que un goleador por lo que le ofrece a su equipo, como él mismo reconoce: «Intento ser un jugador completo, en ataque, en defensa... Mejorar cada año. En asistencias ya he mejorado, que es lo más importante».

      Tras el doblete de Champions, ya son 65 las ocasiones en las que Griezmann ha celebrado un gol como rojiblanco en los 120 partidos que ha vestido la camiseta atlética (más de medio gol por encuentro). Su olfato goleador le ha convertido en el mejor delantero de la 'era Simeone' en el Atlético, superando los números de Radamel Falcao, que hizo 58 goles, o Diego Costa, que firmó 56. En la actual campaña es el máximo goleador con ocho goles (seis en Liga y dos en Champions) en 13 partidos y se ha convertido en la única pieza clave del técnico argentino en la ya conocida como 'GGC'.

      «Necesitaba sentir la sensación de celebrar un gol. No me comía la cabeza, pero lo necesitaba», reconocía el galo minutos después de dar el triunfo a su equipo en la Champions. Y en su batalla por alcanzar a dos monstruos como Messi y Cristiano, Griezmann tira de humildad para quitarse importancia en el papel del actual Atlético: «Todo el mundo es líder en este equipo. Hemos visto a Carrasco meter goles importantes, a Gameiro también. No podemos tener sólo un jugador que nos lleve arriba, porque si no vamos mal». Pero su importancia es vital en un equipo que necesita una referencia en el campo más allá de la que transmite desde el banquillo su entrenador, que no para de elogiarle: «No había marcado en los últimos partidos, pero siempre fue el jugador más peligroso que tuvimos en esos encuentros. Necesitábamos su presencia en la red». Palabra de Simeone. Griezmann, que parece haber descubierto que no tiene techo en este Atlético, sigue trabajando para conseguir recortar terreno y acercarse a la mesa de Messi y Cristiano.

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