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Ibrahimovic celebra un gol.
El PSG roba el cartel de nuevo favorito al Chelsea
Octavos de final | vueltA

El PSG roba el cartel de nuevo favorito al Chelsea

A los franceses, superiores, les bastó con un buen inicio y dos destellos de Di María, estelar, e Ibrahimovic para apagar la ilusión ‘blue’

Rodrigo Errasti Mendiguren

Miércoles, 9 de marzo 2016, 10:20

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El París Saint-Germain mostró en Stamford Bridge su crecimiento a nivel europeo, ese que se esperaba desde años, pero que está por confirmar a partir de los cuartos de final de la Champions. Aunque tuvo momentos en los que se desconectó del encuentro, superó al Chelsea de Hiddink, que pese a estar a años luz del nivel del PSG, cayó con honor, plantando cara y compitiendo mucho mejor de lo esperado cuando hace unos meses salió el emparejamiento y estaba por no caer a la zona de descenso cuando Mourinho dirigía la nave. Hasta la lesión de Diego Costa soñó con la remontada frustada. Ya solo le queda la FA Cup, que le podría dar acceso al menos a la próxima Europa League que competirá sin alguno de sus mejores hombres, mientras verá desde la distancia si el conjunto de Laurent Blanc es capaz de refrendar su condición de candidato al título, ya que la poca exigencia de su campeonato doméstico le provoca unas lagunas que le pueden costar caro ante los habituales aspirantes a la 'orejona'.

Debería ser uno de los favoritos de las apuestas si es capaz de repetir actuaciones similares a la que completó de inicio en Londres. La salida del PSG fue espectacular, con un Di María eléctrico y mucha determinación por buscar un gol que le asegurara medio pase. Aunque fue Trapp el que repelió un remate cercano de Diego Costa nada más arrancar, el Chelsea sufrió sin la pelota que llegó a porcentajes obscenos casi cercanos al 70%. Ivanovic salvó sobre la línea mientras veía como Cahill no podía con Ibrahimovic, que primero marcó en fuera de juego y después en otra obligó a Courtois a sacar con el pie otro disparo a bocajarro. Y al final, en el minuto 15 el sueco provocó una duda del central inglés que llegó tarde a cerrar el desmarque a la espalda de un Kenedy que soñará con Di María. El central no replegó bien y además habilitó el pase de la muerte para que Rabiot remachase sobre la línea.

La diferencia entre ambos parecía abismal, pero el duelo cambió. Especuló el PSG, pensó que el asunto estaba más decidido de lo que realmente estaba por lo que a base de velocidad y coraje se metió el equipo local. Pedro recuperó una combinación sin tensión gala, combinó con William, el mejor centrocampista blue con y sin balón, que buscó al espacio a Costa que se inventó un gran gol con un regate de espuela ante Thiago Silva. Empate a goles, aunque había gran diferencia de juego.

Especulación peligrosa parisina

Pero tras el gol de Costa, el decimoquinto de la campaña y el undécimo desde que llegó Hiddink, el PSG dejó de moverse y apenas tuvo una ocasión en un cabezazo de Ibrahimovic. Se desconectó y pudo pagarlo caro. Tras el empate, llegó incluso un mayor empuje local, con un disparo desviado de Cesc antes del descanso y otro de Hazard que resolvió Trapp, que después tuvo problemas para atrapar un intento lejano de Costa generando un córner con el que finalizó el primer acto.

El Chelsea, sin mucho fútbol pero a base de intensidad y presión, fue acogotando a un equipo que añoraba a Verrati para aguantar la posesión en la zona ancha si bien siempre podía sentenciar con un gol a la contra, aunque combinaba demasiado al pie. Su zaga, formada por cuatro brasileños, intentaba generar con balón desde atrás pero sudaba cada vez que les encaraban. Respiraron cuando se tuvo que ir por una lesión muscular Diego Costa, que podría volver a tener problemas para jugar con España.

Hiddink apostó por Traore en punta, pero fueron William y Lazard los que obligaron a Trapp a realizar dos paradones con los que el PSG evitó la prórroga. Apenas un minuto más tarde, cuando vio que el partido se le podía complicar, mató la eliminatoria. Motta buscó a Di María, que se aprovechó que los centrales no subieron la línea hasta la altura de los laterales para asistir al corazón del área donde Ibrahimovic se adelantó, otra vez, a Cahill e Ivanovic. Gol 50 del sueco en competición europea. Asunto decidido, ya que los ingleses debían marcar tres goles. Una montaña muy difícil de hollar sin su sherpa goleador. Perdió la esperanza y a Hazard, que se fue dolorido no sólo en el honor. Los aficionados locales su fueron cabizbajos, conscientes de no verán la Champions League la próxima campaña tras 13 años porque a día de hoy el 'nuevo rico' europeo que mejor compite tiene sede en París.

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