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Iborra discute con Sterling.
Descuento nefasto para el Sevilla
3ª jornada

Descuento nefasto para el Sevilla

Un tanto de De Bruyne en el minuto 91 dio una injusta victoria al Manchester City ante un rival que perdonó demasiado en las botas de Gameiro

Luis F. Gago

Miércoles, 21 de octubre 2015, 03:15

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Dio la cara el Sevilla en territorio extranjero esta vez y no como ocurriera en Italia ante la Juventus. Los sevillistas realizaron un partido con la cabeza y la calidad como grandes baluartes ante un Manchester City que acusó las bajas de Silva y Agüero. La derrota final hispalense, con un gol en el descuento de De Bruyne, dejó un marcador injusto.

La derrota final hispalense, con un gol en el descuento de De Bruyne, dejó un marcador injusto. Saltó el Sevilla al césped y se encontró con un viejo conocido que ahora viste otra camiseta, pero cuyo corazón todavía late en versión del Arrebato. Jesús Navas dio la sorpresa al entrar en el once inicial del City. Era el sentimiento entre el equipo que se lleva apegado al alma y el que te da una sueldo millonario para tener una buena jubilación a medio plazo en tu tierra.

Navas fue la versión del hijo pródigo que en ocasiones te hace daño sin quererlo. El de los Palacios hizo contragolpes eficaces en ocasiones y en otros momentos anduvo perdido por un campo en el que nunca se sintió cómodo por el planteamiento táctico sevillista.

Porque el Sevilla logró lo que pocos equipos en la Premier han conseguido: tener maniatado a todo un líder de unos de las mejores ligas del mundo. Con Banega totalmente libre para hacer lo que mejor sabe, pensar y jugar al fútbol con rapidez, y Konoplyanka desatado por su banda, los sevillanos gozaron de varias ocasiones para adelantarse hasta que el ucraniano marcó a placer ante el fervor de medio millar de aficionados rojiblancos. La mala suerte llegaría demasiado pronto con el autogol de Rami, tras varios rechaces con una gran jugada de Touré. Un jarro de agua fría para unos profesionales que fueron muy superiores a los ingleses.

No quiso Emery que sus muchachos se vinieran abajo en la segunda mitad y les pidió la misma intensidad desde antes de retirarse a los vestuarios con palmadas altisonantes. Lo cumplieron con creces, sobre todo Iborra, que desplegó toda su voluntad y fuerza pese a los ánimos desgastados de los compañeros cuando veían a Gameiro fallar ocasiones demasiadas claras. El francés fue el único punto negro de una segunda mitad primorosa de los hispalenses. El tanto al contragolpe, convertido por De Bruyne, cuando los sevillanos acariciaban el punto, marcó la diferencia.

Intentó Unai Emery presentar batalla en el Etihad inglés con un once de gala que apuntaba hacia el espectáculo y no para quedarse agazapado atrás sin respirar. No quería el técnico vasco repetir la nefasta experiencia del Olímpico de Turín hace unas semanas, donde arrecieron las críticas internas y externas por su manera de entender el choque. Le dijeron a Unai que en la Champions había que morir con las botas puestas, como los valientes soldados que en una guerra combaten hasta el último suspiro aunque en realidad no sepan por qué luchan.

De ahí que ante el Manchester City sólo salieron los hombres que se parten el espíritu competitivo en cada encuentro de Liga contra equipos medianos y dejara en el banquillo a aquellos que solamente quieren salir cuando las cámaras de todo un continente enfocan sus dorsales y no se dirigen a otros más esplendorosos. De ahí el espectáculo ofrecido y, sobre todo, la buena cara presentada en uno de los grandes campos de Europa. La derrota final se espera que no desate más tempestades en un vestuario demasiado quebrado.

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