Un once cojo

Las dudas se ciernen sobre el Real Madrid a medida que se acerca la final de la Champions que el próximo sábado le enfrenta en Lisboa a un Atlético pletórico tras conquistar su décimo título de Liga en el Camp Nou. Aunque los problemas físicos que arrastran varios jugadores blancosy el juego desplegado en los últimos partidos no invitan precisamente al optimismo, Carlo Ancelotti quiso lanzar un mensaje positivo en el arranque de una semana trascendental para el club y quizá también para el técnico italiano, que flirtea con su Milan del alma.

«Creo que Cristiano Ronaldo y Karim Benzema están bien y estarán en el partido de Lisboa. Creo que los dos están bien y jugarán», dijo Ancelotti a los medios de comunicación y aficionados que le esperaban en la entrada de Valdebebas. Sin embargo, el entrenamiento dejó patente que todos los tocados se ejercitan aún al margen del grupo y centran sus recuperaciones en el gimnasio. El preparador de Reggiolo dirigió una suave sesión con 19 jugadores, ya que Varane, Pepe, Di María, Cristiano, Benzema, Jesé y el portero Diego López trabajaron a cubierto. Se ejercitaron con sus ídolos Mascarell y Lucas Torró del Castilla, y Craninx, portero del juvenil A a quien los más osados consideran el futuro Courtois.

Aunque lo normal es que todos los golpeados o contracturados dispongan del alta médica para la final, es peliagudo alinear en un partido de esta envergadura a varios futbolistas que no están al cien por cien. Cristiano se sometió el domingo a unas pruebas que no detectaron ninguna dolencia grave. Sin embargo, la tendinitis en la rótula puede cronificarse si no hay pausa y las molestias en el bíceps femoral siguen afectándole. Su rostro de preocupación cuando se retiró del calentamiento previo al choque ante el Espanyol fue de lo más significativo.

Karim acelera

Benzema arriesgará y acelerará su puesta a punto porque nadie quiere perderse la posibilidad de participar en la 'décima', pero sufre una contractura en el aductor de su pierna izquierda que le incomoda y de la que no es sencillo restablecerse con prisas. El tiempo corre en contra del francés, sabedor de que una rotura de fibras podría alejarle incluso del Mundial de Brasil. Tanto el galo como el portugués estarán más a las órdenes de los fisioterapeutas que del cuerpo técnico durante toda la semana.

Si en ataque sólo Bale está aparentemente bien y en el centro del campo se maldice la ausencia por sanción de Xabi Alonso, en la zaga también hay inquietud por el estado de Pepe, ya que el pasado 7 de mayo sufrió en Valladolid una pequeña lesión en el sóleo y los médicos pronosticaron entre dos y tres semanas de baja. Si llega a Lisboa, estará muy justo y también con riesgo de recaída. Y el problema para Ancelotti se agrava porque Varane, su sustituto natural, tampoco tiene buenas sensaciones con esa rodilla operada que le ha dado guerra toda la temporada.

A la espera de poder alistar a todos los que se encuentran entre algodones, Ancelotti centra el trabajo semanal en los movimientos de ataque y defensa de un centro del campo que ante el Atlético estará integrado por Illarramendi, que disfrutó de los 90 minutos ante el Espanyol y rayó a un buen nivel, sin estar nada exigido, Modric y Di María. Aunque desde diversos sectores del Madrid se prefiere a Khedira, recién recuperado su grave lesión de rodilla, a Casemiro, infrautilizado todo el curso, o al más ofensivo Isco, Carletto ha insistido en que el de Mutriku es el sustituto natural de Xabi Alonso. Para ese cometido le fichó Florentino Pérez por cerca de 40 millones.