Una Champions castiza

El estadio Da Luz albergará el próximo 24 de mayo la segunda final de la máxima competición continental entre dos equipos españoles, la quinta entre dos rivales del mismo país y la primera entre dos clubes de la misma ciudad. El derbi madrileño se traslada a Lisboa. Será el quinto duelo entre Real Madrid y Atlético de este curso.

En Liga salieron mejor parados los rojiblancos, toda vez que se impusieron por 0-1 en el Santiago Bernabéu, con gol de Diego Costa, y empataron (2-2) en el choque de la 26ª jornada. En las semifinales de Copa del Rey, sin embargo, los merengues arrasaron por un global de 5-0.

El único precedente del gran encuentro entre españoles en Champions tuvo lugar el 24 de mayo de 2000 en el Stade de France. El Valencia de Héctor Cúper llegaba casi como favorito después de un torneo fantástico, pero no hubo color. La experiencia marcó una diferencia enorme. A los levantinos les quedó grande el traje de gala y el grupo de Vicente del Bosque venció por un rotundo 3-0 para alzarse con la octava. Fernando Morientes señaló el camino del éxito para los madrileños en el primer tiempo y el inglés Steve McManaman y Raúl González sellaron el triunfo en la segunda parte.

Tres años después, Italia celebró una final en Old Trafford entre la Juventus de Marcelo Lippi y el Milan de Carlo Ancelotti. El tiempo reglamentario y la prórroga acabaron sin goles y en los penaltis se impusieron los lombardos a los piamonteses (3-2). El Manchester United y el Chelsea se jugaron el título en 2008. Los goles de Cristiano Ronaldo y Frank Lampard en el primer tiempo hicieron que el duelo del estadio Luzhniki de Moscú se decidiera en los penaltis. Pese al fallo de Cristiano, que lloró incluso como campeón, los de Ferguson ganaron por 6-5 en la suerte final porque en los blues erraron Terry y Anelka. Y el año pasado el Bayern de Múnich de Jupp Heynckes y el Borussia Dortmund de Jürgen Klopp se enfrentaron en Wembley. Se impusieron los bávaros por 2-1, con goles de Mandzukic y Robben.

Si el Real Madrid celebra haber llegado a su decimotercera final de la Copa de Europa, para el Atlético se trata de su segunda cita histórica. Han tenido que pasar 40 años para que los colchoneros vivan algo semejante. Competirán contra su eterno rival pero deseaban una final ante el Bayern de Múnich para celebrar ese aniversario ante el mismo rival de entonces y en el año de la muerte de Luis Aragonés.

El Zapatones marcó el famoso gol de falta en el minuto 114 de la final del 15 de mayo de 1974, pero en el último instante de la prórroga un lejano disparo del impronunciable Schwarzenbeck sorprendió a Miguel Reina, padre de Pepe, hoy portero del Nápoles, y forzó el partido de desempate, ya que entonces no había tandas de penaltis. Dos días después, el ejército bávaro arrolló a la desgastada tropa atlética. Dos goles de Uli Hoenes y otros dos de Gerd Torpedo Muller resolvieron una batalla desequilibrada.