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Petr Cech, portero de la selección checa.
Azpilicueta descubre los peligros checos

Azpilicueta descubre los peligros checos

El defensa detalla las virtudes de Cech y Plasil, que fueron sus compañeros en Osasuna y Chelsea, respectivamente

Rodrigo Errasti Mendiguren

Domingo, 12 de junio 2016, 02:48

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César Azpilicueta es el jugador de la selección que con mayor conocimiento puede hablar de la República Checa, contra la que debuta España el lunes en el Stade de Toulouse. No porque haya intercambiado más charlas que nadie con Antolín Gonzalo, analista de la selección y encargado de realizar los informes sobre los rivales de España desde que Paco Jiménez se jubilase en 2012. Es el único de los 23 seleccionados por Vicente del Bosque en La Roja que ha sido compañero de dos jugadores checos que en Toulouse van a intentar amargar el debut de la vigente campeona. El multiusos navarro del Chelsea siente pasión por dos excompañeros, a los que aprecia incluso más como personas que como «grandes futbolistas que son». Los conoció en dos etapas distintas de su vida.

A Jaroslav Plasil lo hizo en Osasuna, cuando ambos peleaban por evitar que el cuadro rojillo descendiese a Segunda, algo que siempre lograron en sus campañas juntos en Pamplona. «Parece que fue hace mucho eso ya», bromea cuando habla de Jaro. «Jugué con él en Osasuna, fue muy importante para nosotros en una época complicada en la que el equipo luchaba por no descender y yo era muy joven. Dos temporadas en la que él jugó mucho (66 partidos) y marcó goles importantes (ocho). Recuerdo uno en la segunda temporada al Real Madrid, en la última jornada jugándonos la salvación ya con Camacho de entrenador». Y después de como compañero, como rival. «En Francia, en la Ligue 1: él en el Girondins y yo en el Marsella. Tuvimos muy buena relación, hablaba francés por su chica y después la mantuvimos en Francia. Maneja las dos piernas, tiene muchísima calidad y tan pronto le ves sacar un córner con la pierna izquierda como con la derecha. Esa facilidad para manejar las dos piernas le hace peligroso con disparos de fuera del área, además de a balón parado, no la tiene todo el mundo», apunta. «Tiene mucha visión de juego, porque también puede jugar por dentro, además de hacerlo en banda», recuerda.

Líder polifacético y políglota

Eso sí, por las palabras de Azpilicueta queda claro que Petr Cech es uno de esos compañeros que queda en la memoria para toda la carrera. «Podría decir muchísimas cosas de Petr. Lo primero que debo decir es que es un tío fenomenal. Una persona espectacular, de las que merece la pena conocer. ¿Qué voy decir como portero que la gente no sepa? Todo el mundo sabe sus increíbles virtudes en el campo», avisa, antes de aclarar todo lo que aporta lejos del terreno de juego. Es un líder para el grupo. «Es muy inteligente, siempre está dispuesto para ayudar a todo el mundo, centrado en hacer mejorar las cosas para que sean buenas para el equipo, preocupado por los demás... Si estabas lesionado o jugabas menos te animaba. Era un jugador muy importante en el vestuario del Chelsea. No sólo porque fuese clave con sus paradas para la consecución de todos los títulos del Chelsea, que fue decisivo en todos ellos, como la Champions de 2012 o la Europa League que ganamos juntos en Ámsterdam al Benfica, sino por su ascendencia en los demás. Cree y hace creer. Lo mismo supongo que será en la selección, imagino que tiene un papel vital en el equipo más allá de lo que aporte en la portería. Es mucho más que eso», afirma.

Azpilicueta confiesa que el capitán checo, desde el verano pasado en el Arsenal, habla «todo tipo de idiomas: inglés, francés, checo, algo de alemán y castellano que aprendió por su cuenta». «Practicaba con nosotros en el día a día, ya que había muchos con lo que podía hablar (desde el médico Paco Biosca, pasando por el fisioterapeuta Iván Ortega a otros compañeros que tuvo en el pasado en Londres, como Fernando Torres, Juan Mata, Oriol Romeu o Cesc Fàbregas). «¡Además toca la batería increíble! Tiene vídeos en internet incluso de grupos españoles», dice con una sonrisa en la cara. «Yo la verdad es que no sé de dónde saca tiempo, quizá sus días duran más horas... La verdad es que un fenómeno. Parece que es más mayor de lo que la gente se cree, porque juega con casco y lleva muchos años al primer nivel, pero tiene 34 años (cumple el mismo día que Casillas pero es un año más joven), que no son tantos para un portero».

Azpilicueta, que el año pasado en su campus de Zizur Mayor sorteó una camiseta de Cech, recuerda que es un especialista parando penaltis (detuvo dos en la tanda decisiva de la final de la Champions League de 2012 en Múnich ante el Bayern) y ya sabe que «hasta que no termine el partido» será complicado que hablen, porque suele optar por no hacerlo para no despistarse. Entonces le dará un abrazo, ritual que hacía cada vez que iban a disputar un partido como compañeros. Pero en Toulouse serán rivales.

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