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Sergio Asenjo, durante un entrenamiento.
Asenjo:«Mis rodillas me han fallado, pero también me han llevado hasta aquí»
Selección española

Asenjo:«Mis rodillas me han fallado, pero también me han llevado hasta aquí»

El portero del Villarreal, que se ha roto los ligamentos cruzados tres veces, relata su emoción antes de debutar con la selección española en el amistoso ante Bosnia

Enrique Yunta

Sábado, 23 de junio 2018, 20:34

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El chasquido le resultaba familiar, más doloroso para el alma que la propia zona dañada. En abril del año pasado, Sergio Asenjo (Palencia, 28 de junio de 1986) sufría una rotura del ligamento cruzado de la rodilla derecha, la mayor desgracia para un futbolista, condenado desde ese momento a remar durante seis o siete meses para volver a oler el césped. Pero Asenjo, por suerte y por desgracia, se sabía el camino de memoria, pues tuvo el mismo percance en 2010 siendo guardameta del Atlético y un año después cuando estaba en el Málaga. Ahí donde otros abandonarían, él encontró un motivo para seguir intentándolo y hoy debutará con la selección absoluta en el amistoso semiclandestino que tiene España ante Bosnia en St. Gallen (Suiza).

Asenjo es uno de los meritorios que tiene Del Bosque en este peculiar «stage» en Schruns, un grupo híbrido entre jóvenes llamados a mandar en el futuro de España y otros que presumiblemente estarán, o al menos luchan por ello, en la Eurocopa de Francia. Aunque el portero del Villarreal no es ni una cosa ni la otra, abandonada hace tiempo la adolescencia (27 años en un mes) y con los kilómetros suficientes como para contar con él en la rutina de la selección. Con todo, había perfilado unos días con los colegas hasta que le sonó el móvil y vio que en la pantalla del móvil salía el nombre de Vicente del Bosque. «Me iba de vacaciones con mis amigos, pero, por suerte, las he cancelado. Sabía que iban a ser buenas noticias. Se había interesado por mí durante toda la temporada, me preguntaba cómo iba la recuperación. Y, después de jugar siete partidos con mi club, estoy contento de que mi rendimiento haya sido aceptable, me ha permitido estar aquí», relata para este medio.

La alegría del momento contrasta con la cruda realidad, las tardes en solitario buscando la puerta para volver a ser futbolista. Otra vez no, pensó al oír el «crack», tendido en el verde de El Madrigal y traicionado por su rodilla de nuevo. «La experiencia me servía, claro. Sabía de la gravedad y los pasos que había que dar. Sabía que me tocaba trabajar como el que más y de nuevo lo he superado. El seleccionador si me trae aquí es por rendimiento», cuenta.

Asenjo prefiere ser pragmático, curtido a base de palos. «Fue complicado. Justo tres o cuatro semanas antes había recibido la primera convocatoria con España y en el Villarreal estaba muy bien, quizá en la mejor temporada de mi carrera. Iba todo de cara y surge este imprevisto. Pero ya lo conocía y se pasa mal una semana. A partir de ahí, se mira al futuro. Soy joven e iba a poner todos los medios para salir adelante y aquí estoy, por suerte y por muchas horas de trabajo», sentencia.

En sus rodillas, tres cicatrices le recuerdan la crueldad del éxito, muchas veces sujetos a golpes de esa intensidad. «Cuando miro las rodillas, veo que me han fallado, pero también han hecho que esté aquí. Si tengo este lastre, pues sé que soy capaz de salir de una, de dos, de tres o de todo lo que me pongan por delante». En ese sentido, le ha beneficiado el ocupar una demarcación muy especial, acostumbrado a ser distinto a los demás. «Puede que, para llevar una lesión así, ayude el ser portero. Nuestra demarcación es especial y la soledad va con un portero toda la carrera».

Y llegó el momento de la jura de bandera, alineado para defender la portería española ante Bosnia en una tarde en la que no están ni Casillas, ni De Gea, ni Rico, los tres guardametas que estarán en la Eurocopa de Francia salvo imprevisto o catástrofe. «Yo creo que no hay nada mejor, nada supera al debut con tu país. Y más en estas circunstancias. Después de un año complicado, poder acabarlo así no entraban ni en mis mejores sueños». El premio, de todos modos, debe ser una constante en el mañana. «Está claro que si en este año tan complicado recibo esta llamada es que estoy en los planes. Y es lo que me hace trabajar con más ganas, empezar el año con ilusión y ojalá pueda ser uno de los habituales».

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