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Pione Sisto. Salvador Sas (Efe)
Octavos de final | Ida

El Celta sigue siendo un incordio culé

Un Barça muy tuneado no pasa del empate en Vigo el día que regresó Dembelé y Arnaiz confirmó su olfato.

Jesús Ballesteros

Barcelona

Jueves, 4 de enero 2018, 08:29

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“No vamos a correr el riesgo de una lesión”, avanzó Ernesto Valverde antes del último entrenamiento y de comunicar la lista de convocados para el Celta-Barça, ida de los octavos de final de la Copa del Rey. Se refería a Messi, Luis Suárez y Mascherano, que se incorporaron el 2 de enero tras sus vacaciones navideñas. Dicho y hecho. Los dos delanteros se quedaron fuera de la lista, al igual que Iniesta, pero el central sí entra. “Con Dembélé hay que ir con calma”, apuntó sobre el extremo francés, ya con el alta médica después de tres meses y medio de baja. Sí lo citó para viajar a Vigo, pero se intuye que para entrar desde el banquillo de forma progresiva. Rafinha, también OK después de ocho meses de baja, todavía esperará un poco más y la gran sorpresa es la ausencia de Deulofeu, ya en la rampa de salida, con ofertas de Italia, para dejar sitio a Coutinho. Así las cosas, con Umtiti y Paco Alcácer lesionados, el once azulgrana en Balaídos estará repleto de novedades. Sergio Busquets, sancionado en Liga ante el Levante, sí jugará, pero la presencia de Cillessen en la portería (es el titular en la Copa) no será la única curiosidad. Hasta Aleñá y Arnaiz, del filial, tienen opciones de estar en el once.

Con 29 títulos, campeón de las tres últimas ediciones, el Barça inicia 2018 con un torneo con el que mantiene un idilio pese a que obliga a pagar un peaje físico y psicológico

Rey de Copas con 29 títulos, campeón de las tres últimas ediciones, el Barça inicia 2018 con un torneo con el que mantiene un idilio pese a que obliga a pagar un peaje físico y psicológico que en ocasiones puede pasar factura en las dos competiciones estrella: Liga y Liga de Campeones. El Celta, rival temible para el conjunto azulgrana, espera en Vigo este jueves en la ida de los octavos de final con el aval del punto que se llevó recientemente del Camp Nou (2-2) y con la amenaza de los cuatro goles logrados en las dos últimas visitas culés a Balaídos (4-1 y 4-3). Incluso el último precedente copero favorece a la escuadra celeste: 3-1 y 1-1 en la semifinal 2000-01 para pasar a la final en el adiós del Pep Guardiola jugador al Barça.

La acumulación de partidos en enero, algunos de máxima exigencia, si se superan las eliminatorias requiere de rotaciones numerosas, un riesgo que quizás Luis Enrique no quiso correr en las dos últimas temporadas. Eliminar a Athletic (octavos), Real Sociedad (cuartos) y Atlético (semifinales) la pasada campaña fatigó en un momento clave a jugadores muy importantes de la plantilla azulgrana, algo parecido a lo que sucedió en el curso 2015-16 cuando los rivales fueron Espanyol, Athletic y Valencia.

Unzué sabe los secretos culé

Hace dos años, aunque hubo bajón, las fuerzas llegaron para ganar la Liga con más sufrimiento del necesario, pero en Europa no hubo respuesta al despliegue físico del Atlético. Y el año pasado, el equipo ya fue totalmente irregular precisamente a partir de febrero en Liga y Liga de Campeones, títulos que conquistó el Real Madrid.

“Si la ganas compensa todo. Es una competición que nos ilusiona y que haremos todo lo posible por ganarla”

VALVERDE

El Celta, más con Juan Carlos Unzué como entrenador, que lo conoce todo del Barça, tiene el nivel de todos esos rivales citados y la ambición de triunfar en una Copa que suele ser una oportunidad para clubs como el gallego. Valverde quiere dosificar a sus jugadores, pero debe medir muy bien cómo lo hace porque también quiere optar al título.

Preguntado por el previsible desgaste copero ahora que el Barça va como un tiro en la Liga, Ernesto Valverde apuntó que “si la ganas compensa todo. Es una competición que nos ilusiona y que haremos todo lo posible por ganarla. Tenemos una plantilla amplia". Lo dijo, eso sí, recordando el peligro que supone el Celta como rival: “Es uno de los peores rivales que nos podemos encontrar. Se viene proyectando desde hace tiempo, que presiona y juega bien. Los partidos de años anteriores son una referencia, pero han cambiado de entrenador y nos fijamos más en el partido de Liga. Mañana es una nueva página de la historia, a ver si la podemos cambiar”.

“Ojalá marquemos, pero tener la puerta a cero nos da también muchas opciones y no es nada fácil”

UNZUÉ

Juan Carlos Unzué, por su parte, confía en volver a sorprender al Barça y no oculta sus armas. “El Barça es un equipo que te exige defenderte cerca de tu propio área. Tienen capacidad para resolver situaciones inverosímiles. Lo que vamos a tratar es jugar de la manera más efectiva. Creo que tenemos una virtud y es la manera tan diferente que tenemos de atacar y defender. Dejamos muy pocos espacios para llegar a portería”, avisó, aunque con los pies en el suelo: “Ojalá marquemos, pero tener la puerta a cero nos da también muchas opciones y no es nada fácil”. Daniel Wass, superado un esguince, entró en la convocatoria del Celta, con tres ausencias por decisión técnica: Guidetti, Iván Vilar y Hjulsager.

 Al Barcelona se le sigue atragantando el Celta. Ha arrancado 2018 con un empate copero que deja todo para la vuelta en el Camp Nou. Otro empate como en Liga, tras un partido en el que el equipo de Juan Carlos Unzúe puso toda su arsenal sobre el verde y el Barcelona tiró de rotaciones excesivas y mostró un once inicial irreconocible e incapaz de generar el fútbol del que suele hacer gala. Esperando a si en la vuelta Valverde ya da entrada a los Messi, Luis Suárez, Iniesta (ausentes en Vigo), quedará el choque eclipsado por el nuevo gol de José Arnaiz y por la reaparición de Ousmane Dembelé 110 días después de su lesión. Lo mejor para la memoria colectiva azulgrana.

Porque en lo futbolístico, está claro que ya sea por el estilo de juego, por la calidad del plantel o por el conocimiento de Unzúe de las entrañas del equipo azulgrana, pero el Celta sigue dado muestras de que es incómodo al máximo para este Barcelona. Ya lo dejó claro en el partido de Liga en el Camp Nou con el empate a dos y lo volvió a hacer en la ida de la Copa. De hecho, se vio obligado el Barça a jugar a la contra hasta el descanso con un control absoluto del Celta. Pero aprovechó una salida rápida para celebrar el gol de Arnaiz. André Gomes sacó petróleo en el área local para dejarle el balón al delantero talaverano que tiene un imán para esto de ver puerta. Tres son los goles que ha marcado en otros tantos partidos en Copa.

Pero el tanto no cambió el guión del partido y, aunque necesitó su tiempo, el Celta volvió a adueñarse del control del choque. Las numerosísimas rotaciones de Ernesto Valverde se dejaban notar y el equipo azulgrana era incapaz de hacer circular el cuero. Sí lo hacía el Celta que necesitó alguna que otra ocasión clara para batir a Cillesen. Las tablas llegarían a la media hora de partido tras un error clamoroso de Aspas en el área culé tras el cual Sisto fusilaría al portero holandés a pocos metros. La pasividad de la zaga del Barça fue tan evidente como los problemas que arrastraba el equipo para crear ocasiones de gol.

Celta

Sergio, Hugo Mallo, Fontás, Sergi Gómez, Jonny (Roncaglia, min. 82), Wass (Brais Méndez, min. 67), Lobotka, Jozabed, Iago Aspas, Maxi Gómez y Sisto (Emre Mor, min. 67).

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Barcelona

Cillesen, Semedo, Piqué, Vermaelen, Digne, Busquets, Paulinho (Rakitic, min. 71), Denis Suárez, André Gomes, Aleix Vidal (Sergi Roberto, min. 76) y José Arnaiz (Dembelé, min. 71).

  • Goles 0-1. min. 15. Arnáiz. 1-1. min. 31. Sisto.

  • Árbitro Martínez Munuera (Valenciano). Amonestó a Fontás, André Gomes.

  • Incidencias Estadio de Balaidos. 27.000 espectadores.

Teniendo en cuenta que el Barça afrontaba el choque sin sus estrellas y del once titular apenas había un par de representantes, parecía evidente que el duelo no iba a ser fácil. Menos, cuando Unzué apenas hizo tres variantes con respecto al equipo que derrotó al Deportivo en el último partido del año pasado. Los pesos pesados del Celta estaban sobre el verde y querían llegar a la vuelta en el Camp Nou con vida suficiente como para poner en un aprieto al vigente campeón.

Lo logró aunque el libreto cambió tras el descanso. Le sentó mal el parón a los de Unzúe, que buscaba algo de refresco de cara a los próximos días en los que tendrá que verse las caras con el Madrid en Liga y nuevamente el Barça en la vuelta en el Camp Nou. Llegaron cambios en ambos bandos cuando el Barcelona ya sí que se había hecho con el control del partido. Regresó Dembelé tras más de 100 días de lesión y con él Rakitic para incidir en esa nueva posición dominante que había logrado el Barça.

Contó con poco más de un cuarto de hora el francés en su regreso a los terrenos de juego aunque todos los ojos le perseguían desde el mismo momento en el que saltó a calentar. El Barça controlaba el juego, aunque el Celta se seguía agarrando a la eterna voluntad de Iago Aspas y a la peligrosidad de Emre Mor que le hizo dos claras al rival en apenas unos minutos. El choque generó una continua cascada de ocasiones de cierto peligro en cada una de las áreas, aunque el duelo acabaría con las tablas con las que se llegarían al descanso.

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