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Capello, junto al periodista Paco Cañete, que condujo la charla.
Fabio Capello: «En mi casa no se habla de fútbol»

Fabio Capello: «En mi casa no se habla de fútbol»

El italiano repasó su trayectoria como jugador y entrenador en la antigua sede de la Diputación

FERNANDO MORGADO

Martes, 7 de marzo 2017, 01:04

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Lorenzo Sanz tiene la culpa de que Fabio Capello encontrara su refugio en Marbella. Cuando el entrenador, entonces en su primera etapa en el banquillo del Real Madrid, le preguntó al presidente por un lugar para pasar las vacaciones, este le recomendó las islas Baleares. «Pero son como Sicilia o Cerdeña, islas al fin y al cabo». Entonces, Sanz le sugirió Marbella, y allí que se fue Capello a construirse una casa. Ayer, por unas horas, el italiano salió de su rincón para repasar su trayectoria futbolística ante los malagueños en la sala Oyarzábal de la antigua sede de la Diputación, en una charla del Aula de Deportes titulada Reflexiones sobre el fútbol de hoy.

El exjugador de Roma, Juventus y Milan acudió al encuentro, presentado por el periodista Paco Cañete y, como suele ser habitual en él, vestido con impecable elegancia italiana. La primera pregunta de Cañete fue directa: «¿Estás retirado de los banquillos?» «Mi mujer dice que sí, pero si me llega algo que me interesa... He recibido muchas ofertas en los últimos años. Este verano, nueve o diez. Hace ocho años me ofrecieron un dineral por irme a China, pero yo siempre voy con mi mujer. No me gusta vivir en el hotel ni solo. Y mi mujer me dijo que a China no me seguía», explicó Capello, que cumplió el año pasado 70 años.

El técnico, que además ha dirigido a Milan, Roma, Juventus y a las selecciones de Inglaterra y Rusia, recordó sus inicios en el mundo del fútbol. Nació en Pieris, una localidad de apenas mil habitantes que ha dado seis futbolistas internacionales. «Mi padre era maestro y entrenador del equipo de fútbol. También pintaba el campo... Lo hacía todo». Tras destacar en el Pieris, su padre firmó un contrato para que Fabio jugase en el SPAL 1907. Al poco tiempo, representantes del Milan quisieron hacerse con sus servicios. «Le dijeron a mi padre que alegase que había firmado el contrato borracho, pero él se negó. Había dado su palabra al SPAL».

Entonces ya conocía a Laura, su mujer, con la que lleva 42 años casado. «Parece que nos llevamos bien», bromeó Capello. La clave del éxito de su matrimonio es que sabe dejar los problemas en la puerta. «En mi casa nunca se habla de fútbol. Creo que mi mujer entiende, pero nunca discutimos sobre fútbol. Si quiere saber algo, puede leer el periódico».

Su siguiente equipo fue el Roma, donde jugó dos años bajo las órdenes de Helenio Herrera. «El mejor entrenador que tuve nunca. Iba diez años por delante del resto. El 70 % de las cosas que hago como entrenador las aprendí de él. Eso sí, no era su amigo. Helenio sólo trabajaba. Entrenaba y preparaba el partido a conciencia, pero también te ayudaba psicológicamente», añadió.

Esa ética de trabajo caló en Capello, que tiene fama de ser estricto en el vestuario. Por algo lo conocen como El Sargento. «Yo respeto a los jugadores y ellos tienen que respetarme. También tienen que respetar al resto del equipo. El entrenamiento empieza a las 10.30 y no se espera a nadie. Yo soy un hombre de trabajo que dice las cosas a la cara. Cuando hay que hacer bromas, las hago». Para Fabio Capello, un buen equipo debe tener una columna vertebral sólida. «La base son los jugadores de medio campo hacia atrás, donde nace el juego. Delante, libertad», afirmó el técnico, que reconoció que hay jugadores a los que les afecta la presión. «Fiché a Secretario para el Madrid cuando era internacional con Portugal. Era salir al Bernabéu y estaba muerto. Le pesaba la camiseta».

Para el italiano, tres equipos han definido el fútbol moderno: el Ajax de Cruyff, el Milan de Sacchi y el Barcelona de Guardiola. «Pero los otros entrenadores al final siempre encuentran la forma de hacerte sufrir», comentó. Capello heredó ese histórico Milan, con el que goleó en la final de la Copa de Europa en 1994 al Barcelona. «Ese partido estaba muy bien preparado. Sabíamos que no debíamos dejar jugar a Koeman ni a Guardiola. Si el balón llegaba al lateral derecho, no había problema. Salgo contento de los partidos cuando veo que se han aplicado los conceptos que se han entrenado durante la semana», apuntó.

De su primera etapa en el Real Madrid recordó el fichaje relámpago de Roberto Carlos. «Un amigo me avisó de que lo vendían y convencí a Lorenzo Sanz de que había que ir a Milán. Aterrizó a las nueve y a las once y media ya estaba todo hecho. Por lo visto, el Inter lo traspasaba porque decían que no sabía defender». En la segunda se encontró con el mejor jugador que ha visto nunca sobre el césped: Ronaldo. «Era un jugador con una técnica única, aunque pesaba 96 kilos, diez más que cuando ganó el Mundial». También destacó el nombre de Fernando Hierro. «Era un jugador importantísimo, con mucho carisma», dijo Capello del malagueño.

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