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Dani Carvajal disputa un balón con el portugués Guerreiro. :: FirBernd Thissen / EFE
El Madrid insiste en sus despistes

El Madrid insiste en sus despistes

Debió escalar por primera vez el 'muro amarillo', pero Schürrle castigó con otro empate su conservadurismo final

IGNACIO TYLKO

Miércoles, 28 de septiembre 2016, 00:55

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Estuvo a punto, pero el Real Madrid se echó demasiado atrás en el tramo final y tampoco derribó el 'muro amarillo' en su sexta tentativa. Debió ganar porque tiene más experiencia, calidad y pegada que el ensalzado y meritorio Borussia Dortmund de Thomas Tuchel, discípulo de Pep Guardiola, pero volvió a fallar cuando se vio dos veces en ventaja, como le ocurrió en Las Palmas. Pagó su conservadurismo con un empate que hizo justicia al mayor ímpetu y empuje de los teutones, que ya antes del tanto final de Schürrle obligaron al reaparecido Keylor Navas a redimirse de su error grave en el primer gol.

El Real Madrid sacó su versión esforzada. Así lo aconsejaban los antecedentes en este escenario y el gran momento del Dortmund, un equipo muy joven pero sobradamente preparado que gira alrededor de Weigl, fino mediocentro de sólo 21 años al que se le compara con Busquets. En la primera cita grande de la temporada y sin Casemiro, quien se doctoró precisamente al sujetar a los blancos en Dortmund en el año de la 'décima', Zidane recurrió a las vacas sagradas. La 'BBC' y James junto a Kroos y Modric en el eje del centro del campo. Un equipo ofensivo, pero con encargos muy serios para juntar líneas, cerrar filas y no ceder ante el empuje del enemigo, tan rápido como voluntarioso y versátil, pero todavía inexperto.

No se recordaba a un Cristiano Ronaldo tan retrasado como el de ayer. Ayudaba incluso a Danilo para frenar al franco-gabonés Ousmane Dembélé, uno de esos regateadores que ya no abundan en el fútbol moderno. Es rápido, vertical y tiene salida con ambas piernas, lo que dificulta todavía más el trabajo de sus vigilantes. En el otro costado, Bale también se dejó ver, aunque menos que Cristiano, para evitar las diagonales de Guerreiro, un zurdo que sobresalió en la Eurocopa conquistada por Portugal. Y Jamés se esforzó para que Weigl no recibiera con comodidad, ni pudiera girarse.

Los blancos contrarrestaron pronto el dominio inicial de los alemanes con un golazo. Fue una jugada prodigiosa desde el corte de Danilo hasta la asistencia de tacón de Bale y la definición de Cristiano, quien se fue a celebrarlo hacia el banquillo. Primero recibió los parabienes de sus compatriotas Pepe y Coentrao y luego saludó a Zidane. Pelillos a la mar. El cambio del astro de Madeira en Las Palmas, ya era una anécdota. Una vez más Cristiano respondía en la máxima competición. Ya está a sólo cinco goles de alcanzar el centenar en la Champions.

Además de reducir el sonido ambiente de un estadio con una de las aficiones más calientes de Europa, el Madrid consiguió cortar el ritmo y el impulso de los alemanes tras ese extraordinario gol en el que también intervinieron Modric, Benzema y Kroos. En su mejor momento, le faltó determinación para irse en busca del rival y noquearle. Pero se sentía entonces tranquilo en defensa. Algunas llegadas esporádicas de los teutones, pero no un asedio. Sí había sensación de peligro cuando Mario Götze sacaba de su posición a Varane y Aubameyang se quedaba más libre.

El error

Cerca del descanso, sin embargo, llegó el error impropio de Keylor Navas. Ya había mostrado signos de desconfianza al rechazar con los puños un balón rematado de cabeza hacia el centro por el griego Sokratis y falló tras un lejano lanzamiento de falta de Guerreiro. Se quitó el balón de encima el tico, despejó hacia adelante y se produjo una carambola fatal con Varane y Aubameyang de por medio. Cuatro meses de ausencia pesan, ya que Keylor no jugaba desde la final de la Champions del 28 de mayo en Milán.

En la segunda mitad, Keylor se lució para desviar enseguida un tiro cruzado de Aubameyang. El duelo parecía bastante controlado, como si ambos se temieran. Más dominio, pero estéril, del Dortmund, y algunas contras del Madrid, las mejores cuando Bale podía encarar a Schmelzer, más lento que el galés. Thomas Tuchel, discípulo de Pep Guardiola, retiró pronto a Götze y buscó más velocidad con Schürrle, que salía de lesión. El mayor peligro visitante, a balón parado. Y así llegó un córner sacado en corto, un remate de Benzema a la madera y el gol de Varane. Entró Kovacic, se marchó James y Keylor desvió hasta cuatro disparos peligrosos. Se fue demasiado atrás el Madrid, tardó un mundo Zidane en introducir a Morata para que la aguantara y Schürrle no perdonó cuando la tuvo.

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