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Imagen del partido de la primera vuelta entre ambos equipos en el campo del Roma Luz.
La sombra de un amaño planea sobre el 26 de Febrero-San Félix de División de Honor juvenil

La sombra de un amaño planea sobre el 26 de Febrero-San Félix de División de Honor juvenil

La pasividad del equipo dependiente del Málaga provocó que se pasara de un 2-6 a un 7-6 en los últimos siete minutos a favor del conjunto local, que lucha por salvarse

Sergio Cortés

Martes, 5 de abril 2016, 07:21

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Fue raro, raro, raro... Al final del partido, según cuentan, hubo más sonrisas que lágrimas, como si todo formara parte del guion. Desde luego, cualquier duda sobre el desenlace parece más que razonable y está sobradamente justificada. La sombra del amaño planea sobre el encuentro disputado el domingo por la mañana dentro de la máxima categoría juvenil, la División de Honor, entre el 26 de Febrero y el San Félix, este último dependiente del Málaga Club de Fútbol. En solo siete minutos, desde el minuto 83 al 90, el equipo local, con conocidos lazos con la entidad de Martiricos, marcó nada menos que cinco goles para convertir un 2-6 en un 7-6 mucho más sorprendente si se analiza el potencial de cada conjunto.

Cualquier investigación sobre lo ocurrido el domingo parece destinada a un callejón sin salida. Ningún club rival del 26 de Febrero (el San Félix está en la mitad de la tabla, en una posición intrascendente) se acogió a la posibilidad de pedir a la Federación Andaluza un delegado federativo. Es más, las fuentes consultadas por este periódico aseguran que no hubo cámaras que tomaran imágenes del partido. Por esa razón, todo queda sujeto a lo vivido por testigos presenciales y a esa rocambolesca remontada de un equipo que durante la temporada ha demostrado ser claramente inferior al conjunto dependiente del Málaga (pese a la derrota de ayer, aún tiene una desventaja de 14 puntos). Desde luego, ayer fue la comidilla en todo el fútbol-base local.

Un árbitro de primer nivel

No es nuevo que en las últimas jornadas de la División de Honor de juveniles se produzcan resultados extraños, algo de lo que ya se quejó la temporada pasada el Puerto Malagueño cuando se consumó su descenso. Pero en este caso se han batido todos los récords. Eso sí, el partido se desarrolló sin el más mínimo incidente o atisbo de juego brusco, razón por la que el árbitro, el malagueño Abraham Domínguez Cervantes, no ha incluido comentarios en el acta. Considerado uno de los mejores colegiados de Segunda División B lleva dos años pitando un partido de liguilla de ascenso a Segunda y se quedó a las puertas de subir en 2014, el rinconero también ha sido ya cuarto árbitro en varios encuentros de Primera División y puntualmente, cuando no es designado para una de estas dos categorías, debe pitar encuentros de la máxima categoría juvenil.

Precisamente por su curtida experiencia (cinco temporadas en Segunda B con solo 29 años) él y sus asistentes suelen estar muy vigilantes en este tipo de encuentros, en la recta final del campeonato, sobre cualquier situación extradeportiva. Fuentes cercanas al trío arbitral inciden en que en esta ocasión no hubo más presión de la cuenta sobre ellos desde la grada. El partido fue tan cómodo desde el punto de vista disciplinario que el periodo de prolongación estaba destinado a que durara uno o dos minutos. Cuando se cumplió el 91, y ya con los dos equipos cada uno en su parcela sin ánimo de jugar la pelota, Domínguez Cervantes decretó el final.

La realidad es que el San Félix, que nada se jugaba, salió con un sistema inusual, con tres centrales. La consecuencia fue que el segundo juvenil del Málaga (así es a todos los efectos, aunque en la página web del club no aparezca en su organigrama) comenzó a marcar goles al contragolpe hasta adquirir una clara ventaja de 2-5. Es más, hubo que esperar unos minutos hasta que llegó el 2-6 sin que se produjera la reacción local. La estructura del campo del 26 de Febrero facilita que entre los dos banquillos se sitúen aficionados. Muy pronto la presión fue en aumento en torno a la zona del equipo visitante, pero siempre sin incidentes y sin que nadie se situara en ella, en el asiento.

Un bajón «bastante raro»

Sí fue perceptible que en los diez últimos minutos, según relatan a este periódico, «el San Félix dejó de jugar». Su entrenador, Adrián Cervera, permaneció sentado en el banquillo mientras se sucedían los cinco goles, uno tras otro, a favor del 26 de Febrero en solo siete minutos. «Fue un bajón bastante raro», recalcan.

El San Félix pertenece a la estructura del Málaga, que lo dota de entrenador, jugadores y medios. Su equipación es la misma, solo que con el escudo cambiado. Por su parte, el 26 de Febrero le facilita al club de La Rosaleda que ante la falta de instalaciones, la deseada Academia, distintos equipos de su cantera se ejerciten a diario en su campo. Sin ir más lejos, en ese terreno de juego disputan sus partidos tres conjuntos de la entidad de Martiricos, el de la Liga Nacional juvenil (dirigido por Raúl Iznata), el cadete autonómico (entrenado por David Cabello) y el infantil autonómico (cuyo técnico es el jugador Juanito). Las relaciones entre ambos clubes han sido excelentes en los últimos tiempos, hasta el punto de que varios jugadores del 26 de Febrero (e incluso algún técnico muy recientemente)han pasado a la disciplina del Málaga.

La competición en el grupo andaluz en la División de Honor juvenil concluirá la próxima semana. A dos jornadas del final, el 26 de Febrero es antepenúltimo (bajan cuatro), dos puntos por debajo del San Juan y cuatro del Santa Fe. Por debajo ya están descendidos el Marbella y el Séneca.

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