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Juan Daniel López da explicaciones a padres e hijos en una de las reuniones de la Escuela de Padres.
Violencia cero en el deporte

Violencia cero en el deporte

Mijas, municipio pionero en Málaga en la creación de una Escuela de Padres para fomentar la buena conducta antes, durante y después de los partidos

Miguel Gámez

Domingo, 18 de octubre 2015, 09:26

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El pasado mes de septiembre, la árbitra Zaira Morales, de 14 años, recibió todo tipo de insultos desde la grada mientras dirigía un partido de alevines en Asturias. Un espectador le dijo incluso que se dedicara mejor a la prostitución. Desde entonces, no quiere pisar un campo de fútbol. En febrero, la también colegiada Laura Jiménez, de 21 años, pitó un penalti a los cinco minutos de comenzar el partido Tesorillo-Jédula en la provincia de Cádiz y los insultos no se hicieron esperar: «Ojalá Franco levantara la cabeza y os mandara a vuestro sitio, que es la cocina». El club local fue sancionado con solo 50 euros.

En la provincia de Málaga, en abril de este año el entrenador del Lauro, Jesús Calzado, sufrió graves agresiones en el campo del Tiro de Pichón en partido de la Segunda Andaluza alevín. Recibió puñetazos, patadas y pisotones de aficionados, entrenadores y familiares del conjunto local, por lo que tuvo que ser hospitalizado. Sin dejar Málaga, en noviembre del pasado año, el encuentro La Mosca-Churriana del Grupo 2 de la Tercera Andaluza de juveniles fue suspendido por una multitudinaria pelea que comenzó en la grada y que acabó en el césped, con aficionados, técnicos y directivos implicados (unas 30 personas) y denuncias por lesiones de uno y otro club.

Cada fin de semana se juegan en España más de 20.000 partidos de menores de 18 años. Según el Sindicato de Árbitros, los colegiados reciben decenas de miles de agresiones verbales cada fin de semana, mientras que las agresiones físicas representan el medio centenar al mes.

Las cinco reglas clave

  • El psicopedagogo Juan Daniel López ha establecido cinco reglas fundamentales que deben tener en cuenta los familiares de los niños que practican deportes. Ha comenzado a implantar este tipo de conducta en el fútbol, pero quiere hacerla extensiva a otros deportes, como el baloncesto e incluso el tenis, ya que también tienen cabida en deportes individuales, donde algunos padres ejercen excesiva presión sobre sus hijos. Las cinco claves de la buena conducta que siempre recalca este experto universitario en sus reuniones con progenitores y vástagos son las siguientes

  • 1 Antes de comenzar, recuerda que cada uno tiene su rol los entrenadores entrenan y educan en el fútbol, los árbitros arbitran, los jugadores juegan y lo pasan bien. ¿Y tú? Disfruta, viendo jugar a tu hijo con los amigos.

  • 2 Apoya a tu hijo y al equipo, no hace falta que asesores al entrenador. Relájate y goza viendo a tu hijo jugar. Confía en el entrenador y deja que, durante el partido, sea él el que tenga el mando del equipo.

  • 3 El partido es el premio por entrenar duro toda la semana. Fíjate en los avances del equipo, no mires si se gana o se pierde o si tu hijo juega más o menos. Al finalizar el partido puedes explicarle a tu hijo que esforzarse en los entrenamientos es el secreto de llegar a ese premio que es jugar y mejorar.

  • 4 Gracias al equipo adversario tú disfrutas viendo fútbol de competición y tu hijo jugándolo. Respétalos y aplaude. Son niños como el tuyo. Recuerda que no hay partido si no hay dos equipos.

  • 5 Un árbitro es una persona, como tú. Incluso puede ser un niño o un adolescente. Tiene sus sentimientos, su familia y busca su diversión, cuidando que el partido sea lo más limpio posible. Puede equivocarse, como tú. Gracias a él puede competir tu hijo, sé honesto y dale importancia a su figura, no lo humilles.

Con el fin de evitar toda esta violencia verbal y física, que se da sobre todo en el fútbol, pero también en otras competiciones deportivas, el Ayuntamiento de Mijas es pionero en la provincia de Málaga en la creación de una Escuela de Padres con la finalidad de evitar la violencia tanto en los campos como en las gradas, partiendo del deporte base. Para ello, el Consistorio, a instancias de la concejala de Deportes, Lidia Moreno, y el coordinador de Deportes y exjugador del Málaga Manu Sánchez, ha contratado al psicopedagogo y experto universitario en coaching deportivo Juan Daniel López, que ha sentado las bases del proyecto. Se busca garantizar la buena conducta de padres, madres e hijos antes, durante y después de las competiciones deportivas. Pero López no está solo en esta novedosa tarea. El presidente del Club Polideportivo Mijas, José Manuel Quero, así como el vicepresidente, José Antonio García, forman parte del equipo, a los que se les han unido en el trabajo dos técnicos de las escuelas municipales de fútbol de la localidad, Juan Carlos García y Adrián Angulo.

Manu Sánchez, por su experiencia como futbolista, sabe el papel fundamental que juegan los padres en la evolución de sus hijos. «Es una iniciativa en la que tengo puestas muchas esperanzas desde que soy coordinador de Deportes del Ayuntamiento. Sobre todo, porque los padres son clave en el desarrollo de los niños como futbolistas, y para los niños sus padres constituyen un ejemplo con su conducta, como lo fue el mío». Por su parte, Lidia Moreno apuesta por la respuesta emocional de niños y padres. «La inteligencia emocional está en auge, y creo que es importante ponerla en marcha cara a los partidos, con el objetivo de que no afecten tanto las derrotas».

López, que ya contó en años anteriores con el respaldo del Juval y del Chelsea para poner en práctica sus conocimientos, está concienciando a los padres, a través de reuniones puntuales (ya se han celebrado tres, dos de ellas con los progenitores y una con los monitores y técnicos, con asistencia de más de 200 personas) de la necesidad de anteponer la educación de los niños a los resultados.

«No debemos jugar con el resultado, sino con el desarrollo del niño. No hay que crear máquinas de ganar, sino inculcar los beneficios de los deportes colectivos: las habilidades sociales, el espíritu de equipo, el control de las emociones, la autoestima, etcétera. El problema es que muchos padres, influidos o no por la televisión, se creen que sus hijos van a ser Leo Messi o Cristiano Ronaldo. En Primera División hay 500 jugadores, con lo que solo el 0,07 % de los niños que empiezan a jugar al fútbol llega a la élite. Es como llenar el Camp Nou con 90.000 personas y que estés en un grupo de 67 elegidos. Es más fácil lograr matrícula de honor en Telecomunicaciones que ser jugador de Primera, y eso lo deben tener claro los padres», explica López.

Este psicopedagogo es partidario de no abusar de las reuniones, porque, asegura, «los padres se aburrirían y dejarían de ir». No obstante, el contacto con los padres y las madres es permanente, bien sea a través de las redes sociales, el móvil, el correo electrónico o mensajes de whatsapp, enviados por los técnicos con los que trabaja. Uno de ellos, Juan Carlos García, declara: «El fútbol hay que verlo como un juego, como lo que es antes de llegar a la élite. Es necesario que se respire un ambiente más ameno, ya que los comportamientos muchas veces no son los más idóneos. Por su parte, Angulo, señala: «El objetivo es concienciar a padres y madres de la conducta que deben tener con los árbitros, con el equipo contrario, con los padres del equipo contrario e incluso con sus propios hijos». Ambos técnicos señalan la importancia de seguir las webs efmijas.es y escueladefutbolmijas.blogspot.com, en las que podrán informarse de todo.

El entrenador del equipo alevín del CP Mijas, Roberto Rodríguez, también avala la idea de una Escuela de Padres. «Me parece una idea genial. En el deporte debe haber respeto y apoyo a los entrenadores, y ayuda para la formación deportiva de los niños. A ver si Mijas se convierte en una referencia a nivel nacional en cuanto al comportamiento de los padres y muchos de estos dejan de jugar a ser entrenadores. Hace dos años, en el campo del Torremolinos en categoría benjamín, me insultaron y me dijeron que estaba perdiendo tiempo cuando fui a auxiliar a un niño de mi equipo al que abían dado una patada y se retorcía de dolor en el césped. Me llamaron mierda de entrenador. Es uno de los momentos más vergonzosos que he vivido».

Los padres también han sido consultados por este periódico sobre esta iniciativa. Jorge David Bermúdez es padre de Jorge, un jugador del equipo alevín del C. P. Mijas. «De nuestro equipo fuimos a la reunión los 15 padres. Me parece genial esta iniciativa, para que no se vea solo fútbol. Todos los padres con los que he hablado están muy contentos. Debemos concienciarnos de que nadie comerá del fútbol. Es prácticamente imposible. Lo importante es inculcar a los hijos el deporte y el compañerismo, una serie de hábitos y que disfruten con lo que hacen, ganen o no el partido. Gusta ganar, pero lo fundamental es saber perder».

Inmaculada Vizcaíno, madre de José María, jugador del prebenjamín A del C. D. Las Lagunas, también rechaza la agresividad que se suele ver en el fútbol. A ella solía llevarla su padre siempre a ver partidos de fútbol cuando era una niña. «En estas clases te enseñan cosas que desconoces. No hay que castigar al niño con la amenaza de que se quedará sin jugar al fútbol si no se porta bien, o por las malas notas. No hay que quitarle el deporte. Es esencial que hablemos el padre o la madre, el monitor y el niño. Además, los padres no debemos contradecir las normas del entrenador; a veces volvemos locos a los niños, diciéndoles algo que es lo contrario que le ha comentado el entrenador. Las clases están muy bien no solo por el contenido, sino además porque se hacen coincidir con los entrenamientos del niño, y se adaptan al horario de los padres».

Las víctimas propiciatorias de la violencia en los campos suelen ser los árbitros. Ellos no tienen equipo; todo el mundo anima a alguien menos a ellos. Son conscientes, aunque no debiera ser así, de que están en el punto de mira en cualquier decisión y de que son objetos de insultos de forma constante, aunque esperan que esta conducta acabe desapareciendo. El malagueño José Luis Paradas Romero, exárbitro de Primera División, considera clave crear este tipo de escuelas de padres, como señaló días atrás en una conferencia que dio en Marbella. «Está bien que los jugadores conozcan las reglas del juego, pero donde más formación hace falta es en los padres. Me parece una acertada y magnífica idea haber creado una escuela así en Mijas».

López lo tiene claro: «Quiero que los niños sean personas de bien y de éxito, ya sean camareros, ingenieros o barrenderos, no que triunfen como jugadores de Primera División a toda costa. Si fomentamos las habilidades sociales, el compañerismo, el espíritu de equipo, la autoestima y el autoconocimiento de las emociones, crearemos unos cracks cara al futuro. Mi objetivo es que haya violencia cero».

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