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Los jugadores del Real Madrid posan con el trofeo al final del partido en Abu Dabi. :: afp
'O Rei' Cristiano

'O Rei' Cristiano

Un tiro libre del portugués tumba al Gremio y concede al Real Madrid su sexto título mundial de clubes

IGNACIO TYLKO

MADRID.

Domingo, 17 de diciembre 2017, 01:18

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Traza líneas quebradas en el torneo de la regularidad, pero al Real Madrid, y no digamos ya a Cristiano Ronaldo, le van las finales. Este bloque ganador hizo buenos los pronósticos, se impuso al correoso Gremio en Abu Dhabi y se coronó campeón universal por sexta vez, más que Brasil en el ámbito de selecciones aunque cualquier comparación entre el Mundialito de clubes y la Copa del Mundo se antoja ridícula. Autor de nueve goles en la Champions y de dos en este torneo, Cristiano silenció al soberbio técnico del Gremio, Renato Gaúcho, quien en la víspera dijo que el luso tiene mucha fuerza pero poca técnica y añadió que él fue mejor. Y no hay peor cosa que encima picarle y herirle en su orgullo al de Madeira.

REAL MADRID

1

-

0

GREMIO

  • Real Madrid Keylor Navas; Carvajal, Varane, Ramos, Marcelo; Isco (Lucas Vázquez, min. 73), Casemiro, Kroos, Modric; Cristiano y Benzema (Bale, min. 79).

  • Gremio Grohe; Edilson, Geromel, Kannemann, Cortez; Jailson, Michel (Maicon, min. 84); Ramiro (Everton, min. 70), Luan, Fernandinho, y Lucas Barrios (Jael, min. 63).

  • Gol 0-1, m.53: Cristiano Ronaldo.

  • Árbitro César Ramos (México): Mostró amarilla a Casemiro,

  • Campo Final del Mundial de Clubes. Estadio Zeyed Sports City de Abu Dabi.

Dominaba el Madrid desde el principio pero la final entre el campeón de Europa y el de la Libertadores estuvo muy cerrada hasta que el ganador de cinco Balones de Oro lanzó una falta que sorprendió al portero al entrar por el centro de la barrera. Era el minuto 53 y los blancos ya se veían campeones de un trofeo que no para de hablar español desde 2014 y que ellos revalidan por primera vez en el actual formato.

El gol fue un error más propio de alevines del jugador que se giró en una jugada clave muy protestada por los jugadores del Gremio, ya que se produjo justo después de un penalti de Ramos a Ramiro que no decretó el mexicano. También se equivocó después al anular otro gol de Cristiano por un supuesto fuera de juego previo de Benzema, de nuevo muy flojo. Subido a lomos de su estrella, este Madrid ha sido el único capaz de conquistar cinco títulos en un año natural. Un repóker histórico, como los ocho títulos logrados por Zidane desde que accedió al cargo en enero de 2016. Tantos como Molowny.

Para un día tan señalado, el técnico galo recurrió al once que le dio gloria al Real Madrid en la final de Cardiff que le condujo a la duodécima Champions. Salvo Bale, que, como en su ciudad natal, esperó su oportunidad en el banquillo, el mejor equipo previsto ante un Gremio que acusó la baja de Arthur, su mejor jugador pero aquejado de una lesión de tobillo desde la final de la Libertadores.

Sin él, los mejores recursos le adornan a Luan, un medio punta que se mueve con total libertad para llegar a las posiciones de remate y que pronto forzó la primera amarilla de Casemiro. Hizo otra falta luego que puso de los nervios a los madridistas por las conocidas dificultades del sostén brasileño para frenar sus ímpetus. No hay que olvidar que las expulsiones contaban para el clásico.

Presión adelantada

Ramos, el juez de la contienda, no tuvo el mismo rasero para castigar nada más empezar el choque una entrada alevosa de Geromel, exdefensa del Mallorca, sobre Cristiano. Le pisó en el gemelo y el luso le enseñó sin éxito al trencilla la marca de los tacos en su zona dolorida. Hicieron muy bien los de Zidane en tocar y tocar a pesar de la presión adelantada de los rivales en el inicio. Nada de rifar el balón. La misión era moverlo con paciencia e ir desgastando a los campeones de América. Con Modric e Isco activos y atinados, el Madrid se hizo enseguida con el gobierno del balón, aunque tampoco se tradujo en grandes ocasiones durante el primer acto. La más clara, una de Cristiano, que en lugar de tirar rápido con la izquierda, trató de recortar y fue cerrado por los defensas. Isco, Modric y el propio astro portugués lo intentaron sin éxito desde fuera y Varane inquietó porque remató casi todos los centros en las jugadas de estrategia.

El Gremio se ordenaba y defendía bastante bien, pero sufría un grave problema de juego porque la perdía con una rapidez inusitada. Los madrileños estaban mucho más atentos en el repliegue que frente al Al Jazira, lo que tampoco era mucho pedir, pero el equipo de Gaúcho echaba en falta a Arthur y sufría porque tanto tanto Michel como Jailson son muy posicionales. Su única llegada del primer período fue un lejanísimo golpe franco ejecutado por Edilson que se marchó ligeramente alto. Una acción, por cierto, que Cristiano imitó poco después en la otra portería y con la misma suerte.

La segunda mitad fue un monólogo del Real Madrid, sobre todo a raíz de esa acción polémica en la que los brasileños reclamaron penalti y del gol de Cristiano. Keylor apenas tuvo que intervenir para atajar un centro de Bruno Cortez, mientras que los blancos debieron ampliar la renta.

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