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FUERA DE PISTA

¿CAMBIO DE CICLO?

ENRIQUE GLÜCKMANN

Martes, 28 de marzo 2017, 00:34

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Comienza el Mundial de Fórmula 1, y como viene siendo habitual con el Gran Premio de Australia, un campeonato del que todos han dicho que es el que mayor número de cambios ha experimentado desde su creación, y es verdad que muchas cosas han cambiado, empezando por sus propietarios. Desde hace casi cuarenta años Bernie Ecclestone ha manejado el 'circo' con mano de piedra y también es verdad que a él se le debe que esté donde está, pero desde este año la empresa Liberty Media es su propietaria y los americanos pretenden cambiarla de arriba abajo, para que el espectáculo mejore, y todo ello sin Ecclestone, que fue despedido fulminantemente al final de la temporada pasada, la tarea no es fácil, la Fórmula 1 no es un deporte, es un espectáculo, donde se manejan cantidades de dinero difícilmente imaginables, y donde hay unos intereses de por medio, que no existen en ningún otro escenario, como son los grandes fabricantes mundiales de automóviles, que ven en ella un magnífico escaparate para exponer sus productos, pero que una vez cumplidos sus objetivos no dudan en abandonarla.

La victoria de Sebastian Vettel puede suponer un cambio de tónica; ya los italianos demostraron en la pretemporada que estaban más cerca de lo esperado a Mercedes. Sin embargo, el resultado de Melbourne no puede ser sacado de contexto. Mercedes, pienso, sigue estando por delante de todos sus rivales. El circuito de Albert Park en Melbourne nunca se traduce el estado de forma de los equipos de forma certera por sus peculiaridades, y muchas veces hemos visto cómo la primera carrera ha sido sólo un rayo de sol, que luego no ha vuelto a verse.

Me gustaría pensar que Ferrari, está en condiciones de retar a Mercedes este año, pero creo realmente que los alemanes han perdido por excesiva autoconfianza. La salida del equipo plateado de Paddy Lowe por diferencias económicas les ha dejado sin su director técnico y a la sazón jefe de estrategia, que por otro lado casi nunca habían tenido que utilizar, dada su abrumadora ventaja. La decisión de hacer parar a Hamilton de forma tan temprana y tras cambiar neumáticos devolverlo a la pista en medio del trafico arruinó la carrera del inglés y evidenció un menosprecio a la capacidad del contrincante. Cuando Niki Lauda, director no ejecutivo de Mercedes, vea la repetición de la prueba en televisión podrá valorar el gran error que sus estrategas cometieron. Si me equivoco me alegraré por el espectáculo, pero a día de hoy sigo pensando que Mercedes es muy superior al resto.

Gran actuación de Carlos Sainz, ya establecido como un piloto con un brillante futuro al que varios equipos grandes han echado el ojo y al que probablemente el año próximo veremos en un equipo de un gran constructor. Su octavo lugar tras su magnífico puesto en la parrilla de salida, es su mejor tarjeta de presentación.

Y por fin hablaré de Fernando Alonso o mejor, de su equipo McLaren-Honda. El chasis construido por la fabrica de Woking no es una maravilla, vaya por delante, pero su motor Honda es auténticamente un fiasco. Los japoneses han estado fuera de la Fórmula 1 por mucho tiempo, no entienden la tecnología híbrida de los actuales monoplazas, han cambiado radicalmente el concepto de diseño entre el año pasado y este para tratar de revertir la situación, pero el resultado sigue siendo el mismo: ni potencia ni fiabilidad y, además, siguen sin aceptar ayuda externa de técnicos de prestigio que llevan trabajando en esta tecnología más de una década. La consecuencia es un autentico ridículo. O dan un giro radical a la situación o se quedaran sin el mejor piloto de la parrilla, al que habrán quemado definitivamente. Hasta China.

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