LOS PADRES TERRIBLES

Se detiene la Liga en Primera y surgen los protagonistas secundarios que, en ocasiones, son más trascendentales en el mundo del fútbol que los propios jugadores. Se ha comentado en todas partes la terrible batalla campal de los padres en el partido de infantiles celebrado en la pacífica isla de Mallorca. Una imagen vergonzosa que desgraciadamente no es un caso único. Aparte de este nefasto espectáculo, los nombres de algunos fichajes sonados para la próxima temporada han ocupado las páginas de los deportivos, como si la temporada hubiera finalizado. Y, sobre todo la prensa catalana, destaca en sus páginas la muerte del expresidente del Barcelona Agustí Montal. El hombre que marcaría el futuro juego del equipo azulgrana con el fichaje de Cruyff en 1973. Montal tenía una gran cualidad: no se inmiscuía en los asuntos del equipo, eso lo dejaba para el entrenador y su equipo técnico. Los partidos de las selecciones marcan un pequeño paréntesis antes de que se produzca el 'desafío total'. Los parones que causa la selección no son precisamente paréntesis de calma, al contrario. A veces, estos encuentros resultan funestos para los clubes por las repercusiones que pueden acarrear. Los entrenadores aguardan impacientes la vuelta de los futbolistas porque temen el cansancio del viaje y el riesgo de lesiones. Las selecciones ocupan un discreto segundo plano en las preferencias de los aficionados cuando están en juego las competiciones de los clubes. Cuando todo acabe, La Roja recuperará el protagonismo. Lo malo ha sido el espantoso acto de violencia en un partido de niños. El temible juego de la guerra que enseñan algunos mayores. El reflejo del odio. Los padres infelices que se obstinan en que sus hijos digan adiós a la inocencia.