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El castillo de Santa Florentina, en Canet de Mar, a 43 kilómetros de Barcelona, es una de las últimas localizaciones.
Nos invaden los Lannister

Nos invaden los Lannister

‘Juego de Tronos’, la popular serie de la HBO, ha elegido seis nuevas localizaciones en España para rodar escenas de la sexta temporada

fernando miñana

Jueves, 3 de septiembre 2015, 00:01

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Un fanático de Juego de Tronos trepó hace unos días por las colinas de Magillian, en el norte de Irlanda, hasta que consiguió avistar el lugar donde rodaban algunas escenas de la sexta temporada. Después colgó las fotos en las redes sociales y las elucubraciones empezaron a repicar. Las imágenes eran más bien borrosas y granuladas, pero algunos creyeron ver unos trajes oscuros que corresponderían a la Guardia de la Noche, los cuervos que custodian el Muro.

Millones de personas están enganchadas a esta historia llena de hilos que se cruzan y entrecruzan, urdida, pausada y exasperantemente despacio para el ansia de sus seguidores, por George R.R. Martin. La cadena HBO acaba de iniciar el rodaje de la sexta entrega de Juegos de Tronos, que se estrenará al fin una dosis para los yonquis de la serie en abril de 2016. Desde su estreno en 2011 ya se han emitido 50 episodios en 170 países. En esta temporada aparecerán varios escenarios de españoles, como ya sucedió en la quinta entrega, cuando se rodaron algunas secuencias en el Real Alcázar de Sevilla (los Jardines del Agua iluminados por el sol de Dorne) y en la plaza de toros de Osuna. Las localizaciones se han multiplicado y esta vez serán seis los paisajes que resultarán familiares a los fans españoles: el casco antiguo de Gerona; la Alcazaba de Almería; el castillo de Zafra, en Campillo de Dueñas (Guadalajara); el parque natural de las Bardenas Reales, en Tudela (Navarra); Peñíscola, y el castillo de Santa Florentina, en Canet de Mar (Barcelona).

Modexpor International, la empresa que selecciona a los cientos de extras que aparecerán de refilón en la serie, no suelta prenda porque HBO obliga a firmar unas cláusulas de confidencialidad leoninas. Pero poco a poco van goteando las informaciones y ya se sabe que en septiembre rodarán en Gerona donde hay 800 extras Tudela y Canet de Mar, y en octubre irán a Peñíscola. En esta localidad de Castellón están entusiasmados, aunque más a medio plazo que de manera inmediata. «Este verano no va a crecer más el turismo (en Dubrovnik aumentó un 24% después del rodaje) porque ya lo tenemos todo lleno: 150.000 visitantes en un pueblo de 7.000. Lo mejor es que nos ayudará a posicionarnos en el mercado internacional porque ahora el 80% es turismo nacional. Además del impacto directo (en Sevilla se registraron 12.000 pernoctaciones en dos meses)», comenta Laura Hidalgo, de la oficina de incentivos al rodaje de Peñíscola. Cree que en la elección ha sido vital que Peter Walter, de Fresco Films responsable de la producción en España, pase sus vacaciones junto al Mediterráneo.

Pero antes de Juego de Tronos Peñíscola y su castillo del Papa Luna ya era un lugar de película. Luis García Berlanga utilizó este escenario natural en Calabuch (1956) y Anthony Mann rodó allí El Cid (1961), con Charlon Heston en aquel rodaje Félix Rodríguez de la Fuente les asesoró sobre halcones. Aunque la historia real del lugar también tiene sus episodios peliculeros, como cuando Pedro de Luna fue nombrado Papa. Adoptó el nombre de Benedicto XIII y convirtió el castillo en una de las tres sedes pontificias de la historia, junto al Vaticano y el Palacio de los Papas de Aviñón. Y tal empeño puso en no perder su condición que dio pie a la frase mantenerse en sus trece el castillo del Papa Luna se puede visitar casi a diario por 5 euros.

Una mansión de mil años

Otra imponente fortaleza ha seducido a los encargados de buscar localizaciones para Juego de Tronos. Es el castillo de Santa Florentina, en Canet de Mar, a 59 kilómetros de Gerona y a 43 de Barcelona. Se trata de una mansión fortificada del siglo XI levantada sobre una antigua domus romana (así se llamaban las casas de cierto nivel económico) que tuvo su apogeoentre los siglos XIV y XV. Aunque el toque de gracia se lo dio un destacado de la burguesía catalana, Ramón Montaner, que le encargó la reforma, a finales del siglo XIX, a su sobrino Lluís Domènech i Montaner, un referente del modernismo. El arquitecto le dio un aire medieval a Santa Florentina con toques neogóticos: lámparas de forja, artesonado de madera en los techos, vidrieras, esculturas... Dejó su sello tan marcado que hasta hay quien asegura que el espectro de Domènech pasea por sus galerías de servicio. Un castillo de cuento por el que ahora se especula si pasearán los Lannister, los Bolton, los Greyjoy...

Alfonso XIII se alojó allí unos días con su corte en 1908. Gracias a su hospitalidad con la realeza, dos leones encadenados presiden la entrada. Los Montaner pasaron a la historia y el castillo pertenece ahora a un grupo inversor ruso que organiza bodas en el coqueto patio de armas y permite las visitas guiadas.

Muchos menos lustroso que el de Santa Florentina es el castillo roquero de Zafra, que se eleva orgulloso sobre un peñasco en el municipio de Campillo de Dueñas, en Guadalajara, aunque a tiro de piedra de Aragón. Los aficionados a la saga de Canciones de hielo y fuego creen ver en esta fortificación la Torre de la Alegría al pie de las Montañas Rojas de Dorne, el escondite del príncipe Rhaegar Targaryen y Lyanna Stark.

La fortaleza estaba en ruinas en el siglo XX,hasta que el Estado subastó en 1971 varios castillos abandonados. Antonio Sanz Polo (1913-2008) pujó por él y se lo llevó por 30.000 pesetas. Lo quería porque habían llegado a su casa los pergaminos que le señalaban como sucesor de un antepasado, el capitán Juan de Hombrados, que fue nombrado alcaide de la fortaleza por los Reyes Católicos. Sanz no era un rico burgués como Montaner, así que se arremangó y exprimió su cuenta corriente para que el lugar recuperara su aspecto de siglos atrás. En su viejo Land Rover transportó piedras durante años a través de la sierra de Caldereros, contrató grúas y hombres y buscó asesoramiento. Poco a poco. Hasta que logró acabar su quimérico proyecto. Ese día encendió la chimenea y allí, por donde pasaron celtas, árabes y cristianos, disfrutó del sueño más plácido de su vida.

La mano de James Costos...

  • Embajador y exjefe de HBO

  • James Costos desembarcó hace dos años en España como embajador de Estados Unidos. Hasta ese momento, era un alto ejecutivo de televisión. Ocupaba la vicepresidencia de HBO, la cadena que produce Juego de Tronos y que desde 2014 rueda episodios de la serie en España.

A todas estas historias se unen las que se van a escribir en estos lugares tras el paso de los actores de Juego de Tronos. Pero, ¿por qué ese gusto por España? Hay diferentes teorías, aunque la Historia y su patrimonio pesan. Hay quien opina que el embajador de Estados Unidos en España, James Costos, antiguo directivo de HBO, ha jugado un papel decisivo, aunque también influyen los beneficios fiscales. Una de las contrapartidas por la que pelea Costos es que el Gobierno combata con más ahínco la piratería, un agujerito en la economíá de su país.

Aunque no todo será España. La serie también se rodará en Irlanda, Croacia y Macedonia. Porque en Osuna, por ejemplo, estuvieron trece días de rodaje para una escena de cuatro minutos con 500 extras. Estos tienen que ser fuertes, morenos y medir más de 1,75. Ellas, además, con un busto de 86 a 95 centímetros. Nada de tatuajes o pelo teñido de colores. Cobrarán 50 euros al día por jornadas de hasta 15 horas. Todo por la remota posibilidad de aparecer en una esquina. Pero si hay quien sube una montaña para sacar unas fotos, ¿qué no se sacrifica por ser una minúscula parte de Juegos de Tronos? Aunque el invierno se aproxime...

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