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José Sacristán da vida a don Emilio. :: Roberto Garver / Atresmedia
«No me habrían dejado entrar en unas galerías así»

«No me habrían dejado entrar en unas galerías así»

José Sacristán ha regresado a ‘Velvet’ con un don Emilio más relajado, «aunque en ocasiones le tengo un poco de lástima»

Ester Requena

Martes, 4 de noviembre 2014, 08:01

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Hacía muchos años que José Sacristán (Chinchón, 1937) no se dejaba ver por la pequeña pantalla y ahora no la quiere abandonar. «Seguiré en Velvet hasta que me dejen», sentencia el veterano actor, satisfecho con la acogida que está teniendo la segunda temporada de la serie de Antena 3, que reúne a casi 4 millones de espectadores. En los nuevos capítulos, Isabel (Ángela Molina), la madre de Alberto (Miguel Ángel Silvestre), se apoya en don Emilio (José Sacristán), para que le ayude a recuperar a su hijo. Un personaje, el de don Emilio, con el que las nuevas generaciones han descubierto al actor madrileño.

¿Cómo viene don Emilio esta temporada?

Sigue con esa especie de carta en la manga de qué pudo pasar en La Habana, lo que se acrecienta con la aparición de doña Isabel (Ángela Molina). Mi personaje va a seguir navegando entre las aguas de la disciplina laboral y su mundo personal.

Esta vez le ha tocado un personaje muy serio.

Ahora va a estar un poquito más relajado. Por ejemplo, con Pedro (Adrián Lastra) va a ser más condescendiente. Se está quitando el uniforme y dejando un poco la retórica del consejo permanente y la doctrina. Está aflojando un poco. En ocasiones, a don Emilio le tengo un poco de lástima. Creo que hay algo ahí que aún está por descubrir, con lo que quizá su vida podría haber sido mucho más festiva.

¿Y qué tal con doña Isabel? Por cierto, otro peso pesado del mundo del cine que vuelve a televisión de la mano de Velvet.

Pues muy bien, porque Ángela y yo nos conocemos desde que hicimos una película en el año 74 del siglo pasado. No solo es una actriz inmensa, sino una muy buena amiga.

Con respecto a la trama amorosa, ¿no le pegaba más a don Emilio que le unieran sentimentalmente con doña Blanca (Aitana Sánchez Gijón)?

Me encantaría, porque es una actriz maravillosa, pero ahí yo no intervengo. Yo, lo que los guionistas decidan (risas).

¿Cómo va José Sacristán de moda, patrones, telas...?

De eso nada, soy bastante ajeno a todo ello. Aunque soy un profesional y hasta tuve que coser a máquina en uno de los capítulos.

En su juventud, ¿frecuentaba ese tipo de galerías?

¡En absoluto! Ni me hubieran dejado entrar en unas galerías así. Yo venía del campo, de Chinchón, y solo pasaba de lejos por las puertas de este tipo de sitios. Era más de Sepu o de Almacenes San Mateo, sitios más populares.

«¿Abuelo cebolleta? ¡No!»

La serie congrega cada martes a más de cuatro millones de espectadores. ¿Ha notado ese boom en la calle?

Cuando haces televisión el personaje suele devorar al actor. El otro día dos chiquitas muy jóvenes me pidieron una foto. Les pregunté de qué me conocían y me contestaron que era don Emilio de Velvet. Les pregunté si sabían mi nombre real y no tenían ni idea. Las nuevas generaciones me conocen por don Emilio.

Por cierto, cuentan que es usted el que ameniza los tiempos muertos del rodaje con anécdotas de su vida...

Sí. La verdad es que hay muy buen ambiente cuando grabamos.

¿Y no tiene la sensación de abuelo cebolleta?

No, no, no. ¡En absoluto! Y que a nadie se le ocurra ni remotamente colocarme en ese lugar (risas). En ocasiones, soy el más joven de todos.

¿Cómo lleva simultanear tantas cosas? Porque acaba de terminar en teatro y ya tiene dos películas en cartera...

Si lo que me ofrecen me gusta y doy de sí, digo yo.

¿Cuál es el secreto para seguir con ese ritmo a los 77 años?

No hay secreto. Esto funciona por el amor que se le tiene a este trabajo. Luego es importante que cuenten contigo, estar disponible y entrenado (risas).

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