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Gazapos fuera de tiempo

Gazapos fuera de tiempo

Botellas de plástico en 1920, móviles al revés, cabinas de teléfono demasiado modernas... Encontramos los errores que se han colado en nuestras series

eider burgos

Lunes, 25 de agosto 2014, 08:34

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Cuántas veces habrá oído el lector eso de que, en ocasiones, realidad y ficción se confunden. Y no es difícil que tanta confusión acabe en gazapo. Confuso debía andar el script de Downton Abbey cuando se le coló una botella de plástico en una imagen promocional. Sonrojante patinazo en una historia ambientada en 1920, cuarenta años antes de que se vendieran estos botellines. Los británicos han entonado el mea culpa y además de reconocer el error le han sacado provecho; ahora hacen campaña por la ONG Wateraid, que lleva agua potable a países en desarrollo.

El suyo ha sido un gazapo de los que no pasan inadvertidos, pero de esos ha habido muchos, especialmente en las series históricas, más vulnerables a los anacronismos. Cuéntame cómo pasó lleva trece años en antena y se les han colado algunos. El barrio de San Genaro, levantado en un polígono industrial de Pinto, puede presumir de ser una de las mejores ambientaciones de la televisión en España. Tienen un equipo de atrezzo espectacular... pero también se les ha infiltrado algún visionario, porque en Cuéntame, en el año 1975, las cabinas de teléfono ya lucían el logo de lunares coloridos que Telefónica adoptó en 1993. Y en 1979, por sus calles circulaba algún que otro autobús con las actuales matrículas europeas hasta se vio un radar que no existía entonces.

Pero tuvo que ser Imanol Arias, el protagonista, el que se coronara con el mayor de los deslices (y no hablamos del romance con Paz). En el capítulo 211, Antonio y su hermano Miguel (Juan Echanove) discuten sentados en la cama con un mapa en la mano. «No me arrugues el pueblo, Juan», le reprocha Antonio a su hermano, llamándole por su nombre real, Juan (Echanove), en lugar de decirle Miguel.

Un detalle que no pasó desapercibido para el público, que adora cazar erratas y airearlas en la red. También hicieron notar que la Torre del Oro de Isabel no era la que correspondía a la época. La serie de TVE goza de buena fama documental, pero esta vez fallaron. La torre que se mostró en la tele no es la que lucía Sevilla allá por el siglo XV, sino la que en 1760 se remató con un cuerpo superior.

Felipe, Letizia y el Magnum

Otros anacronismos hasta acaban dando nombre al show. Fue el caso de la fugaz La chica de ayer (2009), adaptación de la británica Life on Mars. Aquí la protagonizó Ernesto Alterio; encarnaba a un policía que tras un accidente de coche despierta en 1977. La versión inglesa lleva por título la canción de David Bowie que el protagonista escucha al abrir los ojos. Y aunque por Madrid no había tantos fans de Bowie como por Londres, tampoco los había de Nacha Pop: no fue hasta 1980 cuando la banda de Antonio Vega publicó su primer álbum con aquel famoso single.

Adelantados a su tiempo también fueron Felipe y Letizia. Los del telefilme de Telecinco, claro. En una escena ambientada en 2003 salen comiendo un helado, un Magnum Gold, en concreto. Y lo probaron antes que nadie; no se vendieron hasta 2010. También fueron los primeros en circular por los túneles de la M-30, inaugurados en 2007. En ocasiones, el equívoco raya lo absurdo. Sucedió en el estreno de El Príncipe, donde un policía habla por teléfono con el móvil al revés. Solo un instante, pero ahí está, para risa de todos.

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