‘Trust’: dinámicas de poder y dinero

‘Trust’, creada por Simon Beaufoy para FX –en España se puede ver en HBO– y dirigida por Danny Boyle, es una miniserie de cinco episodios alrededor de la descendencia y transmisión del poder y de cómo este puede dinamitar la familia y los valores esenciales que se entiende sobre ella. La cartografía de cualquier afecto está destruida. Cualquier relación se construye desde las dinámicas de poder y dinero. La noción de legado queda manifiesta en la mirada perdida y desquiciada de Donald Sutherland.

Es curioso que apenas hace unas semanas se estrenase ‘Todo el dinero del mundo’ (Ridley Scott, 2017) sobre el secuestro de John Paul Getty III por unos mafiosos italianos en 1973 y como la familia, a excepción de la madre, no querían pagar el rescate. La teleserie de Simon Beaufoy parte del mismo hecho, aunque el piloto termina, precisamente, con el secuestro.

Este primer episodio se sustenta en la presencia de Donald Sutherland, aunque alterna los puntos de vista de otros personajes, sobre todo el del nieto, para configurar la red emocional y decadente de la familia Getty.

El arranque del piloto sonando ‘Money’ de Pink Floyd con un cámara que sobrevuela y luego sigue por la fiesta hasta un momento fortuito es marca de Boyle, que maneja en un registro ambiguo los tonos del serial. A veces se puede intuir la sátira, otras no. Pero la hora que dura el episodio se sustenta sobre Sutherland y los personajes que le rodean. Su desprecio por los hijos, por las mujeres que tiene y que elige en función de su humor, del mayordomo y de la gente que trabaja para él. A pesar de elementos que transitan zonas comunes y algún efectismo, la habilidad de la dirección de Boyle radica en el entrelineado del odio de los personajes que se mueven alrededor de John Paul Getty. La reunión de lo hijos. El mayordomo, etcétera.

Tal vez de lo que adolece ‘Trust’ es de los matices para ir más allá de lo que muestra excepto en determinados detalles. Queda muy claro el retrato triste, despiadado de esta familia rica, incapaz por otra parte de separarse del dinero, de lo que representa, aunque conlleve desprecio, humillación y otras cosas horribles que solo busca el destripamiento más perverso para reírse de ellos. Eso le aísla más, lo deja más solo. Aumenta la tristeza de esta familia que se debate entre la caricatura y el terror más amargo. Al estar basado en hechos reales la cosa cobra una dimensión más directa a través de la cólera despótica y despectiva que muestra John Paul Getty hacia sus hijos, sus mujeres, el mundo en general.