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Los componentes del grupo Vetusta Morla. Álvaro Sánchez (Efe)
Vetusta Morla: «Necesitábamos salirnos del raíl e investigar por carreteras secundarias»

Vetusta Morla: «Necesitábamos salirnos del raíl e investigar por carreteras secundarias»

'Mismo sitio, distinto lugar', es el esperado regreso del grupo madrileño con su séptimo álbum

Pilar G. Ruiz

Santander

Viernes, 10 de noviembre 2017, 02:03

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«Ha sido mágico llegar hasta aquí», canta Vetusta Morla en 'Deséame suerte'. Mágico y también largo; un camino de casi dos décadas. La banda madrileña publica hoy su nuevo y esperado trabajo, 'Mismo sitio, distinto Lugar', el séptimo álbum de un grupo que ha hecho de la coherencia y el paso seguro un sello. Tras la larga gira de 'La deriva', la gran explosión de un recorrido bien cimentado, necesitaron parar. Descansar de sí mismos y de un ritmo frenético. Recomenzar. El resultado es la intimidad troncal de seis músicos que comparten una manera de entender la música y la vida expuesta en diez canciones, «más descaradas de lo habitual». Guille Galván, compositor y guitarrista de la banda, desgrana algunos de los secretos de su nuevo y esperado trabajo.

-Regresan después de un tiempo de pausa y desconexión. ¿Cómo se sienten?

-Con el nervio que precede a todo alumbramiento y la tranquilidad o la calma de haber hecho un disco del que estamos muy orgullosos, manteniendo el gusanillo de ver cómo lo recibe la gente.

-La primera escucha brinda una sensación de sorpresa.

-¡Bien! Eso es algo positivo

-¿Es lo que esperaban generar?

-Sí. Durante este año y pico, hemos concebido el disco como un proceso de abrir las ventanas y buscar cosas nuevas dentro de la matriz de lo que es el grupo. Incorporar nuevos procesos de creación, de grabación y nuevas personas en el equipo creativo que nos ha ayudado a darle forma. Cuando la premisa es la búsqueda, el resultado depara muchas sorpresas. Dentro de este trabajo hay mucho desconcierto, mucho cable a tierra. Y también sátira.

-En cuanto a esa sátira, ¿es posible que haya una 'intro' realizada por 'El Mundo Today' en la canción 'Palmeras en la Mancha'?

-Lo es. ¡Es un featuring! En lugar del solo de guitarra, entra un boletín de 'El Mundo Today'. 'Palmeras' es quizá la canción que utiliza de una forma más clara la sátira y el desconcierto. Es una especie de cómic narrado donde hay algo que está a punto de reventar o ha reventado. El mundo de la sátira ayuda a replantearse la trinchera mental o el lugar donde estamos tan a gusto. Te hace cuestionarte por qué piensas como piensas o qué está sucediendo. De primeras es un bofetón, pero con el tiempo aporta algo que tiene mucho que ver con la manera que tenemos de ver el mundo. Fue arriesgado llamarles al principio y una sorpresa para ellos; nadie les había llamado para eso. Con el tiempo no entendemos la canción sin su participación.

-¿Arriesgar e innovar fue la actitud a la hora de dar forma a este disco?

-Una de las premisas era encontrar formas de aplicar un método distinto. Y para eso tienes que trabajar de otra manera. Hemos entendido, por ejemplo, que para crecer hay que enfrentarse al vértigo de colaborar con gente distinta. Salir de esa casa en la que tan cómodo te sientes.

-Apostar por nuevo método, ¿es crecer personal y profesionalmente?

-Siempre hemos tenido ese deseo. Cualquiera de los discos anteriores es diferente al que le precede. En todos hay evolución, pero en este momento necesitábamos salir del raíl, dejar la autopista y meternos en una carretera secundaria e ir investigando. Cuando tienes una forma muy clara de hacer las cosas, corres el riesgo de confiarte y no explorar otras. La música, tal y como la entendemos, tiene que ver con la sensación de hacer las cosas por primera vez. Sentir tu trabajo con la mirada del chavalín que empieza a tocar.

-Ya no son unos chavalines. Antes su primer disco sumaban 9 años de carrera.

-'Un día en el mundo' (Pequeño Salto Mortal, 2008), fue el primer LP, el primer éxito y que venía de muchos años, de muchos conciertos, muchos EPs, muchas maquetas y mucho trabajo en la sombra, pero imprescindible.

-¿Cuántas salas tuvieron que recorrer antes de llegar a ese éxito y qué importancia tienen?

-¡Todas! (ríe). Tienen muchísima importancia; es tu laboratorio, tu sala de operaciones...Hemos aprendido a hacer música juntos en el local y encima de los escenarios. Sin esos dos pilares y los escenarios, ese contacto directo con el público y la experiencia de patear ciudades y cargar furgonetas, nada sería lo mismo. Cuando tienes la oportunidad de que alguien coja un 'ampli' por ti, lo valoras mucho más. Pasas por todos los escalones hasta poder llegar a vivir de la música.

-¿Cómo llevan la fama? ¿Es un peaje necesario?

-Es un peaje, sí, pero somos un grupo más conocido por nuestras canciones que por nuestras caras. Es un cierto alivio y un refugio. En (el videoclip) 'Deseame suerte' es la primera vez que salimos de forma tan descarada. Hasta ahora no habíamos decidido hacerlo. No renegamos de esa fama, pero pensamos que las canciones tienen que tener todo el protagonismo.

-Las letras de 'Mismo sitio, distinto Lugar' ¿han surgido de este periodo de descanso o tenían la maleta cargada de versos previos?

-El germen está siempre dentro y forma parte de todo el bagaje, pero sí que nos gusta escribir cuando estamos en ese periodo de cambio. Es bonito acotar, decir quiénes somos en este momento concreto. Es un ejercicio interesante centrar. 'MSDL' es una narración que tiene que ver con el aquí, con lo que sucede en un momento muy concreto y es casi una invitación al epicentro del grupo.

-¿Se puede decir que vienen más guerreros que antes?

-Quizá es el disco más descarado, más desinhibido, donde hemos dejado salir cosas que antes no considerábamos oportunas por equis razones. Hemos preferido pecar de exceso que de defecto. Incluso desde el arte; hay color, naturaleza que va mutando. Es una invitación a formar parte de algo que se está moviendo, que es un proceso, que sigue cambiando.

-¿Atreverse a decir cosas menos oportunas es sinónimo de mayor seguridad?

-Es la necesidad de hacer las cosas sin pensar tanto en si se ajusta o no a lo que van a decir los demás. Hay un descaro que nos ha venido muy bien. A veces somos demasiado racionales. Las cosas llegan y hay que dejar espacio a la intuición. ¿Por qué limar para que todo se ajuste?

-¿Hay algo en común en las historias de este disco?

-Todas surgen de nuestra intimidad, en este disco más que en ningún otro. Ha sido un camino inverso a 'La Deriva'; parte de algo muy troncal, con nuestra identidad proyectada hacia afuera. Hemos tenido que entrar muy dentro para poder ser atrevidos. Las palabras hacen de canalizador de esos sentimientos.

-Han tenido tiempo para embarcarse en proyectos paralelos, en su caso un libro ('Retrovisores'). Un descanso relativo...

-Parar parar no paras nunca. En realidad estás en la trastienda, incubando ideas. La música es uno de los trabajos más maravillosos del mundo. Forma parte de tu día a día y de tu manera de entender el mundo. No es un chequeo en la oficina y no puedes aislarte.

-¿Se han dado vacaciones de ustedes mismos?

-La gira de 'La Deriva' duró casi dos años. Fue un éxito en muchos sentidos, pero acabas pagando facturas físicas y psicológicas. Cuando terminó nos dimos unos meses de descanso. Tocaba volver a la casilla de salida, replantear las cosas y decidir hacia dónde queremos llevar esto.

-En el libro que refleja lo que es una gira de Vetusta Morla, 'Memoria instantánea', recomiendan canciones desde Rufus T. Firefly a Franco Battiato. ¿Qué han escuchado en este periodo?

-Hemos escuchado mucha música pero intentamos hacer un ejercicio de abstracción. A veces trabajas con referencias, con colores, ondas. En 'MSDL' nos parecía que eso era limitarnos, queríamos llegar a un lugar desconocido para todos. El periodo trabajando con Dave Friddman, que es santo y seña de nuestra cabecera musical, no tenía sentido acotarlo, sino que pusiera su mirada y su forma de entender las canciones sobre lo que ya habíamos grabado. Escuchamos y hablamos sobre mucha música, pero no hay ninguna que haya sido referente.

-¿Cómo resumirían su experiencia con Friddman?

-Ha sido muy fácil. Aparte de ser un genio como ingeniero y productor es una persona con una humildad terrible y una capacidad muy grande de probarlo todo. Cualquier cosa que sugeríamos la incorporaba sin problema. Es la primera vez que trabaja con una banda española. El proceso terminó de formar las canciones y fue muy bonito.

-En sus respuestas se repiten palabras como proceso, evolución o mutación, que inciden en el concepto de movimiento

-Así es como entendemos nuestra música. Estamos cambiando constantemente. La tecnología cambia, nuestra manera de entender y lo que escuchamos también. Lo difícil es encontrar un equilibro con lo que eres y con todo ese proceso en torno a un núcleo común. Vetusta sigue manteniendo los cables a tierra de siempre.

-¿Siguen siendo «seis amigos cuidando el mismo nido»?

- Sí. Si no sería complicado hacer frente a todo y a estar tan expuesto. El disco también refleja conflicto y ese un punto tan importante de tener al lado un hombro amigo.

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