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Barbara Hendricks cantará en la Cueva de Nerja góspel, blues y espirituales negros. Mats Bäcker
Barbara Hendricks: «La mujer va a estar al frente de la resistencia contra el populismo»

Barbara Hendricks: «La mujer va a estar al frente de la resistencia contra el populismo»

Su voz, que este sábado suena en la Cueva de Nerja, siempre va ligada a la defensa de los derechos humanos. Pero insiste: «La música no reemplaza el activismo ciudadano»

Viernes, 15 de junio 2018, 00:44

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Barbara Hendricks levanta su voz para interpretar con maestría arias de Mozart, pero también para clamar contra las injusticias, para alertar sobre los populismo y para alentar el movimiento feminista. La soprano norteamericana y ciudadana sueca es una activista de palabra y de acción, como embajadora de buena voluntad de Acnur. De hecho, fue su garganta y su compromiso lo que le hicieron merecedora del Premio Príncipe de Asturias en el año 2000. Para Hendricks (Arkansas, 1948) la música y la defensa de los derechos humanos son la misma cosa. En el sobrecogedor silencio de la Cueva de Nerja, dentro del Festival Internacional de Música y Danza, la cantante presenta mañana 'The road to freedom', canciones de góspel, blues y espirituales negro que inspiraron la lucha contra la esclavitud y la segregación racial en Estados Unidos. Las entradas están agotadas.

'The road to freedom' recuerda la lucha por los derechos humanos que lideró Martin Luther King. Cincuenta años después, ¿sigue la lucha?

–Absolutamente. Está sucediendo en todas partes y es más importante hoy de lo que ha sido en toda mi vida. Hoy nos enfrentamos a nivel mundial a la lucha por la justicia y por la solidaridad, la misma lucha que lideraba Martin Luther King.

Después de los últimos casos de brutalidad policial en Estados Unidos, ¿cabe pensar que se están dando pasos atrás en este asunto?

–No, no lo creo. Las noticias ponen el énfasis en las cosas que están mal, pero a nivel mundial avanzamos como raza humana. Las personas son más conscientes de los derechos humanos, solo hay que mirar la situación de la mujer. Es muy mala en muchos países, pero se mueve lentamente en la dirección correcta. Si nos detenemos en algunas de las cosas que no se convierten en noticia, veremos a personas mostrando amor y solidaridad por todos lados.En la presidencia de EE UU tenemos a alguien que acapara las noticias durante las 24 horas con sus payasadas y que también es una gran inspiración para las fuerzas del odio, la separación y el aislamiento. Absorbe todo el aire del planeta y todos ponen el foco en ese tipo de noticias, pero creo que estamos avanzando constantemente. En cualquier caso, la lucha no termina hasta que se respira el último aliento.

¿Qué puede hacer la música ante esta realidad?

–Durante el movimiento de los derechos civiles, la música jugó un papel importante, simplemente inspirando a las personas y dándoles valor. Se encontraban en la iglesia y comenzaban a marchar cantando. Cuando les golpeaban, ellos continuaban cantando. La música era la fuerza que hacía que los golpes no dolieran tanto. La música nos recuerda que todos pertenecemos a la misma familia que se llama Humanidad. Va más allá de nuestras cabezas, hacia nuestros corazones. Nos hace vibrar juntos y por un momento nos damos cuenta de que de alguna manera somos iguales. El arte tiene ese poder porque es la expresión de nuestra condición humana. Si la música pudiera detener las guerras y cambiar el mundo, todo lo que tendríamos que hacer es ir a un gran concierto y todo estaría bien, pero es solo parte de la lucha, no reemplaza el activismo ciudadano real.

En una ocasión dijo que ser activista es una obligación de cada ciudadano. ¿Echa en falta que la gente sea más exigente con sus políticos?

–Por supuesto, porque la razón por la que se vuelven vagos y no cumplen con sus deberes es porque no somos exigentes. Soy lo suficientemente mayor como para haber sido parte de esa bendita generación de después de la Segunda Guerra Mundial que vivió un tiempo de crecimiento. Cuando me gradué en la universidad, mis amigos solo tenían que mirar el periódico y elegir trabajo. Pero justo antes del 11-S, el mundo cambió y ahora veo a jóvenes de 20 años con entusiasmo en un mundo que no es fácil. La democracia no es más fuerte que nosotros, la democracia es tan fuerte como lo son los seres humanos. No es perfecta, pero tenemos que seguir haciendo que funcione. No podemos decir, 'está bien, ahora que hemos llegado nos quedamos aquí sentados'. Ahí es cuando las cosas empiezan a salir mal. Tenemos que permanecer despiertos y recordarles a los políticos que trabajan para los ciudadanos.

Los populismos y la extrema derecha se hacen fuerte en Europa. En Italia, por ejemplo. ¿Le preocupa?

–Me preocupa, pero en mi opinión Italia ha sido caótica desde la Segunda Guerra Mundial, su sistema político siempre ha estado lleno de corrupción. Pero soy positiva, porque soy madre y abuela y quiero que el mundo sea un lugar mejor para mis hijos. El populismo se alimenta del miedo, no sobreviviría sin él. Y los medios tienen un papel que jugar en esto porque el miedo vende periódicos y programas de televisión. Es tan fácil hacer que las personas sientan temor... Y eso se convierte después en odio y rechazo.

«Los políticos se vuelven vagos y no cumplen porque no somos exigentes»

Reside en Suecia desde hace años. ¿Cómo vive, desde la distancia, el gobierno de Donald Trump?

–Ahora con Internet, afortunada o desafortunadamente, es como si estuviera allí. Tanto que tengo que alejarme, porque nadie debería saber lo que hace Donald Trump todos los días. Soy ciudadana sueca y una de las razones es porque creo que la Unión Europea es una aventura maravillosa. Es la única unión de naciones que se desarrolló y fundó sobre los principios de los derechos humanos y la paz. Lo encuentro extraordinario.

España acogerá a los inmigrantes a los que Italia ha negado la entrada, ¿qué opina?

–¿No es curioso? Hace algo más de una semana, España tenía un gobierno diferente que probablemente no habría hecho esto. Eso demuestra lo que mi madre siempre dijo, que Dios se manifiesta de maneras misteriosas. Italia dice que no y España llega y llena ese hueco. Así es como funciona, siempre hay alguien para llenar el vacío y tienes que confiar en que eso va a suceder. Como dije, hace una semana nadie hubiera podido imaginar que habría otro Gobierno en España y que estaría compuesto principalmente por mujeres, es extraordinario.

Las mujeres están diciendo 'basta' en todos los sectores con el movimiento 'Me too'. ¿Usted ha vivido alguna situación incómoda?

–No, como soprano no.Y siempre he buscado relaciones personales basadas en el respeto mutuo. Si eso no estaba, la relación se acababa. Los derechos de las mujeres comienzan en casa, como cualquier otro derecho humano. Me siento muy inspirada por este movimiento y creo que va a estar a la vanguardia de la resistencia contra el populismo. Creo que las mujeres van a jugar los papeles más importantes de este tiempo. Las voces de las mujeres se niegan a ser silenciadas y es un movimiento que va de la izquierda a la derecha, porque todas las mujeres, sean del signo político que sean, se han enfrentado a los mismos obstáculos.

Para muchos, la ópera sigue siendo un arte de la élite. ¿Cómo se puede cambiar esa idea?

–Haciéndola accesible, haciendo posible que los niños se den cuenta de que la ópera era la música pop de la época. Ahora está como un museo, pero es una forma de arte viviente.

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