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Los Toreros Muertos presentan en Málaga el álbum ‘Colegio Javier Krahe’.
Málaga, territorio Krahe

Málaga, territorio Krahe

Los Toreros Muertos y El Kanka recuerdan al cantautor en sendos conciertos

Regina Sotorrío

Viernes, 28 de abril 2017, 00:53

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Ambos hablan de él como su «maestro». Pablo Carbonell admira su capacidad para encontrar la «palabra precisa», pero también su personalidad de hombre «tranquilo que sabía disfrutar de la vida». Como recuerda El Kanka, en verano no actuaba y se tomaba vacaciones en plena temporada alta de conciertos. Con llenar salas de 300 personas durante los bolos de invierno tenía más que suficiente. Así era Javier Krahe. Casi dos años después de su muerte, en julio de 2015, su música y su poesía se volverán a escuchar en Málaga con apenas dos semanas de diferencia de la mano de dos de sus alumnos: Los Toreros Muertos y El Kanka.

La banda de Pablo Carbonell abre fuego este domingo, 30 de abril, en la Cochera Cabaret (22.00 horas. 18 euros, 15 euros anticipada) con un adelanto del que será su próximo disco, Colegio público Javier Krahe. Criados musicalmente en su escuela, Los Toreros Muertos pasan por su filtro roquero y gamberro las melodías pausadas del madrileño. De esa manera, transforman el tímido «contoneo de cadera del cantautor en una convulsión cervical». «Y ya no sabes cuáles son las canciones de uno y cuáles de otro», cuenta Carbonell. Coinciden en las letras con retranca y en la búsqueda de la diversión. Aunque, como reconoce inmediatamente después Carbonell, la poesía de Krahe «se nota».

Presentan los once temas del disco -más toda «la artillería pesada de Los Toreros»- antes de que el álbum se publique. Antes incluso de que terminen de grabarlo. Lo finiquitarán a lo largo de la próxima semana, luego buscarán discográfica. Aunque en otras ocasiones han lanzado sus trabajos sin sello, creen que esta vez sería bueno «pasar por el aro» de una compañía potente para llegar más lejos. A Latinoamérica, por ejemplo, para que descubran «el respeto por el lenguaje» de Krahe «y sepan que en España no estamos de acuerdo con el reguetón, no somos tan macarra».

Carbonell alaba la faceta de letrista de Krahe, pero sobre todo alaba al individuo. «Era un hombre tranquilo, dialogador, sabía disfrutar de la vida, una persona de una sola pieza, no era codicioso, no era envidioso», enumera el cantante y actor.

Su facilidad para llenar salas, pequeñas pero abarrotadas, a lo largo de su vida tiene fascinado a El Kanka. «¡Qué maestría!», exclama el cantautor malagueño. Dice que Krahe es el artista al que más veces ha visto en directo, se sabe al dedillo muchas de sus canciones y las tocaba con la guitarra en plan «pachangueo» para los colegas. Solo una vez tras un concierto se atrevió a hablar con él, cuando aún era un aspirante a cantautor. Ahora tocará con sus músicos.

El Kanka se suma el viernes 12 de mayo en la Sala París 15 (22.30 horas. 18 euros, 15 euros anticipada) a sus compañeros de carretera Javier López de Guereña, Fernando Anguita y Andreas Pritwitz en La sonrisa de Krahe, un homenaje al irónico trovador que recorre el país con diferentes cabezas de cartel como invitados.

«Su discurso era espectacular. La poesía que tenía este hombre y su sentido del humor estaban a otro nivel para mí. Lo que soltaba entre canción y canción era tan bueno o más que las canciones, era pura genialidad, un tío brillante», reflexiona. El Kanka creció en esa escuela y por eso cuando va solo con su guitarra se explaya entre tema y tema. «Los cantautores nos hemos forjado un poco en eso. No somos ni excelentes cantantes ni excelentes guitarristas, hacemos canciones. Tienes que convencer a la peña, ser maestro de ceremonias, que se rían como con un monologuista. Muchos hemos aprendido así e imagino que Javier también», concluye.

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