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Pepillo al saxofón y Perico a la guitarra, con el resto de la banda.
Tabletom ya es todo un clásico

Tabletom ya es todo un clásico

La emblemática banda de rock estrena un proyecto sinfónico con la Orquesta Gonzalo Martín Tenllado

Regina Sotorrío

Jueves, 13 de abril 2017, 00:09

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De entrada parecen dos términos imposibles de conciliar: Tabletom Sinfónico. A saber: el rock irreverente con la solemnidad de una orquesta; una voz que canta «Y estos son mis pecados: noches de vino tinto, mañana de vino blanco» con violines y un chelo de fondo. Pero las cosas no son siempre lo que parecen y la emblemática banda malagueña también tiene su punto clásico. Los veteranos del rock preparan un singular recorrido sinfónico por su repertorio con los instrumentistas de la Orquesta GMT del Conservatorio Profesional Gonzalo Martín Tenllado. «Ellos nos van a ayudar a ser más formales y nosotros le pondremos un toque canalla», señala el guitarrista Perico Ramírez.

Los dos estilos y las dos formas de vivir la música coincidirán el 5 de mayo en el escenario del conservatorio, el centro donde surgió el proyecto, donde da clases Perico y cuyos alumnos y profesores se han involucrado al máximo en esta «experiencia». Si lo pudo hacer Metallica, por qué no Tabletom. Para la dirección del conservatorio es un proyecto con un interés artístico pero también didáctico, una manera de acercar a los alumnos a otros ritmos y mostrarles diversas vías para ganarse la vida: se puede ser roquero y además tocar música clásica.

Formación

Quienes conocen a Tabletom saben que la idea no es nada descabellada. Los hermanos Perico y Pepillo Ramírez, el núcleo duro de la banda junto al desaparecido Rockberto, tienen una formación absolutamente clásica. «Mi madre se ponía a limpiar con la Patética de Beethoven de fondo», cuenta Pepillo. Ambos empezaron a estudiar en el conservatorio con apenas 8 años y, varias décadas después, allí siguen como profesores. «Ygracias a dios porque si tuviéramos que vivir de Tabletom...», deja caer entre risas Pepillo.

Él imparte flauta travesera en el conservatorio de Torre del Mar y ha sido músico de la Sinfónica Provincial durante años. Perico da clases de guitarra clásica en el Martín Tenllado de Málaga. Y juntos tienen además un dúo clásico de flauta y guitarra. «Así que este mundo no nos es ajeno», añade Perico.

Con lo que no contaban era con unir sus dos caras en una, «juntar nuestro rollo canallesco e irreverente con una sinfónica de lo más formal y seria». Pero ahí están, ilusionados y con ganas de probar cosas nuevas. Santiago García Cuba, también profesor del MartínTenllado, firma los arreglos para orquesta del repertorio de Tabletom, y en la misma base de esas composiciones se aprecia una preparación musical que va más allá de los años sobre un escenario. En Tabletom Sinfónico se le dará un nuevo envoltorio a temas como Pescaíto frito, El tigre, La parte chunga, El sueño de la cabra de Áloray No tengo ná, hasta las canciones de su último disco, Luna de Mayo, el primero sin la voz carismática y anárquica de Rockberto y el álbum con el que la banda abre una nueva etapa con Salva Marina al micrófono.

Roqueros veteranos con los jóvenes talentos

  • tabletom sinfónico

  • Tabletom Sinfónico representa la unión de dos estilos musicales y también de dos generaciones diferentes. Los veteranos roqueros liderados por Perico y Pepillo trabajarán aquí con una orquesta joven integrada por músicos de entre 16 y 20 años y sus profesores.

Al cantante y músico malagueño le ha tocado un papel difícil «un papelón», porque Rockberto es un mito imposible de sustituir. Pero tampoco él lo pretende. Marina no imita ni copia, aporta su estilo y da matices diferentes al grupo. Y también nuevas oportunidades.

«Rockberto era como era»

Sincero y directo como siempre, y yendo por delante su profunda amistad con Rockberto, Perico admite que si este proyecto con alumnos del conservatorio hubiera salido con él de cantante... «me lo pensaría antes de haber aceptado». «Hay que hacer un esfuerzo de adaptación a la circunstancia y él era como era», añade. Quizás han perdido «el carisma del mito» porque Rockberto atraía a gente sin ni siquiera cantar, pero han ganado en organización y en profesionalidad, en capacidad de planificar eventos y abordarlos sin imprevistos de última hora.

La joven orquesta, integrada por medio centenar de músicos entre alumnos y profesores, empezará en los próximos días a ensayar las partituras para después, días antes del concierto, unirse a la banda. De momento, lo que Perico y Pepillo han escuchado, les gusta. «La orquesta le da un colorcito especial, pero sigue sonando a Tabletom», asegura Pepillo. Puede que las melodías sean algo más complejas en este caso que en un Raphael Sinfónico, pero «en la música, lo bien hecho encaja», apostilla su hermano. Además, la experiencia es un grado. «Y nosotros somos ya muy mayores», puntualiza.

Lo difícil de este proyecto es el trabajo previo, el dar con unos arreglos musicales que funcionen al combinar una orquesta con un conjunto de rock. Por eso, con buena parte de esa labor ya hecha, Tabletom intentará que esto no se quede aquí, «en un concierto aislado». Invitarán al director de la Sinfónica Provincial, con la que la Orquesta GMT tiene muchos lazos en común a través de sus profesores, con la idea de llevar esta iniciativa a otros escenarios. «Si sale sería genial; si no, habrá sido una bonita experiencia», señala Perico.

Porque con Tabletom Sinfónico están llegando a un nuevo público, generaciones de jóvenes que les conocían por el nombre «Es raro que a alguien no le suene en Málaga» pero que nunca antes habían escuchado sus discos. «Ahora muchos los están oyendo. Quizás se enganchen a esta historia y nos lo llevemos por el camino del rock», augura Perico.

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