Borrar

La venganza final de Puccini

El evento cultural más importante de Italia brillará con las personalidades de medio mundo desfilando por los pasillos del coliseo

isabel urrutia

Miércoles, 7 de diciembre 2016, 00:22

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Ya puede hundirse el país que la inauguración de la temporada de La Scala de Milán nunca falla. Hoy es San Ambrosio, patrón de la capital de Lombardía, y el rito una vez más se celebrará con los VIPS de medio mundo desfilando por los pasillos del coliseo lírico más prestigioso. A falta de la presencia rutilante de Sofía Loren, los paparazzi de la prensa rosa tendrán que conformarse con el actor Roger Moore (veterano ex007 y reconocido amante de la lírica), el cineasta oscarizado Gabriele Salvatores y con el rey emérito Don Juan Carlos, muy popular en Italia, que nunca ha sentido predilección por el bel canto pero en esta oportunidad ha hecho una excepción. La ocasión lo merece.

No solo se ofrecerá Madama Butterfly, de Puccini, un título muy querido por los aficionados, sino que se apuesta por la partitura original de 1904, la misma que se presentó el día de su estreno en Milán y fue un rotundo fracaso. Una apuesta que merece la pena, a juzgar por las palabras del maestro Riccardo Chailly. «Solo tuvo éxito la segunda versión de la ópera, después de introducirse unos pocos cambios. Yo no digo que la primera tenga más calidad, pero lo cierto es que se aprecia mejor el conflicto cultural y racial entre Japón y Estados Unidos. El personaje del militar americano se hace todavía más odioso y cínico... ¿Que por qué fue un fiasco? En gran medida, por la duración de los actos. Solo tiene dos y el último dura unos 90 minutos. El público no estaba acostumbrado. Ahora ha llegado la hora de que Puccini se tome la revancha», anunciaba hace unos días Chailly en rueda de prensa, flanqueado por la soprano uruguaya María José Siri (que debutará como la protagonista) y el tenor estadounidense Bryan Hemel (que conoce bien el rol de Pinkerton).

Hay mucha expectación. El director de escena letón Alvis Hermanis se ha decantado por el realismo, con una estética preciosista inspirada en el teatro kabuki, muy atento al maquillaje y el vestuario que pretende hacer las delicias de todos. Nada transgresor ni ofensivo. Quiere ser lo más fiel posible a la tragedia de la muchachita japonesa que espera y espera durante tres larguísimos años al amadísimo y chulesco soldado con el que ha tenido un niño. Él volverá de Estados Unidos, sí, pero con «una esposa de verdad y americana». Y todavía peor, tendrá que entregarles a su hijo.

Repudiada, humillada y herida en lo más profundo, la geisha defenderá su honor de la manera más extrema. Se hará el harakiri sin contemplaciones. «Se trata de una historia de colonialismo y de relaciones de fuerza entre hombres y mujeres. Tiene mucho de actual. Es más, cuando me enteré de los resultados de las elecciones en Estados Unidos, no me hizo mucha gracia tener que interpretar a Sharpless, el embajador americano», admitía recientemente el barítono malagueño Carlos Álvarez, que está viviendo en los últimos tiempos una etapa profesional muy dulce. El año pasado, también participó en la inauguración de la temporada de La Scala.

El 7 de diciembre es una fecha sagrada. Se celebra el acontecimiento cultural más importante de Italia y todas las instituciones públicas y privadas se pelean por hacerse un hueco en los palcos y las butacas de patio. Los precios de las entradas para la velada de hoy oscilan entre los 120 y 2.400 euros. Para el resto de funciones, hasta principios de enero, las cantidades son más moderadas: entre 34,80 y 300 euros. Y casi no quedan tickets.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios