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Lee Konitz actuó anoche en el Cervantes, en el marco del XXX Festival Internacional de Jazz de Málaga. :: álvaro cabrera
«Odio todo lo que Trump representa»

«Odio todo lo que Trump representa»

«Seguir siendo capaz de hacer música me impulsa a continuar», afirma a sus 89 años este pionero del cool jazz que anoche actuó en el Cervantes

REGINA SOTORRÍO Y RACHEL HAYNES

Miércoles, 9 de noviembre 2016, 00:47

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Lo suyo es la música, pero la actualidad política se cuela en la entrevista desde la primera pregunta. Es inevitable, no puede abstraerse de lo que en ese mismo momento sucede en su país. ¿Donald Trump o Hillary Clinton? Su elección está clara: «Odio ese nombre, su cara, su actitud, su persona, el concepto. Todo lo que Trump representa». El saxofonista Lee Konitz (Chicago, 1927) habla con la contundencia y la seguridad que le dan sus 89 años. Lo mismo que demuestra cuando se sube al escenario. Anoche lo hacía en el Teatro Cervantes bien respaldado por el talento joven de Marco Mezquida (piano), Bori Albero (contrabajo) y Ramón Prats (tambores).

Pionero del cool jazz en un tiempo en el que muchos se dejaban seducir por el bebop de Charlie Parker, la carrera de Konitz está inevitablemente unida a nombres como Miles Davis (con quien grabó 'Birth of the Cool'), Lennie Tristano (con quien comenzó), Bill Evans, Charles Mingus y Gerry Mulligan (con quienes ha grabado y tocado), entre muchos otros. Motivos más que de sobra para que el XXX Festival Internacional de Jazz de Málaga le entregara ayer el primer Premio 'Cifu', creado en homenaje al conocido divulgador de jazz Juan Claudio Cifuentes, fallecido el pasado año. Y tras el doble tributo, su música.

¿Es usted la leyenda que todos dicen que es? ¿Está de acuerdo con esa etiqueta?

¿Quién crees que soy?, ¿Donald Trump? No creo en esas tonterías. He estado muchos años haciendo las mismas cosas, así que he aprendido a hacerlo bastante bien. No sé si soy una leyenda... Charlie Parker fue una leyenda, y yo solo trato de conseguir mi propia voz poco a poco. (Se escuchan aplausos en una sala contigua a la entrevista) ¡Ellos están de acuerdo!

Habla de Donald Trump. Hoy (por ayer) es el día crucial, EE UU está eligiendo a su próximo presidente.

Odio ese nombre, su cara, su actitud, su persona, el concepto. Todo lo que representa. Espero que caiga muerto antes de que esto acabe. Nunca he sentido nada igual contra nadie.

¿Qué va a hacer si él gana?

Quizás le dispare, eso es lo que me gustaría hacer. Pero creo que hay muchas personas que saben de qué va y que evitarán que gane. Hillary es una buena persona, ella lo hará bien a cargo del país.

Tiene su propia voz, su propia personalidad. Pero al principio, ¿fue difícil no seguir el estilo de Charlie Parker, que era el predominante?

Aprender la música de Charlie Parker fue parte de mis estudios. Es lo que todos tenemos que hacer para saber cómo se tocan ciertas músicas y entenderlas. Fue una experiencia estimulante. Aprender un solo de Charlie Parker es un logro muy grande.

¿Deben los músicos de jazz asumir riesgos constantemente?

Ese es el juego, de eso se trata. Te arriesgas a tocar algo diferente y se espera que surja de forma espontánea. Yo intento hacerlo en cada actuación.

Imagino que todo el mundo le pregunta por Miles Davis. ¿Está ya cansado del tema?

No, me encanta Miles. Aprecio muchísimo que él me escogiera para tocar con su big band. Muchos músicos de bebop estaban disponibles y me maldecían porque yo recibí esa llamada. Yo lo agradezco.

Nuevo estilo

¿Era consciente de que estaban creando un nuevo estilo cuando tocaban 'Birth of the Cool'?

Sí. La música la preparó básicamente Gil Evans, Mulligan y otros grandes. Yo sólo lo interpreté con el resto de la banda. Mi oportunidad de ser más creativo fue cuando hice un pequeño solo. No fui realmente importante en ese aspecto, yo no inventé la música. Miles hizo más.

Pero estaba allí y también asumió sus riesgos.

Sí, pero es diferente. Mi riesgo fueron 32 compases, y Miles arriesgaba su carrera entera. Agradezco haber formado parte de eso. Fue corto, lo mío realmente fue estudiar y tocar la música de Lennie Tristano.

Acaba de cumplir 89 años y continúa viajando por el mundo con la música. Ni para ni quiere parar.

¡No! ¡No tengo suficiente trabajo! En un sentido práctico, necesito dinero para pagar mi alquiler, y no me llaman mucho. A lo mejor la gente piensa que yo estoy al final de mi carrera y que no voy a atraer a muchas personas, pero anoche (el día anterior tocó en Valencia) las hubo.

Parece que los músicos de jazz nunca se retiran. ¿Tendrá algo que ver esta música tan viva y espontánea?

Creo que los músicos de jazz están forzados a retirarse cuando ya no les llaman para tocar. Si nadie les llaman, se quedan en casa. Y está bien por un tiempo, pero yo prefiero esto, salir y trabajar.

Suele rodearse de músicos jóvenes, como en Málaga. ¿Aprende de ellos?

Sí, ellos de mí y yo de ellos. Están frescos y muy estimulados con la música. Y eso me estimula a mí también. Toqué con esta misma agrupación hace un tiempo y estoy deseando reunirme con ellos de nuevo.

¿Cree que lo mejor del jazz ya pasó?

El mejor jazz puede ocurrir esta noche. Depende de cómo todo el mundo interprete lo que está escuchando. No hay grandes figuras ahora, pero hay muchos estudiantes en la música y eso es estimulante, supone un desarrollo continuo.

¿Ha hecho todo lo que ha querido en la música?

No, hay muchas cosas que no he hecho, y que no creo que haga. No tengo demasiado tiempo para aprender a tocar el piano, nunca he estudiado seriamente el instrumento; ni la composición de música orquestal... Hay muchas cosas que me he perdido, pero estoy satisfecho con lo que he hecho.

¿Qué le impulsa a seguir?

Seguir siendo capaz de hacer esto. Todavía puedo tocar con músicos brillantes y he hecho dos nuevas grabaciones muy especiales que saldrán pronto. Todo va a un ritmo diferente pero sigo activo y eso me hace continuar.

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