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De pesca en Chilches.
Las vacaciones en familia de Carlos Aguilera

Las vacaciones en familia de Carlos Aguilera

El joven saxofonista destaca el potencial de Málaga como destino turístico y evoca los tiempos de infancia en los que podía aburrirse en la época estival

Isabel Méndez

Lunes, 8 de agosto 2016, 01:07

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Comenzó a tocar el saxofón con 9 años, y desde entonces no ha parado. Ni siquiera lo hizo cuando en octubre pasado lo operaron en el Hospital Regional Carlos Haya para extirparle un tumor cerebral. Carlos se mantuvo despierto durante toda la intervención (recibió sedación y analgésicos, pero no anestesia general) y además leyó textos y partituras e interpretó imágenes que le mostraban. El objetivo era comprobar que la operación no le afectaba a las áreas del cerebro relacionadas con el habla y con el lenguaje musical.

Superó el reto, con creces, y el centro hospitalario malagueño fue pionero en Europa por este motivo, ya que se convirtió en el segundo del mundo en llevar a cabo un proceso de estas características. El primero en conseguirlo había sido uno de California (Estados Unidos) poco antes, en junio.

Casi diez meses después de aquel hito, Carlos Aguilera afronta un verano en el que recorrerá buena parte de la provincia de Málaga y otros municipios del resto de Andalucía por las actuaciones que realizará junto a la orquesta de baile Crucero, de la que forma parte desde hace ya años. Debido a los kilómetros que suma a lo largo del estío y su escaso tiempo libre es becario de la Banda de Música Municipal de Málaga, pertenece al cuarteto de saxofones Scherzo y además prepara unas oposiciones afirma que lo que valora en este tiempo es tener ratos de esparcimiento y poder descansar.

Y es que en vacaciones este joven malagueño de 28 años recién estrenados (su cumpleaños es este mes) rememora sus días de juegos en el barrio o en familia, cuando el aburrimiento también formaba parte de la agenda y en la que había tiempo para todo. Opara no hacer nada, que para eso servían las vacaciones entonces.

«Me gustaba especialmente de cuando nos reuníamos toda la familia. No es que seamos muchos miembros, pero algunos están un poco lejos, ya que mi padre tiene primos en Brasil, y me acuerdo cuando venían a vernos y las barbacoas que hacíamos en el jardín de mi casa para celebrarlo», evoca. Aquellos eran sus días más esperados, aunque también guarda gratos recuerdos de cuando iba con su familia a la playa. Según apunta, era habitual verles por Los Álamos, en Torremolinos, pero también por la costa opuesta, la zona de Chilches, donde incluso se atrevía a intentar pescar algo cuando tenía seis o siete años. «Era una forma más de pasar el rato. La verdad es que creo que no pillaba casi nada, pero resultaba divertido, hasta me regalaron una caña por uno de mis cumpleaños. Me gustaba bastante», dice.

De hecho, también probaba suerte de vez en cuanto en el Puerto de Málaga, cuando antes se podía pescar, donde se iba con su padre como tantos otros malagueños.

Asegura que a él lo que le gustaba más que nada de pequeño era el fútbol, como a una buena parte de los niños, pero que como sus hermanas tocaban el violín y el piano le animaron a entrar en el mundillo de la música, una invitación que le acabó atrapando. «No me lo había planteado (dedicar tiempo a la música como ellas), pero cuando me dijeron que la probara cambié de idea, y desde entonces tuve claro que quería tocar el saxofón, no otro instrumento», destaca. «Al principio tenía la música como algo secundario, y ahora supone una segunda oportunidad que me ha dado la vida», reconoce.

«Parece que en verano huimos»

Este verano no se plantea viajar en su tiempo libre, así que intentará disfrutar al máximo de su tierra. «Parece que en verano huimos, que si no te desplazas es como si no estuvieras de vacaciones, que hay que salir porque sí y que cuanto más lejos te vas mejor se pasa», dice disconforme, y no duda en reivindicar que Málaga tiene mucho que ofrecer no sólo a los turistas, sino también a sus residentes durante todo el año. «Si recibimos tantos visitantes será por algo, ¿no?», inquiere.

Y agrega:«El Centro y Muelle Uno, por ejemplo, merecen mucho la pena, están muy cambiados;ahora en verano vayas el día que vayas por esas zonas, está todo lleno», señala Aguilera, que además saca su orgullo malaguita para enfatizar que cada vez son más los que ensalzan a Málaga como un destino muy a tener en cuenta tanto por oferta cultural como por precios y gastronomía, y considera que la capital de la Costa del Sol y su provincia «merecen mucho la pena».

Lejos quedan por ahora los viajes a Tenerife en esta época, un destino que conoce bastante bien puesto que ha volado hasta allí hasta en tres ocasiones. «La primera vez fue con mis padres, la segunda fue con toda la familia y la tercera ya sólo con mis padres para ver a una hermana que vive allí».

Lo que sí intentará hacer en estos meses es buscar algún hueco entre actuación y actuación fuera de casa para hacer algo de turismo junto a sus compañeros, porque «no todo va a ser trabajar», como dice, y así intentar sobrellevar lo mejor posible las altas temperaturas. «Antes lo que más me gustaba del verano era el calor, ahora no lo aguanto», admite este músico.

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