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Los ‘jarrilleros faranduleros’ vuelven con ‘Los calambres del hambre’ a Málaga este sábado.
Jarrillo’Lata, el arte de las fatiguitas

Jarrillo’Lata, el arte de las fatiguitas

Los faranduleros de la música contraatacan con ‘Los calambres del hambre’

Regina Sotorrío

Miércoles, 6 de abril 2016, 00:01

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Pepe Torregrosa y Agustín Sánchez son una fábrica de frases ingeniosas. Pero no de sentencias ilustradas y grandilocuentes, sino de expresiones que salen de la calle. Como dicen estos faranduleros de la música, «de la fatiguita nace el arte». JarrilloLata contraataca con su último disco, Los calambres del hambre, con el objetivo de «intentar pasar de Despeñaperros». «¡Hacer el salto de la valla ya!», exclama Pepe, voz y autor de las canciones a las que luego dan forma Agustín (guitarra y voz) y el resto de la banda. Para afrontar esa misión, antes cogerán impulso con la legión de jarrilleros que siempre les dan fuerza desde Málaga: el 9 de abril estarán en la Sala Eventual Music en el Pinsapo Rock y el 28 de mayo tocarán en La Trinchera.

Los calambres del hambre no es su primer álbum, pero sí el primero con una grabación «seria» de estudio (en Puerto Record) y «más profesional». En once temas, y un bonus-track, despliegan ese sonido malaguita universal que llevan por bandera. «Somos malagueños y eclécticos», puntualiza Agustín. Porque cantan en malagueño y sobre temas relacionados con Málaga, pero como vecinos de esta ciudad «catetamente cosmopolita» cogen prestados estilos de todo el mundo. Y los mezclan en su jarrillo, desde el reggae al ska, pasando por el rock, el flamenco, el jazz, la rumba y el funk.

Para saber dónde están sus raíces basta con echar un vistazo a los títulos de las canciones:El terral te va a enterrar, Espethos en lata (instrumental) o La lata piyaya. Pero dan un paso más: ese último tema, por ejemplo, es un cante del Piyayo por reggae. Confían en que ese toque «exótico» que les da el ser «muy de Málaga» a su manera les abra los escenarios de Despeñaperros para arriba.

No es fácil. Ellos, dicen, son «indies de verdad, no como los que dicen que lo son y están en grandes discográficas». De momento, tienen algo claro: «Queremos seguir siendo dueños de nuestra propia hambre», señala Agustín. Ahora cuentan con una agencia de comunicación para mover la promoción del disco, pero el boca a boca es su mejor arma. En Málaga lo ha sido: en 2015 fueron el grupo más escuchado en Spotify en la provincia, según los datos aportados por la propia aplicación. «En todo lo que no da dinero vamos primero», bromean.

Los jarrilleros

Muchos de esos oyentes le siguen a donde van, como cuando la semana pasada llenaron un autobús para acompañarles a Granada. Se hacen llamar los jarrilleros faranduleros, justo el título de la canción que abre el disco, un homenaje a la profesión. Porque ellos son faranduleros, titiriteros, nómadas de carromato y furgoneta, «y ojalá sea así por muchos años más».

Temas festivos y divertidos como El terral te va a enterrar comparten espacio con otros en los que «seguimos largando». JarrilloLata muestra su faceta más comprometida en el Mundo mudo. No pretenden «ir de Robin Hood», pero tampoco se callan. «Por las calles se escucha decir malos tiempos de lamentos», comienza el tema. Una letra que Pepe escribió hace once años, pero que no pasa de moda. «¡Ojalá lo hiciera algún día!», añade Agustín. Ellos hambre no pasan, cierto, «pero sabemos lo que es pasar fatigas, como verte en la calle sin trabajo», apunta Pepe, cortador de jamón en paro.

Hay, por tanto, cachondeo, reivindicación e «introspección existencialista», dice Agustín mientras Pepe sonríe. Temas como No me canta nadie, Solamente solo o Leña mojadadonde hablan «de los alicatados internos». Y les han quedado como nuevos.

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