Mario Vaquerizo: «No hay nada de personaje, soy un marciano y ya está»

No sabe tocar un instrumento, no compone, ni destaca por su capacidad vocal. Pero ni falta que le hace. Sin eso, pero con otras cosas, Mario Vaquerizo es «una rock star» que abarrota salas de conciertos con un espectáculo que va más allá de lo estrictamente musical. Este viernes lo hará en Málaga, en la Sala La Trinchera, junto al resto de las Nancys Rubias. Con su verborrea habitual, el líder del grupo de glam, pop y electrónica también periodista, mánager y marido de Alaska no esquiva ninguna pregunta desde el otro lado del teléfono. «Empieza a disparar», le dice a la periodista. Pues ahí va.

Después de lanzar el EP Amigas, ahora llaman Enemigas a esta gira. Parece que hay una relación de amor-odio entre las Nancys...

No, entre las Nancys solo existe amor. Como en toda relación discutimos, lloramos, nos abrazamos y nos insultamos. Pero siempre prevalece el sentido de la amistad, que fue el motor por el que se formaron las Nancys. La principal pretensión era hacer un grupo entre cinco amigos para canalizar en formato musical nuestros momentos de ocio. Y después de diez años seguimos ahí.

¿Tienen muchos enemigos?

Si los tenemos no los conocemos. No hay mejor desprecio que no hacer aprecio, no les prestamos atención. Ante las cosas que no me producen bienestar, opto directamente por la indiferencia. Habrá gente que nos vean como unos mamarrachos, pero están en su derecho. La educación es lo que tiene que imperar y si algo no te gusta, lo ignoras y ya está.

Algunos pueden criticarles por no tocar en directo, pero nunca han engañado en esto...

Hemos sido muy sinceros. Desde el primer momento reconocíamos que no teníamos dominio de tocar un instrumento. Y no porque no podamos, sino porque no queremos. No es como la genialidad que se te da otorgada por obra del Señor a la hora de componer una canción; tocar una guitarra o una batería es cuestión de echarle horas. Cuando veo a Madonna hay partes de sus conciertos que van pregrabrados y no por eso me deja de interesar. Nosotros vamos con las bases grabadas, pero con la voz y los coros en directo. Yo no soy el negro de Milli Vanilli, en todos los discos de las Nancys la voz es mía.

¿El espectáculo está por encima de la calidad musical?

Pero aquí hay buenas canciones, te gusten o no. Los temas tienen una calidad musical más que aceptable, están bien grabados, bien cantados y con letras impresionantes que nos hace NachoCanut. Y además nosotros venimos del glam, del haeavy, de la disco-music, del rock, donde la música es igual de importante que el espectáculo y la imagen. No venimos de hacer canción protesta.

Mucha energía

¿Se siente artista?

Me siento una persona que hace en cada momento lo que le apetece. Y me siento un privilegiado porque he conseguido que mis aficiones sean mi medio de vida. Nunca pretendimos vivir de la música y por eso no estamos nada frustrados, todo lo que conseguimos es un extra. Pero sobre todo me siento una rock star, que es lo que quería ser de pequeño. Ahora además acabo de formar un grupo paralelo, Ramonster, en el que hacemos versiones de los Ramones en castellano. Lo que me encantaría sería poder autotelonearme.

¡Para tanto tiene!

¡Tengo mucha energía! Fíjate que cuanto más viejo soy más cosas me da tiempo a hacer. La energía la tienes durmiendo siete horas y media al día, yendo al gimnasio, teniendo la cabeza ordenada, haciendo las cosas con coherencia y rigiendo en todo momento el sentido común. Y con el lema de «querer es poder».

En el fondo es un tipo más serio de lo que parece. Algo de personaje hay en lo que vemos de usted.

Que no hay nada de personaje, cariño, que yo soy así. Soy un marciano y ya está. Tengo una capacidad que parece ser que no todo el mundo tiene, y es que me sé reír de mí mismo constantemente, desde que me levanto hasta que me acuesto. Y eso a lo mejor transmite a la gente que soy un tío alocado y un payaso, pero no me preocupa. Cuando aparezco en El Hormiguero no me voy a poner a hablar de Aristóteles, me adapto al formato de ese programa. Pero después cuando tengo que ejercer de representante de Fangoria, trato de que las cosas salgan lo mejor posible.

Defiende, comenta y disfruta de lo que otros consideran telebasura. ¿Qué significa eso para usted?

No sé lo que es. Para mí la basura es una bolsa en la que tiras la comida. Eso de cultura basura o telebasura no entra en mi cabeza. Se supone que es lo que representa lo zafio, pero a mí no me parece nada zafio Supervivientes o Gran Hermano VIP, porque no creo que las personas que estén ahí sean basura, ni los protagonistas ni los trabajadores que lo hacen.

Quien quiera ver un documental, siempre lo puede hacer.

La gente es más tonta que una mierda, hablando claramente. Nadie ve GH pero luego sale que la última gala tuvo cuatro millones y medio de audiencia. No me cuadran las cosas. La gente es muy deshonesta y de pose, y eso conmigo no va. Estamos en la tiranía de lo políticamente correcto, y eso hace mucho daño porque no deja de ser una especie de censura.

¿Pondría música a un mitin de Podemos?

No, de ningún partido político. Los cantantes están para hacer sus canciones y no para asociarse a ningún partido, ni de izquierdas ni de derechas. Mi camino va por otro lado.

¿Qué le parece el fenómeno Podemos?

También está el fenómeno Ciudadanos. Son situaciones de agitación social y política que siempre vienen bien. Cuantos más partidos haya mucho mejor para todos.

¿Qué importancia le da a la imagen?

Toda. Quien no reconozca que le da importancia a su imagen y que le gusta verse guapo, es un mentiroso.