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Lucrecia, ayer en el Teatro Cervantes.
El viaje desde Buenos Aires a La Habana

El viaje desde Buenos Aires a La Habana

Lucrecia repasa su carrera revisitando sus pasos en los últimos 15 años en España

Iván Gelibter

Sábado, 27 de diciembre 2014, 01:03

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Se trataba de organizar un viaje. De recorrrer, no solo Cuba sino toda Latinoamérica. Desde el conosur que relacionamos con una calle Corrientes de mediados del siglo XX, atestada de gente y capitaneadas por el tango, hasta la propia Habana y los ecos que rebotan de su malecón. Lucrecia, rojo espectacular y coronada de arcoiris, salió anoche a las tablas del Cervamtes de espaldas al púlico y de cara a un piano que disfrutaba de unas Nostalgias del Buenos Aires más glorioso que jamás haya conocido.

Pese a que Lucrecia, allá por donde ha ido, va, e irá concentra la esencia cubana, ya son más de 15 los años que lleva en España. Nacida en La Habana, esta mujer es ya a día de hoy el referente -o al menos uno de ellos- de la música de la isla en nuestro país. La gira que la trajo ayer al Teatro Cervantes pretende, precisamente, celebrar una especie de cumpleaños de una llegada que ha producido, con el paso de estos últimos años, su pertenencia al imaginario musical español de aquellos artistas foráneos que triunfan en España. Con motivo pues, de este décimo quinto aniversario, la artista presentó su gira Eternamente Cuba, en la que repasa estos intensos años de carrera musical y que están teniendo lugar en teatros y clubes alternando con sus compromisos internacionales y televisivos.

Dos gardenias fue el segundo asalto de una delicia musical, elegante y con intención de dejar una estela intelectual dentro del inevitable carácter popular de los acordes latinoamericanos, A partir de ahí se iban sucediendo pequeñas escapadas a diversos paises, siempre acompañada por el maestro Félix Ramos al piano. Me debes un beso, The last mambo, Si nos dejan, Capullito de alhelí, Piel canela, Cubáname o Guantanamera, entre muchos otros temas, conformaron anoche un repertorio de temas originales y otros que se cuentan entre los más populares del cancionero cubano y de otros rincones de Latinoamérica, aunque uno de los momentos más importantes fue la parada en Balseros. El documental con el que la cantante viajó por todo el mundo tuvo su razón de ser conLa noche de la iguana y Un carro. Fue, al fin y al cabo, un recital en el que Lucrecia quiso dejar constancia de que su aparición en diversos programas de televisión -que obviamente ha aumentado su fama- es solo la punta del iceberg. Por eso puso en valor todo aquello que hizo con grandes de la música, colaboraciones con artistas de la talla de Andy García, Chavela Vargas, Paquito DRivera, Patato Valdés o Chano Domínguez, además de «la reina», Celia Cruz, a la que citó en multitud de ocasiones. «Vengo de todas partes y hacia todas partes voy», decía Lucrecia, encadenando sonrisas.

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