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Imagen promocional de 'Audionave'.
Una 'Audionave' de todos

Una 'Audionave' de todos

El músico vasco Mikel Otero acude, como tantos artistas, al 'crowfunding', para poder sacar su primer disco en solitario

Daniel Roldán

Sábado, 1 de noviembre 2014, 07:56

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La piratería cultural acecha. Las multinacionales de la música buscan más seguridad en sus prometedoras apuestas musicales y las ventas de discos, sobre todo los físicos, siguen en estado crítico. A pesar de los inconvenientes, los artistas todavía sueñan con sacar adelante sus proyectos profesionales, en mostrar al mundo que tienen una voz y algo que decir. Pero para conseguirlo, la travesía es larga y los peajes a pagar, costosos. Un camino Mikel Otero ha tardado tres años atravesar con un coste repartido entre su bolsillo (mayormente) y el de los decenas de personas que han creído en su proyecto más personal.

El músico y compositor vasco decidió dar un paso adelante después de su etapa en Zenttric (con expulsión incluida de la banda, que fue telonera de The Rolling Stones en 2007 en el concierto de San Sebastián) y buscar su voz. Hasta ahora no había cantado. Solo se dedicaba a tocar la guitarra y a componer. Pero hace un trienio todo cambió y decidió que quería arriesgarse a sacar un disco, Audionave, que también da nombre a esta nueva etapa profesional. Un capítulo vital que se resume en Aquí, primer corte del disco. La canción que abre el disco habla justamente de volver a empezar, de cerrar unas puertas para abrir otras. Para vivir Aquí hay que despedirse del pasado y plantar los pies en el ahora, y si se puede hacer mirando hacia adelante con esperanza mejor. Creo que ese sería el eje central de las letras del disco. Un conjunto de mapas para salir de mis laberintos, reflexiona Otero, que navega entre el rock y el pop en su Audionave, que salió a la venta el pasado jueves en formato digital.

Pero llegar hasta este punto costó mucho esfuerzo y dinero que Otero, dispuesto a producirse el álbum, no tenía. Así que se lanzó una campaña de crowfunding para darle un último empuje al disco y cerrar la masterización de la Audionave. En este último apartado, pudo contar con Stephen Marcussen, que había trabajado anteriormente con Stones, Rem, Bruno Mars, Band of Horses y al que conoció a través de Mark Needham, productor de The Killers, Chris Isaak, Fleetwood Mac, Blondie o Imagine Dragons. Needham aceptó producir cinco temas después de que se interesara por una guitarra que tenía Otero. El músico bilbaíno vio claro que esta fórmula era la única vía para poder sacar el proyecto adelante. Un recurso cada vez más usado por artistas conocidos y anónimos. Kristen Bell, por ejemplo, lanzó una campaña para poder rodar una película que continuase la serie Veronica Mars; Soraya también pidió dinero a sus seguidores y, en 1989, Extremoduro vendió vales de 1.000 pesetas para poder publicar Rock transgresivo. Audionave pedía 7.000 euros y una semana logró 8.685 euros. Amigos, familiares y fans, a los que el músico vasco no puede estar más agradecido, apostaron porque el disco viera la luz y tener su propia copia física.

Un trabajo en el que han colaborado Iván González (M-Clan, Xoel, Amaral..) al bajo, coros, grabación, pre-producción; Pau Paredes (Kostrok, Modelo de Respuesta Polar, Twelve Dolls..) a la batería, coros y coproducción; Joaquín Pizarro (Klein, Cute For Girls...) en teclados y coproducción en varios temas también; las voces de Ro Llamazares o Georgina, entre otros muchos. Ahora, Otero ha mostrado su trabajo en el BIME, la ferina musical de Bilbao donde ha buscado distribuidoras para el formato físico del disco, tanto a nivel nacional e internacional donde se pueda licenciar. O vender alguna canción para un anuncio. Nunca se sabe.

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