El ciclón Rosario Flores arrasó en su segunda tierra

Como un ciclón pasó por el escenario del Festival Starlite la pequeña de los Flores. Rosario empezó el concierto con el tema de su último trabajo 'Yo me niego' y consiguió que sus fieles seguidores pasaran una noche de baile llena de energía positiva, como sucede siempre que la cantante se sube a las tablas con su sonrisa, sus rizos y su arte a raudales, en esta ocasión, vestida de capote y oro con unos diminutos pantalones que le permitían lucir unas espléndidas.

Por supuesto, no faltaron en el repertorio sonidos de rumba catalana en honor a su padre Antonio González, 'El pescailla' como 'Al son del tambor' o las canciones dedicadas a su hermano Antonio Flores, como 'No dudaría'. He llamado a todos los duendes a mi padre y a mi madre aseguró la cantante emocionada al regresar una vez más a Marbella, ciudad en la que ella pasó largas temporadas y que llamó mi segunda tierra.

Por si no era suficiente la energía derrochada sobre el escenario por ella y por su banda de cabecera, Rosario contó con la colaboración de La Shica y del veterano Raimundo Amador que con su guitarra sumó garra al vitalista espectáculo de la cantante. Una cita que no quisieron perderse el premio Nobel de literatura, Mario Vargas Llosa, recién nombrado hijo adoptivo de la ciudad de Marbella, la modelo Valeria Mazza, el presentador de televisión José Manuel Parada o Bárbara Rey y su hija Sofía.

La garra de Rosario Flores llenó el escenario de extremo a extremo y la cantante quiso dedicar algunas palabras y gestos a todos los sectores, animando en varias ocasiones a los fans de las tribunas, los más alejados del escenario. Detalles que los admiradores correspondieron cantando y bailando todos sus temas, coreando su nombre y pidiendo bises durante varios minutos. Rosario regresó a las tablas con cambio de ropa incluido y cantó dos temas más para terminar poniendo el broche de oro con Marcha junto a Raimundo Amador y La Shica, momento en el que todos los que pudieron se acercaron al escenario para dar la mano a la artista o hacerle fotos de cerca. Incluso una niña pudo cantar con ella, mientras que una espontánea demostró también su arte junto a la dinámica estrella.