Borrar
Joaquín Estefanía. Efe
«Los jóvenes tienen más motivos para salir a la calle que los jubilados»

«Los jóvenes tienen más motivos para salir a la calle que los jubilados»

El periodista Joaquín Estefanía recuerda el Mayo del 68, la antiglobalización y a los indignados en su nuevo libro, 'Revoluciones'

Álvaro Soto

Madrid

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Sábado, 17 de marzo 2018, 00:05

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Joaquín Estefanía afirma que, hoy, en las manifestaciones por las pensiones, se reunirán tres generaciones: los abuelos, hijos del 68; los padres, que estuvieron en la lucha antiglobalización de 1999, y los hijos, indignados del 15M. Estos son los tres momentos históricos que el periodista y escritor aborda en su nuevo libro, 'Revolución' (Galaxia Gutenberg), un recorrido por los movimientos revolucionarios progresistas de los últimos 50 años, pero también por la reacción conservadora que cada uno de ellos suscitó.

Como en un juego de espejos, argumenta Estefanía, cada revolución progresista tuvo su contrarrevolución: Mayo del 68 abrió la puerta a Thatcher y Reagan en 1979 y 1980; la antiglobalización, a los 'neocons' de Bush y Aznar; y los indignados, al 'brexit' y a Trump.

«Actualmente, estamos en un momento extraordinariamente reaccionario. Están en peligro muchos de los derechos adquiridos en este tiempo, tantos políticos y económicos como civiles, de libertad de expresión, de reunión o de las minorías», explica Estefanía.

En cualquier caso, el autor cree que las revoluciones fueron muy útiles y, especialmente, la del 68. «Sirvió para introducir en nuestras vidas conceptos como el ecologismo, los derechos humanos, la igualdad de oportunidades, la igualdad en la educación o el feminismo», asegura. Precisamente el feminismo es la nueva revolución. «Si tengo suerte y hay una segunda edición», afirma Estefanía, «incluiré un capítulo con la revolución feministra. A lo largo de la historia, las mujeres han ido adquiriendo sus derechos con más retraso que los hombres. Primero los civiles, luego los políticos (el voto) y ahora luchan por los económicos, acabar con la brecha salarial», dice el periodista.

Autor de un libro anterior de fuerte impacto, 'Abuelo, ¿cómo habéis consentido esto?', Estefanía ha denunciado la situación de las pensiones y, sobre todo, el futuro del sistema. «Los jóvenes tienen muchos más motivos para salir a la calle que los jubilados. Yo no sé si los jóvenes van a tener una pensión por los bajos sueldos, por la precarización estructural... El único futuro que se les vislumbra es el de trabajar como camareros, todas las grandes calles de las ciudades se están llenando de bares», argumenta el periodista.

En su opinión, el porvenir pasa por «un contrato social intergeneracional que sustituya al de la posguerra». «Los gobiernos, aunque fuese con trucos, deberían esforzarse en que los jóvenes se sientan identificados con el sistema. Por ejemplo, con planes de empleo juvenil de verdad», agrega.

Las contrarrevoluciones tuvieron el objetivo de «disminuir, quebrar o romper el Estado de bienestar y volver al capitalismo de 'laissez-faire'. También querían un cambio cultural, pero en ese aspecto, aunque en eso van más retrasados que en la parte económica», añade Estefanía. Cree el autor que la contrarrevolución de Thatcher fue «la más peligrosa porque es la más preparada». «La primera ministra británica estuvo formándose durante mucho tiempo con 'think tanks' que incluso llegaron a impregnar al contrincante ideológico, la socialdemocracia. La misma Thatcher decía que lo mejor que había hecho era traer a Tony Blair, que es un 'thatcherismo' de rostro humano», sostiene Estefanía.

Entre las revoluciones y las contrarrevoluciones han aparecido en las últimas décadas, ocupando el espacio del centor, una nueva generación con Clinton, Schröder, Obama y el propio Blair a la que ahora han tomado el relevo Macron, Trudeau y Rivera, entre otros. «Yo a todos ellos los situaría en la tercera vía socialdemócrata, una socialdemocracia blanda, pero no sabemos si estos líderes actuales van a dar algo de sí o van a ser un asterisco en la historia. Ellos surgen para responder al problema de la falta de representación política en los países occidentales. Lo que ha ocurrido hasta ahora, sin embargo, es que esta tercera vía estuvo tan impregnada de los principios ideológicos de la revolución conservadora que cuando llegó la gran recesión de 2008 y la gente exigió respuestas a sus problemas, no tienen los instrumentos. Y entonces, la gente hace dos cosas: desconfiar, por un lado, y por otro, preguntarse si vale la pena luchar por la democracia cuando no resuelve los problemas».

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios