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Dolores Conquero.
La periodista Dolores Conquero: «Ahora el pecado es envejecer y tener vida amorosa»

«Ahora el pecado es envejecer y tener vida amorosa»

La periodista Dolores Conquero repasa la biografía amorosa de nueve célebres damas que desafiaron los prejuicios en 'Amores contra el tiempo'

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Martes, 27 de marzo 2018, 00:11

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«Cumplir años y tener vida amorosa es ahora el pecado, no ser atrevida en el amor». Lo constata y lo lamenta la periodista cántabra Dolores Conquero, autora de 'Amores contra el tiempo' (Planeta). Repasa las biografías amorosas de nueve célebres damas que amaron a hombres más jóvenes y desafiaron los prejuicios: Diana de Poitiers, Victoria de Inglaterra, Madame Curie, Coco Chanel, Agatha Cristie, Gala, Dolores Ibárruri, Julia Urquidi y Fiona Campbell-Thyssen. Descubre cómo un vascofrancés enamoró a Coco Chanel para estafarla o cómo los comunistas «condenaron» a Pasionaria por amar a un hombre 14 años más joven. Estos «condenados» amores sin edad son «el último tabú» para Conquero, que bajo el seudónimo de Lola C. lleva tiempo investigándolos en el blog minovioesmasjoven.com

-¿Por qué condenamos a las parejas en las que él es mucho más joven y aplaudimos cuando el varón es incluso muy mayor?

Por siglos de patriarcado. Una 'costumbre' que al hombre le ha venido muy bien. Prolonga su vida amorosa y tiene más opciones sentimentales y sexuales que las mujeres. Una 'costumbre' que escapa a la lógica, ya que la plenitud sexual de hombres y mujeres no es pareja: veintipocos en ellos y entrada la treintena en ellas, como confirmaron hace décadas Masters y Johnson. Como, además, la mujer vive de media más que el hombre, que nos digan que no importa que sea mayor que nosotras, o que incluso nos lo aconsejen, es, cuando menos, sorprendente.

-Habla del «último tabú». ¿No esta normalizado en ninguna cultura?

Es un tabú casi eterno. Hemos superado el de la homosexualidad y la transexualidad, pero no este. Hablo de la cultura occidental, que es la que conozco y la única, me temo, en la que esto es posible. Hay sociedades en las que la mujer lo tiene infinitamente peor para todo y con otras preocupaciones.

-¿Que denominador común tienen esta mujeres con parejas más jóvenes?

Todas son fuertes, valientes y bastante seguras de sí mismas. Capaces de desafiar tópicos en el terreno sentimental y profesional. Muchas se movieron en mundos reservados casi en exclusiva a los hombres y lograron hacerse un hueco y destacar.

-Las llama heroínas y dice que siempre han pagado muy cara su osadía.

Algunas sí. Sacar los pies del tiesto nunca es fácil, y menos antes. Resulta muy llamativo en mujeres de gran proyección social. Es como si al aceptar que una mujer es excepcional, la sociedad la prefiriera convencional en el amor. Como si le dijeran: «Aceptamos que has llegado a lo más alto en tu profesión, pero, por favor, muéstrale al mundo que en lo demás tu sueño es tener una bonita familia y una bonita casa».

-El padre de Vargas Llosa amenazó con matarle «como una perro, de cinco balazos» por casarse con su tía Julia. ¿Reacción habitual?

No es rara. Ernesto Vargas dijo que mataría a Varguitas, de 19 años, si no cumplía sus órdenes y su reciente esposa, diez años mayor, salía del país. Aristóteles Onassis toleró la relación de su hijo Alexander con la exmodelo Fiona Campbell-Thyssen, divorciada y 16 años mayor, mientras pensó que era una aventura. Cuando vio que su historia iba más allá, se opuso tenazmente e intentó boicotearla.

-La relación de Pasionaria con Francisco Antón, 14 años más joven, ¿se usó como un arma política para atacarla en el seno del PC?

Sí. Al principio se toleró. A Dolores Ibárruri se la respetaba demasiado. Pero cuando la lucha por el poder se desató en el Partido Comunista, se utilizó su relación para desprestigiarla. Como no podían atacarla con otros argumentos, utilizaron su vida personal. Y eso que a Pasionaria sólo se le conocen dos relaciones: con su marido y, una vez separada y con 40 años, con su camarada Francisco Antón, lo que era insoportable para algunos.

-Usted revela que un artista vascofrancés, Paul Iribe, enamoró a Coco Chanel para sacarle los cuartos. ¿Las damas maduras son a menudo víctimas de depredadores?

Tanto como a la inversa. Hay aprovechados y pícaros de todas las edades y sexos. Chanel era la mujer más mujer libre de su tiempo. Moderna, magnética y acostumbrada a gustar, amó y abandonó al joven duque Dimitri. Iribe le hizo creer que estaba enamorado de ella y la enamoró. Ignoraba que la muerte arruinaría sus planes de boda -él murió de un infarto- y que muchos años después el gran cineasta Billy Wilder se casaría con su hijastra y desvelaría la oscura naturaleza de sus intenciones. Nadie lo había contado en ninguna de las biografías de Coco Chanel. Se sabía que a Colette, escritora y gran amiga de Coco, nunca le gustó Iribe. De intuición andaba muy bien, pero ni ella ni Coco supieron nunca la cruda verdad.

-¿Son uniones marcadas definitivamente por el amor?

Sí. De otra manera no soportarían las críticas, las malas caras y el vago temor al paso del tiempo. En una sociedad que rinde culto a la juventud y la belleza, las mujeres que aman a un hombre más joven sienten más el peso de esa exigencia.

-¿Son parejas más duraderas o más efímeras?

En el amor no hay reglas ni patrones. Hay parejas que duraron toda la vida, como Agatha Christie y Max Mallowan, que se llevaban 14 años, a pesar de las dudas y prejuicios de la escritora. O la de Dalí y Gala, que se llevaban diez, y Enrique II de Francia y su amante hasta la muerte. Diana de Poitiers, 19 años mayor que el rey, casado con Catalina de Médicos. Otras duraron menos. Pero todas, de entrada, lo tienen un poco más difícil.

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