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María Antonia García Quesada.
«Si un libro infantil es bueno, es para todos los públicos»

«Si un libro infantil es bueno, es para todos los públicos»

María Antonia García Quesada presenta ‘El pescador de globos’, una novela infantil «sobre la importancia de los sueños» ambientada en París

CARLOTA EZQUIAGA

Sábado, 10 de junio 2017, 00:20

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El pescador de globos nació en París. Su autora, en un viaje, vio un globo elevarse hacia al cielo, y al bajar la mirada se encontró a un viejo clochard que la miraba fijamente. De esa imagen partió para escribir una historia sobre los sueños y las personas que trabajan para perseguir los suyos.

Se trata del tercer libro de la periodista y escritora María Antonia García Quesada, que ya ha publicado un relato infantil, El tesoro de las mariposas, y una novela para adultos, Inventario de otoño. A la hora de idear una novela, sin embargo, no hace distinciones entre los dos géneros. Lo único que he pensado siempre ha sido en escribir, explica, me da lo mismo para niños que para adultos. Yo escribo, y depende del relato que salga, la forma y el contenido que tenga, puede ser para un público u otro.

Sin embargo, sí reconoce que siente más responsabilidad al escribir para niños. Un libro infantil supone tener un cuidado extremo o debería suponerlo, asegura. No en contenidos; yo no soy partidaria de censurar temas para los niños. Pero hay que cuidar el lenguaje, lo que no quiere decir usar uno peor sino, precisamente, uno mejor. Si se utilizan datos históricos, hay que comprobar con mucho más ahínco que sean ciertos. Todo esto es importante porque hay que introducir a los niños en la literatura; es fundamental para hacer de estas personitas futuros lectores.

¿Significa eso, también, introducir valores, incluso moralejas, en las historias? Valores sí, moralejas no, zanja García Quesada. Cada historia, cada personaje, habla de valores por sí mismo, pero es el lector el que tiene que elaborar esa información y aprender su propia lección. No hay que aleccionar, hay que contar. Si intentamos meternos en las mentes libres y limpias de los niños les estamos haciendo un flaco favor.

Ponerse en el lugar de los niños no es más difícil que ponerse en el lugar de cualquier otra persona, asegura la escritora. Solo es cuestión de observar; un escritor es una persona que mira atentamente. No se escribe solo sobre personas que sean tú, ni que sean como tú; no todas las novelas son autobiográficas. Para penetrar en el alma de los personajes hay que escuchar, estar atento, ver cómo se mueven los niños que están a nuestro alrededor. Es fruto de la observación, la imaginación y la combinación de ambas.

Estamos viviendo un buen momento para la literatura infantil, según García Quesada. Se están editando muy buenos libros en nuestro país, tanto españoles como extranjeros. Cuando yo era pequeña, no había una producción de literatura infantil como la que hay ahora, y leíamos La isla del tesoro, a Julio Verne, las historias de Celia, cualquier libro que cayese en nuestras manos. Aunque está bien que alguien te guíe a la hora de escoger, creo que es importante que los niños sean libres de elegir sus propios libros, e ir descubriendo qué les gusta y qué no.

Yo estoy convencida de que los niños leen, y bastante, afirma la autora. Sigue siendo un pequeño milagro cuando un niño aprende a leer. El primer libro que pueden leer ellos solos es un momento maravilloso, muy emocionante para ellos. ¿Cómo no les va a gustar irse de aventura desde el sillón de su casa? Pueden volar en globo, viajar por el cielo de París, descubrir los secretos de una casa, subir a la torre Eiffel, dice en referencia a El pescador de globos.

García Quesada sí ha aprendido la lección de sus personajes sobre la importancia de perseguir los sueños: un día tomó la decisión de dejar el periodismo económico y dedicarse a escribir. Me arriesgué, pero me ha salido bien: he publicado este libro, acabo de terminar una novela para adultos, y estoy preparando otra. Y pienso seguir compaginando la literatura infantil con la de mayores; además, los libros infantiles, si son buenos, son libros para todos los públicos.

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