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Detalle de la presentación de ‘El Quijote a través del espejo’, uno de os últimos títulos editados por EDA Libros.
Las cien joyitas de la editorial malagueña EDA libros

Las cien joyitas de la editorial malagueña EDA libros

El sello creado hace 16 años por Francisco Torres y Fernando Mateo combina en su fondo a la Premio Nobel Herta Müller con autores debutantes

Antonio Javier López

Sábado, 1 de abril 2017, 01:40

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Para él, «lo normal» en «casi cualquier malagueño» viene a ser eso: juntarse con unos amigos en los años mozos para crear una revista de poesía; luego, con otros colegas, abrir el abanico en una nueva publicación de mayor enjundia y, mientras tanto, ir entregando a la imprenta pequeños libros como pequeños tesoros, joyas encuadernadas casi de una en una, con la tinta de la letra todavía caliente sobre el papel blanco y grueso.

Paco Torres, escucha que muy habitual no es semejante trayectoria. Y ríe. Porque Paco Torres, frente al humor más bien cenizo de no pocos gestores culturales, parece movido por el motor del entusiasmo. Así ha mantenido en funcionamiento la maquinaria de Ediciones de Aquí (EDA Libros), el sello que enfila el centenar de títulos en un catálogo marcado por el eclecticismo.

No en vano, el fondo de la editorial combina a toda una Premio Nobel (Herta Müller) con autores noveles en muchos casos y poco conocidos en la mayoría de las ocasiones. «Vamos sobreviviendo. Esto no es un negocio como tal, no vivimos de la editorial. Estamos luchando. Hace tiempo había ayudas oficiales, aunque ya apenas queda nada de eso. Y con lo que se vende, que realmente es poco, vamos sobreviviendo. Como nos gusta mucho y disfrutamos con lo que hacemos, pues vamos hacia adelante», ofrece Paco Torres, que junto a Fernando Mateo creó, allá por 2001, EDA Libros.

'Ni un día', una radiografía del deseo, la memoria y la vida

  • EDA Libros suma una nueva muesca en su catálogo con Ni un día, la novela de Anne F. Garréta que en 2002 obtuvo el Premio Médicis. «De rabiosa actualidad por los cuatro ejes fundamentales que explora en su temática (sexualidad, experimentación formal, feminismo y memoria) (... ) su sondeo es profundo y el resultado de una radiografía del estado de la cuestión de la sociedad occidental de comienzos del siglo XXI», avanza la traductora Sara Martin Menduiña en las primeras páginas del libro.

«Si me hubiera planteado esto como un negocio, a los tres meses, cierro y monto un bar o yo qué sé, pero una editorial no. Esto es pura afición y amor a la literatura. Estamos a punto de llegar a los cien títulos y estoy muy, muy contento con todos los libros que hemos publicado porque hay auténticas joyitas», sigue Torres, al hilo del fondo que ofrece hasta una decena de colecciones de poesía y narrativa.

Porque EDA Libros ha ido virando desde sus primeros títulos en torno a la poesía a una mayor predilección por la narrativa, tal y como esboza el editor. «Será cosa de la edad», bromea Torres en alusión a un fondo editorial que comenzó con un libro de Rafael de León, siguió con una recopilación inédita de poemas a cargo de José Antonio Muñoz Rojas y continuó de la mano de Pablo García Baena.

El subidón de Müller

Y justo con otro libro de poesía, EDA Libros despuntó de manera especial en los estantes de novedades: Los pálidos señores con las tazas de moca. «Lo publicamos en Norteysur, una colección de poesía internacional que dirige José Luis Reina Palazón. Surgió la oportunidad de publicar a Müller y no lo dudamos. Compramos los derechos justo cuando le concedieron el Nobel en 2009 y fue un subidón. Quizá sea nuestro libro estrella».

«Tuvo mucho eco prosigue Torres e incluso en ventas tampoco estuvo mal, aunque tampoco llegó a lo que yo creía que podía abarcar un Premio Nobel, aunque también hay que recordar que no es una autora fácil». Claro que en EDA Libros la cuestión crematística siempre ha estado en un plano secundario.

Lo resume su alma mater: «Transmitir ese entusiasmo es a veces difícil, pero estoy plenamente convencido de que esto vale la pena y me sacrifico, apuesto y, si me cuesta algo de dinero, pues qué le vamos a hacer. Por lo menos está ahí. Ahí quedan los libros».

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