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Nieves Concostrina: «Mi canción del verano se titularía ‘Vamos a morir todos’»

Nieves Concostrina: «Mi canción del verano se titularía ‘Vamos a morir todos’»

Nací en Madrid el siglo pasado. Mi perfil de Twitter dice que soy periodista, que no es que sea mucho, pero es lo que hay. He escrito seis libros y tengo entre manos otros dos

francisco apaolaza

Miércoles, 24 de agosto 2016, 00:14

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Nieves Concostrina (Madrid, 1961) tiene, entre otros dones, tres: la capacidad de trabajo, el sentido del humor y el ojo clínico para encontrar historias. Posee para esto un radar más fino que el sónar del Nautilus. Encuentra tantas que no para desde que comenzó a trabajar en Diario 16 en 1981, con un gusto delicioso e improbable por las cosas de fiambres. Dirigió hasta 2012 el espacio Polvo eres en Radio 5, es redactora jefe de la revista funeraria Adiós y colabora en las principales emisoras de radio. Después de cinco libros, entre ellos Polvo eres, peripecias y extravagancias de algunos cadáveres inquietos, se lanzó a la novela con Antonia (La esfera de los libros), con la que ha alcanzado un éxito notable.

¿Quién es Antonia?

Una mujer como otras cientos de miles a las que la guerra les robó la infancia, y la posguerra, la juventud. Que crecieron solas, hambrientas, sin educación, maltratadas y rodeadas de miseria. Pese a todo, nos han puesto donde estamos. Antonia, además, es mi madre.

¿Qué le debe a su madre?

Muchísimo. Sobre todo agradezco que, pese a todas sus carencias, tuviera perfectamente claro que sus hijas tenían que tener estudios, ser independientes y libres.

A usted... ¿dónde no hay que buscarla en verano?

Donde no huela a Mediterráneo, donde no se coma bien y donde no haya amigos.

¿Qué hace para sentirse bien?

  • Me gusta estar con gente, compartir ratos, charlar, escribir, salir, entrar, ir, venir... También estar con mi pareja, los amigos, las tapas, las risas, las cañas...Vivir.

¿Por qué se supone que todo el mundo tiene que estar contento estos meses?

¿Puedo responder con otra pregunta? ¿Y por qué no?

¿Qué le pone triste?

Los informativos, los telediarios, Rato en su yate, los safaris de Blesa y su Majestad, los maletines de Granados, Cospedal en diferido y en directo, las peinetas de Bárcenas... Tantas cosas.

Ha escrito enciclopedias de la muerte. ¿Ha escuchado a los que dice que pronto seremos eternos?

Qué sabrán ellos...

¿Qué le parece ese no morir?

Que cada uno se consuela como puede. Pero, se siente, todo bicho viviente muere y todos vamos al mismo sitio. O sea, a ninguno.

¿Cree que la gente descansa en paz?

Desde el mismísimo momento en el que llega la parada cardiorrespiratoria. Ahí se acaba todo. Ya lo decía Machado: «... Mientras somos, la muerte no es, y cuando la muerte es, nosotros no somos».

¿Es cierto que no somos nada y sin vino menos?

Eso dice el epitafio del difunto Carlos en el cementerio de Miranda de Arga (Navarra). Y si él lo dice... Los navarros saben de eso.

¿Cree en los zombis?

No, pero hay mucho viviente que no sabe que se ha muerto.

¿Por qué a la gente le da yuyu hablar de la muerte?

Porque no es agradable saber que tenemos fecha de caducidad, como los yogures. Entiendo que no hay que perder un minuto de vida en pensar en ella.

¿Alucinó más viendo epitafios o haciendo crónica parlamentaria?

Con los epitafios se alucina más.

¿Dónde hay más fantasmas? ¿En el cementerio o en la Carrera de San Jerónimo?

En los cementerios no hay ni uno, eso seguro. Todos los fantasmas que conozco están vivos y están por todas partes. Antes de señalar al Congreso, señalaría a nuestro propio oficio periodístico.

Le dio igual cuando se murió...

Una enormidad de gente a la que no pienso nombrar para no poner fácil el titular. Morir no convierte a nadie en buena persona. Se muere mucho cabrón, y alguno debería haberse muerto antes.

¿Qué muerto se llevaría a una isla desierta?

¿No me puedo llevar a un vivo?

Ya que trabaja tanto, podría escribirse una canción del verano.

Quita, quita Lo único que se me ocurriría es algo con un chiringuito o con una barbacoa y sería plagio.

¿Cómo se titularía?

Vamos a morir todos.

¿Qué dirán de nosotros?

Depende de cómo nos portemos. O hacemos algo para entrar en la Wikipedia o todos acabaremos siendo lo mismo: polvo, ceniza y nada. Pero si lo quieres más crudo, la respuesta está en la entrada del cementerio donostiarra de Polloe: «Pronto se dirá de vosotros lo que suele ahora decirse de nosotros: ¡Murieron!».

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