Borrar
De izquierda a derecha, Manuel Castillo, José Andrés Torres Mora, Miguel Ángel Heredia y Mariano Martínez.
Torres Mora: «Siempre he dado mi lealtad desde mi condición de hombre libre»

Torres Mora: «Siempre he dado mi lealtad desde mi condición de hombre libre»

El diputado socialista reivindica la libertad como «valor supremo» en la presentación de su libro ‘El día que el triunfo alcancemos’

Ana Pérez-Bryan

Jueves, 9 de junio 2016, 00:34

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

En ese ejercicio tan sano que constituye el echar la vista atrás para hacer balance hay una realidad incontestable: lo que se aprende en la primera infancia marca el resto de la existencia. Así le ha ocurrido a José Andrés Torres Mora (Yunquera, 1960), cuyos primeros años en su pueblo natal sentaron las bases de lo que más tarde se convirtió en una intensa vida política y académica como diputado socialista por Málaga o profesor Titular de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid. En su currículum no faltan tampoco los títulos de escritor, asesor o articulista (por ejemplo en SUR), pero en todas esas facetas a Torres Mora le ha inspirado, desde aquellos años de la infancia, la misma exigencia: «Siempre he dado mi lealtad, pero desde mi condición de hombre libre». Lo mismo es que frente a él haya un presidente del Gobierno fue jefe del gabinete de Rodríguez Zapatero, un adversario político, un compañero de partido o un amigo.

De estos dos últimos grupos, y en una cantidad considerable, se rodeó ayer Torres Mora en la librería Luces para presentar su libro, El día que el triunfo alcancemos (Ed. Turpial), que toma su título de La Internacional Socialista en otra rotunda declaración de intenciones sobre una militancia que a punto está de cumplir las cuatro décadas y que guarda una «profunda conexión» con el «valor supremo de la libertad, que es lo más importante que tenemos». Y ese «molde intelectual» se forjó, en su caso, en Yunquera, «en la cultura del pueblo y en el trato con hombres y mujeres que eran libres», celebró Torres Mora tras una referencia romántica y explícita a las montañas abancaladas (con bancales) que rodeaban su pueblo, «donde no había señoritos» pero sí trabajadores del campo como su padre, «un domador de montañas».

Aquello alimentó su «ideal social del republicanismo» en una edad en la que ni siquiera había comenzado a ir a la escuela. A cambio, su vecino Diego, que no tenía hijos, se había «empeñado» en enseñarle todo lo necesario «a leer, a escribir e incluso a hacer ecuaciones», hasta el punto de que entró directamente en el tercer curso de los Salesianos: «Hoy en día se critica a los políticos que no han terminado sus estudios, pero es más raro aún que un tío que ha sido presidente de la Comisión de Educación en el Congreso nunca los empezara...», bromeó Torres Mora, que repartió ese mérito académico de sus inicios entre «un cura salesiano y un artillero republicano (Diego)».

Un libro, como un tobogán

En esa galería de recuerdos imprescindibles y definitivos guarda también Torres Mora un capítulo especial para los mayores del pueblo, que lo entretenían con sus historias «en una época en la que el único libro que había en casas como la mía era el Libro de Familia y donde no había televisión». Esa habilidad de «no dejarte escapar» con los relatos es la misma que el autor ha intentado reproducir en su nuevo libro, cuyo efecto comparó con el de un tobogán: «Que el lector se pueda tirar lo abra por donde lo abra».

Ése es precisamente el efecto que el texto ha tenido sobre los primeros lectores, entre ellos el presidente de Ediciones Turpial, Mariano Martínez, que animó a seguir su ejemplo no sólo «a todos los diputados sobre todo los nuevos y a los militantes del PSOE, sino a cualquier persona que tenga un mínimo de sensibilidad».

Precisamente esa sensibilidad, sobre todo la que emana de la «coherencia», es la que destacó el director de SUR, Manuel Castillo, quien comparó a Torres Mora con un «maestro de esgrima que presenta la cara de un hombre amable y que sin embargo tiene detrás un férreo bastión de ideales socialistas». Castillo amplió el retrato de una personalidad que «no es complaciente y que tiene el convencimiento de que la política es un oficio honesto» y, además, una herramienta «para luchar contra el desencanto».

«Y nunca dejaremos de hacerla (la política)», dejó como mensaje final el secretario general de los socialistas malagueños, Miguel Ángel Heredia, «orgulloso» amigo y compañero de partido y de cámara que definió a Torres Mora como «uno de los socialdemócratas más brillantes que tenemos en la actualidad». Y también, más libres.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios