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Francisco Daniel Medina, ayer en Mapas y Compañía
El lado tierno de los artistas malditos

El lado tierno de los artistas malditos

Francisco Daniel Medina presenta hoy en Málaga su nueva novela, una reflexión en tono de parodia sobre las modas literarias

Antonio Javier López

Jueves, 14 de abril 2016, 00:36

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A veces la Historia de la Literatura ofrece tal carga de justicia poética que cuesta no tirarse al barro mitómano del malditismo. Por ejemplo, entre los múltiples empleos que tuvo Jack Kerouac figura su labor como vigilante contra incendios en un puesto perdido de Pico Desolación (Washington). Allí subió Kerouac como un perfecto desconocido para una guardia de varios días y cuando bajó su novela En el camino le había convertido en una suerte de celebridad.

A Francisco Daniel Medina le gusta recordar la anécdota para ilustrar lo aleatorio, incluso el componente un tanto absurdo, de las modas literarias. El asunto surge como telón de fondo de La extravagancia (Siníndice), la tercera novela del autor malagueño, que esta tarde la presenta en la capital de la mano del escritor Pablo Aranda (20.30 horas, sede de la Diputación Provincial en la plaza de la Marina, entrada libre hasta completar el aforo).

La extravagancia de Francisco Daniel Medina from MODULAR on Vimeo.

Francisco Daniel Medina firma con su tercera novela una «ficción biográfica» que sigue los pasos a Leo y Ana. Ambos fundan casi por casualidad el extravagantismo, un movimiento que defiende una actitud romántica, casi suicida, frente a la literatura. Y ambos terminan en la cresta de la ola del negocio literario hasta convertirse en personajes famosos, al menos, en ese mundillo.

Chico conoce a chica

La extravagancia narra por tanto las peripecias de Leo y Ana a través de la reconstrucción emprendida por un biógrafo que actúa como narrador de la historia. «No he buscado plantear un relato posmoderno. Me interesaba la vida de los protagonistas antes de convertirse en celebridades. Es, al fin y al cabo, una historia de chico conoce a chica con un trasfondo quizá más literario, pero cuya lectura resulta accesible», acota Medina (Málaga, 1975), que regresa a la novela después de publicar Un mundo sin cuentos (1999, Premio de Narrativa Andalucía Joven) y Cuando las luces de la ciudad se apaguen (2005), así como el libro de poemas El arte de derribar aviones (2013).

Una trayectoria literaria con un marcado componente generacional, que en esta ocasión posa su mirada sobre los artistas malditos y la «injusticia que supone centrarse sólo en sus rasgos negativos». Medina emplea aquí la parodia para asomarse a los claroscuros de ese sesgo interesado y plantear «una caricatura desde el respeto» de un fenómeno que suele canibalizar a sus víctimas.

Una maquinaria de la que cuesta escapar. Aunque te pierdas durante días en Pico Desolación.

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