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Pablo Bujalance presentó ayer 'Disolución' en el CAL.
Bujalance: «Nos dan pocas oportunidades para pararnos a pensar qué puñetas pasa»

Bujalance: «Nos dan pocas oportunidades para pararnos a pensar qué puñetas pasa»

El escritor malagueño reivindica la templanza de los viejos estoicos en 'Disolución', una novela sobre los que deciden quedarse en un mundo del que todos huyen

Regina Sotorrío

Domingo, 7 de febrero 2016, 01:42

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Póngase en situación: Si el mundo se acabara, si una catástrofe limitara hasta el extremo la opciones de vivir en la Tierra, ¿haría lo posible por escapar? ¿pelearía por conseguir una de las escasas plazas de ese cohete espacial que le pondría a salvo en cualquier otro mundo? La primera respuesta, la inmediata, la instintiva, es 'sí'. Pero Rebeca dice 'no'. El periodista y escritor malagueño Pablo Bujalance fija su atención en «los que se quedan» cuando todos se van en 'Disolución' (etclibros El toro celeste), una novela que reivindica el estoicismo clásico en un tiempo de alarmas, inseguridad y un constante ruido mediático.

Bujalance se vale de la ciencia ficción para plantear un futuro que, en realidad, es un claro retrato del presente. 'Disolución' narra un éxodo espacial de una Tierra agotada pero no desde el punto de vista del «héroe» que se marcha, sino desde la mirada de quienes se niegan a abandonar su mundo pese a los malos augurios. Porque de ellos, dice, «se suele olvidar la historia». Rebeca, la protagonista, «se resiste a lo que la mayoría de la gente piensa que es lo oportuno y lo necesario porque sus sentimientos van por otro lado». Siente que, a cuenta de la catástrofe, «su vida está siendo dirigida por otros». Por eso, en esa huida hacia delante que emprenden los demás, ella opta por pararse, evaluar la situación y tomar una decisión por sí misma: vivir su vida como quiere, en su casa, rodeada de sus libros. Porque «al final la vida que cada uno lleva es una conquista», añade.

Y eso que puede parecer pura fantasía tiene una lectura muy actual. Los informativos hablan a diario de crisis, nuevas epidemias, el cambio climático, catástrofes naturales... «Cuando suenan tantas alarmas, hay tanto ruido y tanto temor, me parecía importante recuperar la enseñanza de los viejos estoicos que pedían sosiego, tranquilidad y madurez. Cada uno puede ejercer una autoridad sobre sí mismo, aceptar los acontecimientos como vienen para saber evaluarlos, comprenderlos y así tenerles menos miedo», reflexiona el autor, que ayer presentó su libro en el Centro Andaluz de las Letras. Sin embargo, mantiene Bujalance, hacemos poco uso de esa «autoridad moral» y lo que sucede en nuestro entorno «no viene acompañado de un análisis serio de lo que está pasando».

Por un lado, hay un «exceso de información» que «mata la curiosidad»; por otro, todo avanza a un ritmo vertiginoso. «Nos están dando pocas oportunidades para detenernos. Critico un contexto en el que no se favorece que la persona pueda pararse a pensar qué puñetas está pasando, todo pasa demasiado deprisa y todo parece abocado a una situación que no conocemos porque nos faltan medios y tiempo para conocer», añade. Y en eso, dice, tiene también mucho que ver la educación, que con las últimas reformas aboga «más por la adquisición de destrezas que por la generación de un conocimiento que nos permita evaluar la realidad».

En 'Disolución', la literatura se convierte en la gran aliada de Rebeca. Pero no como mera evasión, sino como una «manera de aferrarse al mundo que ya no está». Porque en los libros, como defiende Bujalance, se «conservan la memoria del mundo y de la gente». «Me parece importante reivindicar el volver a los libros como ese encuentro con el mundo, un encuentro gozoso que no hay que promocionar ni que validar. En el fondo, no creo que ser lectores nos haga mejores si no viene acompañado de un amor al mundo», concluye.

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