Borrar
Nieves Concostrina, con la edición digital de su libro.
«El analfabetismo fue la base de gran parte de las desgracias en la guerra civil»

«El analfabetismo fue la base de gran parte de las desgracias en la guerra civil»

Escritora y periodista

Iker Cortés

Sábado, 29 de noviembre 2014, 07:30

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

'Antonia'. Es el nombre de la primera novela de la periodista Nieves Concostrina, pero también el de su protagonista, una mujer que nació el día de Reyes de 1930. La novela, basada en las experiencias vividas por la Antonia real que en 2015 cumplirá 85 años, es todo un homenaje a la generación que sobrevivió a la guerra y la posguerra entre la picaresca, la miseria y los trapicheos.

-¿Quién es Antonia?

-Antonia es la abuela de muchos de vosotros y la madre de cincuentones y sesentones. Es una de esas cientos de miles de mujeres que en este país salieron de la mas absoluta miseria para ponernos donde estamos. Esto que parece muy trágico y muy dramático, no lo es tanto porque hay mucho humor dentro del libro. Incluso cuando se pasaba mal, había mucha picaresca mucho trapicheo y mucha vida, que era la única manera de salir de aquella etapa de guerra y posguerra. Se trataba de sobrevivir, luchando por salir adelante y sobre todo un no parar para llegar a un estado de bienestar que no podemos permitir que se pierda, bajo ningún concepto.

-Lo ha dicho antes: "Todos tenemos algún referente de alguien así". ¿Facilitó eso la escritura o la complicó? ¿Por qué escribir una novela así?

-Ni lo complicó, ni lo facilitó. Lo que paso con Antonia es que todos hemos oído infinidad de estas historias de parte de padres, abuelos, tíos... Pero estas historias no salen de casa porque la misera da mucha vergüenza. La mitad de este país ha sido estraperlista, ha estado en la cárcel o ha caminado con trapos atados a los pies en pleno enero porque no había otra cosa. Y ha hecho colas para conseguir un plato de lentejas pegajoso e incomestible. Pero no salían de ahí. Se habla muy poco de estas historias vividas a pie de calle, ajenas a la política, a los bandos... Era gente fundamentalmente analfabeta pero muy lista que sabía sobrevivir.

-¿Ve similitudes entre la crispación actual y la de entonces?

-Las situaciones no son comparables. Ahora hay gente con mucha necesidad, pero hay formas de conseguir comida, hay un tejido social y cierta solidaridad, antes eso era imposible. En cuanto a la crispación actual, diría que estamos demasiado quietos. Decimos "ya pasará" y sí, va a pasar, pero en el camino se va a perder muchísimo.

-En la novela apuntas a la educación como la herramienta que, de alguna manera, nos lleva a ese estado de bienestar.

-Cierto. El analfabetismo fue la base de gran parte de las desgracias de entonces. La educación es lo que te hace libre, crea opinion, te hace decidir, pensar, tener recursos para luchar. Si ahora no estoy de acuerdo con algo puedo unirme a una manifestación, puedo luchar. Entonces no tenían herramientas para decir "sé cuáles son mis derechos", porque antes no sabían ni leer la hoja parroquial.

-¿Cree que hay espacio para Antonia otros héroes anónimos en nuestra sociedad?

-Creo que no nos estamos portando bien con ellos. No se lo reconocemos. No nos hemos parado a pensar cuál fue su vida. Ahora tenemos un mínimo disgusto y se nos hace un mundo. Todos tenemos alguna referencia de alguien que cuenta historias que parecen de ciencia ficción y aún no les hemos dicho "gracias. Sé cómo he llegado hasta aquí y sé lo que te ha costado".

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios